Así es el último capítulo de la temporada 2 de 'La casa del dragón' en Max, que mantiene las espadas en alto

Adrián Ruiz

La casa del dragón ha llegado ya al final de su segunda temporada en Max. La plataforma de pago ha estrenado en la madrugada de este domingo 4 al lunes 5 de agosto el octavo y último capítulo de la tanda, un episodio en el que, como preveíamos en nuestro análisis previo a la entrega, el bando de los Negros, con Rhaenyra al frente, y el de los Verdes, liderado ahora por el príncipe Aemond, han culminado sus alianzas en Poniente antes del estallido final de la gran guerra civil entre los Targaryen por el ansiado Trono de Hierro.

Un conflicto bélico cuyo comienzo realmente es datado por George R.R. Martin en Fuego y Sangre, el libro en el que se basa esta primera precuela de Juego de Tronos, en la coronación de Aegon II Targaryen como rey. Un movimiento con el que los Hightower, con Alicent y su padre Otto a la cabeza, traicionaban la última voluntad de Viserys de que fuese su primogénita Rhaenyra la legítima heredera al trono.

Sin embargo, aunque ese desafío fue el detonante de la separación de la familia en la dos mencionadas facciones y el despliegue de estrategias políticas y pactos con otras casas de los Siete Reinos, lo cierto es que la contienda cuerpo a cuerpo, la llamada Danza de Dragones, no ha terminado de estallar... Hasta ahora. La casa del dragón ha utilizado sus dos primeras temporadas para colocar todas las piezas en el tablero y, como hemos podido ver en este último episodio, las espadas han quedado en alto de cara a la anunciada tercera temporada de la serie en Max. La esperada batalla está a punto de comenzar.

¡ATENCIÓN! Este artículo contiene SPOILERS del último capítulo de la segunda temporada de La casa del dragón.

Aemond reacciona a los nuevos jinetes de Rhaenyra

El capítulo 2x08 arranca con Aemond frustrado ante la gran maniobra de Rhaenyra de incorporar tres dragones más a su bando tras encontrar tres nuevos jinetes para ellos entre bastardos Targaryen, los llamados 'semilla de dragón'. El príncipe regente, que al final de la entrega anterior salió volando a lomos de Vhagar dispuesto a atacar Rocadragón, terminó echándose para atrás al descubrir allí a las tres nuevas bestias de la legítima heredera. Una impotencia que Aemond decide descargar asediando motu propio Punta Aguda, un asentamiento afín a los Negros que acaba reduciendo a cenizas.

A su regreso a Desembarco del Rey, Aemond acude a su hermana Haelena para ordenarle que se una a la lucha junto a su dragón Fuegoensueño. El joven cree que es el momento de igualar fuerzas en la batalla por el aire, ya que su bando cuenta con muchos menos dragones que sus rivales. Sin embargo, Alicent se impone a su hijo, desatándose una gran bronca entre ellos después de intentar disuadirlo en su idea de involucrar a la reina, una joven sin experiencia como guerrera, en sus sangrientas aspiraciones.

Aemond no se achanta y, en medio del silencio nocturno de la Fortaleza Roja, se vuelve a colar en la alcoba de Haelena para convencerla. Su plan: volar juntos con Vhagar y Fuegoensueño a Harrenhal para acabar rápidamente con Daemon y el gran ejército que acaba de formar con la unión a a sus filas de los soldados de varias casas de Las Tierras de los Ríos. Pero, de nuevo, se vuelve a encontrar la negativa de la reina, que rechaza apoyarle después de ver cómo ha intentado quitarse de en medio a su marido/hermano, el rey Aegon, al que envolvió en llamas aprovechando la batalla de ambos contra Rhaenys y Meleys en Reposo del Grajo.

