La Promesa vivió este jueves una despedida totalmente inesperada. El serial de TVE dijo adiós a una de sus actrices más veteranas, involucrada en un escándalo reciente que ha precipitado su salida definitiva.
[Atención, esta noticia contiene spoilers sobre el capítulo 450 de La Promesa]
Hablamos de Margarita, la cuñada de los marqueses de Luján, una de las mujeres más fuertes del palacete.
Hace unos días suspendió in extremis su matrimonio con el conde Ayala, del que venía observando conductas que no le agradaban. Aquello provocó una hecatombe y el enfado del que iba a ser su marido, que no dudó en amenazarla: si se negaba a casarse con él, descargaría su ira sobre Martina, la hija de Margarita.
Por temor a que el conde llevara a cabo su chantaje, Margatira ha decidido abandonar el palacio de La Promesa, aunque, inexplicablemente, Martina permanecerá en él porque es ahí donde se siente más feliz.
La joven quedará a cargo de Cruz, la marquesa de Luján: “Sé que quieres de verdad a Martina. Podría decirse que la quieres tanto como si fuera tu propia hija, y te suplico que la protejas como tal”, le ha dicho a su cuñada mediante una carta de despedida. “Confío en que Ignacio se olvide de Martina al ver que me he ido. Si no fuera así, recurre a Petra. Ella sabe cómo neutralizarlo”.
La marcha de Margarita supone el adiós de Cristina Fernández, la actriz que la ha interpretado durante más de 250 capítulos. Personaje y artista se diferencian en muchas cosas, dice Fernández: “Yo soy muy bondadosa y buena con las personas y Margarita eso, a veces, se lo salta”. Pero también comparten algunas características: “Nos parecemos en la determinación y en la contención cuando se necesita. No nos rompemos y tenemos una gran fortaleza”.
En cuanto al personaje de Ayala, Cristina Fernández lanza una advertencia que va más allá del serial en el que ha trabajado durante el último año: “Él representa a personas que existen tanto en la realidad como en la ficción y que son profesionales de la manipulación. Tienen la capacidad de hacer creer una realidad que no es real”, sentencia.