Más de un año después del estreno de su tercera temporada, Élite regresa el próximo 18 de junio con su cuarta tanda; en la que habrá nuevos alumnos que trastoquen la vida de Las Encinas, una nueva tragedia, nuevos amoríos, más fiestas, más sexo y el mismo nivel de intriga. Además, Netflix estrena el lunes día 14 la primera de las Historias breves; cuatro píldoras que se encargarán de cerrar tramas que quedaron en el aire -siendo la de Carla y Samuel la más esperada- y servir de enlace con la continuación de la ficción.
“El reto ha sido encontrar el equilibrio entre los nuevos y los veteranos”, avanzó Carlos Montero, cocreador y guionista de la serie en la presentación de los episodios aún inéditos, “que los nuevos entraran con fuerza pero que no fagocitaran, y viceversa”. “Lo tenían muy difícil porque llegaban con actores y personajes consolidados”, explicó, añadiendo una aclaración sobre los intérpretes que ya no están (Ester Expósito-Carla, Dana Paola-Lucrecia, Jorge López-Valerio): “No les hemos echado por cierto, se han ido ellos”.
Los 'nuevos' son Manu Ríos, Claudia Cariddi, Carla Díaz y Pol Granch. Los cuatro coincidieron en los “nervios” previos a su entrada en la ficción, convertida ya en todo un fenómeno. “Al principio estaba preocupado por estar a la altura de la trayectoria que tenía la serie”, reconoció Ríos, mientras que Cariddi describió la sensación como “mucho vértigo”. No obstante, agradecieron la gran acogida que tuvieron por parte tanto del equipo como del resto del elenco. “Es algo que aún no he asimilado”, reveló el también cantante, “me siento muy agradecido”.
Amores tóxicos, lésbicos y triángulos
Entre los veteranos, Georgina Amorós avanzó que su Cayetana, “va a recibir igualmente las hostias porque nadie se salva en esta serie”. En su caso, vivirá una nueva relación con Philippe (Granch), “va a ser bastante tóxica, pero también va a tener buenos muy bonitos”. “Con la muerte de Polo”, recuerda, “entierra una parte suya que antes rechazaba y empieza esta temporada intentando aceptarse a ella misma”. Para ella, que ahora ejerce de personal de la limpieza del instituto este va a ser “un ejercicio de dignidad” y va a encontrar “un apoyo” en los alumnos previos.
Su 'enamorado' será el personaje encarnado por Granch, un príncipe franco español que “siempre ha estado rodeado por oro y no sabe recibir un no como respuesta”. “Llega con un escudo”, reveló, “y Cayetana es la única persona que le muestra ese hueco de confianza y acogida. Así es como empieza... luego se trunca un poco todo”. “Tuve bastante infarto porque hay cosas que hace el personaje que son bastante turbias”, confesó, defendiendo que aún así “se tienen que hacer visibles, enseñar que están ahí”.
Con Mencía llegará la novedad para Rebe y, con ellas, la primera relación lésbica de la ficción. “Hay muchísimo amor y del bueno”, avanzó Claudia Salas, “también mucho desamor, mucha trama y mucha lana que cortar”. Para su romance, declaró que “siempre planteamos contarlo no como el acontecimiento que supone, sino que el conflicto fuera que Rebe ha sufrido antes y no quiere volver a sufrir por amor. Centramos la energía ahí. Quisimos contarlo desde la parte natural de conocer a alguien, da igual del sexo que sea. Visibilizarlo tal y como es”.
En definitiva, mostrar cómo “cuando vienes de una herida, algo no sanado del todo, y aparece una persona que te hace temblar los cimientos, no te queda otra que quitarte las capas que te has construido por miedo”. A la vez, Mencía es una mujer, como describe Cariddi “que tiene muchas barreras, miedos y heridas pasadas que hacen que viva con una coraza que se ha creado de 'tía dura que pasa de todo', que es mentira. Todo le afecta tanto que por eso tiene esa impulsividad, arrolla todo lo que tiene por delante”.
Sobre Samuel, a quien vimos sufrir por Carla en los anteriores episodios, su intérprete Itzan Escamilla expuso que “deja un poco atrás toda la mochila dramática que llevaba hasta ahora. Conoce a Ari [Carla Díaz] y entra en conflicto porque se genera un triángulo entre ella, Guzmán y Samuel del que poco a poco se irán colocando las cosas”. Eso sí, tranquilizó asegurando que “su relación con Guzmán está consolidada y pase lo que pase se va a solucionar”.
Otro 'tercero en discordia' será Patrick, que hará peligrar a la pareja 'Omander'. “Su personaje no llega con intención de romper nada, ni de meterse en medio de nada”, defendió Arón Piper, “es caprichoso pero sin maldad. Va a tener buena acogida”. Su actor, Ríos, explicó que “simplemente va a por lo que se le mete en la cabeza. Él mismo se describe así. Si entra lo hace desde las ganas y el deseo”.
“Cuarta temporada y muchas más que nos esperan”
Entusiasmado con el resultado de la nueva tanda de capítulos -recordamos que también se ha rodado la quinta- y con el casting, su cocreador Montero reconoció que esta es “la cuarta temporada y muchas más que nos esperan”. El guionista alabó la labor de las incorporaciones a la serie porque desde su punto de vista “sus personajes son muy difíciles, se asomaban al abismo, solo se podían abordar atreviéndose y se han atrevido”. Sobre el futuro de la ficción, explicó que querrá hacer más tandas “mientras todos nos creamos la temporada”.
Antes veremos las Historias breves que, según describió, surgieron “una mezcla entre Netflix y nosotros”. “Nos quedamos con ganas de cerrar algunas historias”, reveló, “y vimos que se podían contar en un verano, de forma más íntima y de dos en dos”. Además, aclaró que “no es necesario verlas para entender la siguiente temporada”, para aquellos a los que no les de tiempo ponerse al día.
Como colofón, Amorós compartió una anécdota sobre un momento que habían vivido en el rodaje gracias a Piper, que se inventó una dinámica que encandiló a todos. “Fue una súper bienvenida”, rememoró, “en los ensayos, había una parte de un ejercicio de su personaje y nos hizo estirarnos en un césped. Allí nos fue guiando como si fuera una meditación, dándonos un beso en la frente a cada uno. Fue muy bonito”. Las grabaciones que estuvieron marcadas por el coronavirus, algo que les limitó a la hora de 'hacer grupo' más allá del set. “Hemos tenido que poner cada uno de nuestra parte para en los huecos crear complicidad, porque luego todo eso se nota en pantalla”, contó Escamilla.
Por último, Jordi Cruz, que fue el encargado de conducir la rueda de prensa, hizo una propuesta a Montero antes de dar por finalizado el evento. “Un profesor de manualidades vendría muy bien”, sugirió de cara su futura aparición en la ficción haciendo referencia a su etapa como presentador de Art Attack, “eso sí, del mejunje ya se encargan ellos”.
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