Mientras el bando de los Verdes se tambalea, Lord Larys Strong se reúne con un aún convaleciente Aegon, al que propone abandonar Desembarco del Rey, haciéndole ver que, pase lo que pase, su futuro pinta bastante mal: si Rhaenyra conquista la capital de Poniente cortará su cabeza y, si no lo consigue, será su hermano Aemond el que acabe con él. Larys le informa entonces de que ha ido moviendo el oro de Harrenhal al banco de Braavos, por lo que podrán vivir bien hasta que todo haya pasado y pueda volver tras la cruenta guerra para quedar ante el pueblo como el rey que les devolvió la paz.

El pacto de los Verdes con la Triarquía

Dicha guerra, tal y como se ha venido fraguando durante toda la temporada, no sólo se librará en Poniente. En el episodio, Rhaenyra habla con la Serpiente Marina, que, tras aconsejarle que aproveche su ventaja sobre los Verdes para atacar cuanto antes Desembarco del rey, le informa de que se va a desplazar junto a sus hombres a los Peldaños de Piedra, donde Corlys Velaryon mantiene el estratégico bloqueo de barcos y mercancías sobre la capital, provocando la hambruna y desesperación de sus habitantes.

Un dominio en el Mar Angosto que la corona trata de poner en jaque enviando a Tyland Lannister a las Ciudades Libres de Essos para buscar un pacto con la Triarquía. El consejero naval quiere aprovechar que ambos tienen a la casa Velaryon como enemigos en común para buscar una alianza que les ayude a doblegarlos. Cabe recordar que, en la primera temporada, Daemon fulminó a la Triarquía en los Peldaños, logrando a la postre el control de la región para el bando de los Negros a través de las fuerzas de Corlys.

Los señores de Essos proponen entonces a Tyland Lannister un acuerdo: les brindarán su apoyo a cambio de que les devuelvan los Peldaños, algo que este acaba aceptando. Sin embargo, la decisión final acaba recayendo sobre la almirante Sharako Lohar, un nuevo personaje con el que el consejero del rey tiene que lidiar, librando incluso con ella un salvaje duelo en el barro en el que la convence de sus agallas como caballero de la corona. Finalmente, Lohar y Tyland terminan sellando su acuerdo en una cena en la que planean una embestida por mar a sus rivales.

La visión de Daemon y su redención frente a Rhaenyra

Es entonces cuando llega uno de los momentos más importantes del episodio, con Daemon Targaryen concluyendo su 'travesía por el desierto' entre los mágicos muros de Harrenhal que le han atormentado en sus dudas sobre cómo posicionarse ante Rhaenyra. Una determinación en la que intenta influir Ser Alfred Broome, consejero de la legítima heredera que intenta traicionarla, convenciendo a Daemon de que se autoproclame rey. El anciano Simon Strong es testigo de la conversación y no duda en avisar a Rhaenyra de que se está urdiendo un plan a sus espaldas, por lo que la aspirante no duda en enfrentar de una vez la situación con su marido y pone rumbo al gran castillo de Las Tierras de los Ríos.

Allí, Alys despierta a Daemon y lo saca de la mano para decirle que ya está preparado para enfrentarse a su destino. Así pues, lo lleva al ancestral arciano del jardín, donde le invita a tocar con su mano la savia de su gran tronco. En ese momento, el aspirante a rey consorte tiene una visión que vuelve a conectar La casa del dragón con Juego de Tronos: ve al primer Cuervo de Tres Ojos, la llegada de los Caminantes Blancos y la eclosión de los huevos de los dragones de Daenerys Targaryen, los tres elementos claves de la profecía del príncipe que fue prometido.

La espectacular escena acaba con Daemon viendo a Rhaenyra sentada en el Trono de Hierro. Detrás de él, aparece entonces la reina Haelena advirtiéndole de que él es sólo una ínfima parte de la historia y que “sabe lo que ha de hacer”. Un presagio cuyas consecuencias se acaban desatando con la llegada de Rhaenyra y Syrax a Harrenhal, custodiada por su nuevo jinete Addam junto a Bruma. En el salón principal del castillo, rodeado de su nuevo ejército, Daemon acaba advirtiendo a Rhaenyra de que el mundo no es como lo conocen y que una amenaza superior se cierne sobre los habitantes de Poniente. “Winter is coming”, le dice en valyrio a su esposa, que recuerda descolocada que este es un augurio que ya le hizo su padre antes de morir.

