SPOILERS

'La Moderna' finalizó en La 1 con actos de justicia, una pedida de mano y contando el agridulce destino de sus protagonistas

Imagen del capítulo final de 'La Moderna'

Redacción verTele

7 de marzo de 2025 19:11 h

La Moderna ha llegado a su fin en La 1 de TVE. La serie de época, que ha dicho adiós con máximo histórico de audiencias, puesto el punto final a su historia con el capítulo 356, que como no podía ser de otra manera, ha servido para cerrar las tramas que quedaban abiertas y desvelar el desenlace de los personajes principales.

La ficción se despide con cierta amargura, pues en los últimos tiempos había alzado el vuelo en audiencias. Sin embargo, su mejoría ha llegado tarde, cuando La 1 ya había decidido retirarla de la parrilla para hacer hueco a su nuevo magacín vespertino. Aun así, La Moderna ha tenido tiempo de atar sus cabos sueltos y firmar una despedida que, al margen de la tristeza que produce, a buen seguro habrá dejado satisfechos a los incondicionales del serial.

(A partir de aquí, SPOILERS)

El penúltimo capítulo de La Moderna acabó con Emiliano apuntando a punta de pistola a Rodrigo y Pepita. El patriarca de los Pedraza, furioso, reconoció a Pepita que sabía que Rodrigo era, en realidad, el hijo que había tenido fruto de su aventura con Jerónimo.

El capítulo final retoma esta secuencia para mostrarnos que Rodrigo desarmada a Emiliano tras golpearlo con un vaso de cristal. El joven coge la pistola y tiene la oportunidad de acabar con la vida de Emiliano, que se lo pide a gritos. Pero en vez de hacerlo, abre la puerta y deja entrar a la policía que se lleva detenido a Emiliano.

Maruja vende la galería a don Fermín

La detención se produce por don Fermín, que previamente había presentado una denuncia contra Pedraza “acusándole formalmente de todos los delitos que ha cometido, incluido el asesinato de mi esposa, por supuesto”. “La carta me escribió Lázara, y que ocultó por si le pasaba algo, le señala directamente”, informa a Maruja. Don Fermín se siente culpable porque fue él quien trajo de vuelta a España a Emiliano, así que se siente “en la obligación de subsanar” su “error”. Para hacerlo pide una cosa a Maruja: “Quiero que me vendas la galería y tener tu compromiso de que así va a ser”.

“No quiero que el resto de comerciantes de la galería vuelva a estar en manos de ningún desaprensivo”, añade Fermín, que toma esta decisión para que sus trabajadores “se sientan seguros”. Considera que es lo mínimo que puede hacer por ellos, que tanto se han esforzado por sacar adelante La Moderna.

Maruja cumple con su palabra y acepta vender la galería a Fermín. Además, pide a Pepita que deje de llamarla “señora”, pues a partir de ahora, para ella pasa a ser Maruja y a estar a su altura. De hecho, Maruja anuncia a la familia que las dos se marchan “a Argentina para recuperar la finca y cédérsela a los apareceros”, pues cree “que es de justicia”. “Cuando hayamos puesto todo en orden volveremos a Madrid. Conseguiremos que esta mansión deje de ser una cárcel para ser la casa de todos nosotros”, comunica también.

Para entonces, Pepita ya había contado a Rodrigo toda la verdad sobre su origen. Para ella, lo suyo con Jerónimo “no significó mucho” y “siempre” pensó que “para él tampoco”. Al menos hasta que se quedó embarazada. A partir de ahí, su vida y la de Jerónimo cambiaron por completo. “Todos los sentimientos que tenía hacia ti... nunca me los dijo”, reconoce Pepita antes de pedir a su hijo que la perdone, algo que él se niega a hacer: “No puedo perdonarla porque no tengo nada que perdonar. Lo único que puedo hacer es darle las gracias, decirle que la quiero mucho y que no hubiera podido tener una madre mejor que usted”

Teresa pide matrimonio a Cañete

El capítulo final de La Moderna también nos ha dejado otros momentos. Por ejemplo, el anuncio de que Agustín e Inés se van a casar. Además, Teresa descubre a través de Marcelina que Cañete quiere pedirle matrimonio. Él lleva semanas queriendo pedírselo, pero no encuentra el momento, así que Teresa aprovecha un momento en el que los dos están solos para pedírselo a él directamente: “Cañete, ¿quieres casarte conmigo?”.

Cañete se piensa que es una broma, pero Teresa va muy en serio. Tanto, que le dice que todo está ya cerrado y que se van a casar en dos semanas: “Agustín e Inés se casan ese día y he movido Roma con Santiago para que nos casen a nosotros también”.

Además, Miguel es ascendido a coordinador de “todas las librerías de la famlia”, algo que ayudará a que él y Trini vivan más tranquilos económicamente. Sobre todo a partir de ahora, que van a ampliar su familia con otro bebé. Por su parte, Celia no se va sola a Túnez, sino en compañía de Laurita para disfrutar como nunca de su amor.

Después, delante de los trabajadores de la galería, don Fermín pronuncia un emotivo discurso: “Lo perdimos todos cuando Antonio nos dejó, pero estos imponderables nos han hecho más fuertes. Hemos aprendido que tenemos que revelarnos contra la injusticia. Esto es solo el preludio de un tiempo mejor, así que, por favor, mantengamos la esperanza de que la vida nos vuelva a sonreír”. A continuación, él su equipo se hacen una foto al grito de “¡Viva La Moderna!”.

¿Y qué pasó después?

La Moderna acaba con Esperanza contando qué pasó después de aquella fotos. Tres años después vino la guerra y todos perdieron parte de la vida. Don Fermín fue el primero en caer. El dueño del salón de té fue detenido y un tribunal popular lo juzgó por burgués. Una noche, al alba, lo sacaron y nunca más se supo de él. Teresa, siempre fiel, no perdonó a quiénes le mataron y cruzó la línea del frente para unirse como auxiliar de intendencia a los enemigos de don Fermín. Cañete, por supuesto, se fue con ella y se alistó en su unidad para que no los separarán. Por suerte, cuando terminó la guerra, fueron felices juntos. Quiso el destino que volvieran a trabajar juntos con Elías, que regresó y montó una taberna.

Inés y Agustín el principio de la guerra les pilló en Hollywood, porque la película fue un gran éxito y aprovecharon la oportunidad para hacer las Américas Quizás habrían sucumbido como lo hizo Marcelina, luchando en la Ciudad Universitaria; o Celia, víctima de un obús mientras cubría con Laurita como reporteras la batalla del Ebro. Laurita nunca logró superar esa pérdida. Lo mismo le ocurrió a Pietro, que, sin Antonia ni Fermín, ya nada tenía sentido en España y decidió marcharse a Venezuela. Allí abrió una pastelería italiana que se llamó Insieme en honor a Antonia.

Maruja y Pepita volvieron de Argentina y junto a Rodrigo, Paula, Iván y Mercedes, consiguieron que la mansión Pedraza fuese un lugar de refugio para los perseguidos durante la guerra. Sobrevivieron juntos a la guerra y a la paz, no como Emiliano, que murió solo en la prisión de forma cruel.

Miguel siguió trabajando en librerías y editoriales mientras ampliaba su familia junto a Trini. Por suerte, la guerra apenas afectó a Marta y Salvita, que siguieron viviendo en París. Matilde e Íñigo pudieron cuidar de su familia numerosa y tuvieron un gran éxito con su bodega, que cada vez fue teniendo más éxito, en concreto con su vino más especial, el “Moderno”. Esperanza acabó sus estudios, volvió a Estepa y allí ejerció como maestra, cumplió el sueño de Matilde y demostró que nunca es tarde para hacer un sueño realidad.

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