Daemon acaba arrodillándose entonces ante Rhaenyra, jurándole lealtad como legítima heredera a la corona. Un gesto que replican todos los soldados, reconociéndola como “Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señora de los Siete Reinos y Protectora del Reino”. De esta manera, los Negros aumentaban sus tropas para las batallas por tierra contra los Verdes.

El último cara a cara de Rhaenyra y Alicent

El clímax del episodio llega en sus últimos compases, cuando Alicent se planta en Rocadragón para vivir un último cara a cara con Rhaenyra antes de la gran contienda entre los Targaryen. La reina madre se muestra débil ante ella y le pide que la deje huir junto a Haelena y su hija, una petición ante la que la hija de Viserys se muestra estupefacta. Rhaenyra le echa en cara que el mundo se encamina hacia una guerra mientras ella pretende lavarse las manos como si no tuviera nada de culpa.

Alicent insiste en sellar un acuerdo de paz que evite que se acabe derramando la sangre. Para ello, le propone aprovechar que en unos días Aemond va a unirse con Vhagar a Ser Criston Cole en las Tierras de los Ríos, momento en el que ella le abriría las puertas sin oposición para que tome sin víctimas la Fortaleza Roja. Rhaenyra, que se muestra reticente a la idea, le advierte de que si eso ocurre, tendrá que cortar la cabeza de Aegon ante su pueblo, pero Alicent cree que puede convencerlo de que hinque la rodilla ante ella.

“Elige. Hijo por hijo”, sentencia Rhaenyra, recordándole que es el precio a pagar por el asesinato de Aemond Targaryen a su hijo Lucerys. Alicent, a la desesperada, parece aceptar, recordándole que si en tres días va a Desembarco del Rey ella le abrirá las puertas para que tome la capital del reino.

'La casa del dragón' llega a su temporada 3 con las espadas en alto

Los últimos minutos del metraje se impregnan entonces de una imponente banda sonora que acompaña a una sucesión de escenas que colocan, como decíamos, la disposición de las diferentes piezas en el gran tablero de Poniente. Mientras Alicent abandona Rocadragón, se puede ver cómo Addam, Ulf y Hugh, los tres nuevos jinetes, se van colocando sus armaduras antes de montar respectivamente a Bruma, Ala de Plata y Vermithor.

Por su parte, los Hightower viajan desde Antigua a Poniente, con Daeron Targaryen y su dragón Tessarion en sus filas; las tropas de Invernalia llegan a los Gemelos, donde asentarán sus bases tras el acuerdo de Jacaerys con los Frey; y los Lannister arriban a las Tierras de los Ríos, donde espera Daemon con su dragón Caraxes y su nuevo ejército. Además, se puede ver a Otto Hightower en el interior de una celda y al rey Aegon Targaryen huyendo definitivamente a escondidas en un carruaje junto a Lord Larrys.

En el mar, los navíos de Essos viajan junto a Tyland Lannister y Sharako Lohar hacia el Mar Angosto, mientras Corlys Velaryon y los suyos se desplazan a los Peldaños, donde se prevé una batalla clave en esta Danza de Dragones.

Un ejército de dragones que podría sumar, en el bando de los Negros, a una nueva bestia a sus filas, ya que Rhaena, que huyó de la comitiva en la que los pequeños Aegon y Viserys, hijos de Rhaenyra y Daemon, son enviados a Pentos, se topa con Ladrón de Ovejas en las inmediaciones de Nido de Águila. ¿Logrará reclamarlo? Habrá que esperar hasta el estreno de la tercera temporada, confirmada oficialmente hace unas semanas por Max.