Qué significa la visión de Daemon en el último capítulo de 'La casa del dragón' que conecta con 'Juego de Tronos'

Adrián Ruiz

5 de agosto de 2024 14:24 h

Max ha estrenado ya el último capítulo de la segunda temporada de La casa del dragón. Una entrega que lleva por título La mujer que debía reinar y que, como hemos desgranado en nuestro detallado análisis del episodio, deja todas las espadas en alto para su ya confirmada tercera temporada en la plataforma de pago. Un final que ha regalado además una espectacular escena en la que Daemon Targaryen tiene una visión que conecta de forma directa la precuela con los hechos ocurridos en Juego de Tronos unos 200 años después de la historia contada en este spin-off.

¡ATENCIÓN! Este artículo contiene SPOILERS del último capítulo de la segunda temporada de La casa del dragón.

El momento en cuestión, uno de los más importantes del capítulo, llega cuando el personaje al que da vida Matt Smith concluye su 'travesía por el desierto' entre los mágicos muros de Harrenhal que le han atormentado en sus dudas sobre cómo posicionarse ante Rhaenyra: apoyarla en su camino hacia el Trono de Hierro o complicar aún más la guerra entre los Targaryen sublevándose contra el bando de los Negros.

Una determinación en la que intenta influir Ser Alfred Broome, consejero de la legítima heredera que intenta traicionarla, convenciendo a Daemon de que se autoproclame rey. El anciano Simon Strong es testigo de la conversación y no duda en avisar a Rhaenyra de que se está urdiendo un plan a sus espaldas, por lo que la aspirante no duda en enfrentar de una vez la situación con su marido y pone rumbo al gran castillo de Las Tierras de los Ríos.

Qué significa la visión de Daemon en 'La casa del dragón'

La comentada secuencia arranca cuando Alys Ríos despierta a Daemon y lo saca de la cama para decirle que ya está preparado para enfrentarse a su destino. Así pues, lo lleva al ancestral arciano del jardín, donde le invita a tocar con su mano la savia de su gran tronco. En ese momento, el aspirante a rey consorte tiene una visión que nos lleva directamente a varios sucesos clave en el desarrollo de Juego de Tronos.

A través del arciano, Daemon ve a un joven Brynden Ríos, el primer Cuervo de Tres Ojos que en la serie matriz acaba siendo mentor de Bran Stark. Sus ojos lo llevan hasta la llegada de los Caminantes Blancos, la aparición de la estrella roja de sangre y a los tres huevos de dragón que eclosionaron junto a Daenerys entre las llamas. Se trata, por tanto, de los elementos claves en la profecía del príncipe que fue prometido, crucial en la historia de Canción de hielo y fuego que desarrolla el profético sueño de Aegon el Conquistador.

Una profecía, la de Azor Ahai, que en Juego de Tronos apareció en varias ocasiones a través de Melissandre, la Bruja Roja, y que en los libros era descrita de la siguiente manera: “Llegará un día, tras un largo verano, en que las estrellas sangrarán y el aliento gélido de la oscuridad descenderá sobre el mundo. En esa hora espantosa, un guerrero sacará del fuego una espada llameante. Y esa espada será Portadora de Luz, la Espada Roja de los Héroes, y el que la esgrima será Azor Ahai renacido, y la oscuridad huirá a su paso”.

El desenlace de Juego de Tronos dejó en el aire la identidad del príncipe que fue prometido, sin llegar a concretar si se trataba de Jon Nieve, Arya Stark o Daenerys, algo que en los libros publicados hasta la fecha por George R.R. Martin tampoco se ha especificado. De esta manera, y aunque no hay nada confirmado por los creadores de la ficción, La casa del dragón parece destacar a Daenerys sobre el resto, señalando que su papel en la historia de Poniente fue el determinante -junto a su espada llameante: sus dragones- a la hora de poder enfrentar a la llamada Larga Noche. ¿Es ella, por tanto, la princesa que fue prometida?

Por otro lado, la escena acaba con Daemon -que parece previamente ahogarse en el fondo del mar- viendo a Rhaenyra sentada en el Trono de Hierro. Detrás de él, aparece la reina Haelena advirtiéndole de que él es sólo una ínfima parte de la historia y que “sabe lo que ha de hacer”. Un presagio cuyas consecuencias se acaban desatando con la llegada de Rhaenyra y Syrax a Harrenhal. En el salón principal del castillo, rodeado de su nuevo ejército, Daemon acaba advirtiendo a Rhaenyra de que el mundo no es como lo conocen y que una amenaza superior se cierne sobre los habitantes de Poniente.

“Winter is coming”, le dice en valyrio a su esposa, que recuerda descolocada que este es un augurio que ya le hizo su padre antes de morir. Este hecho se suma al otro gran nexo que La casa del dragón ha hecho con Juego de Tronos: el momento en el que Rhaenyra entrega a Rhaena tres huevos de dragón, los de Rhaegal, Viserion y Drogon, que en la serie original son regalados a Daenerys en Pentos. Hasta allí llegarán los huevos junto a Aegon y Viserys, los otros dos hijos pequeños de Rhaenyra y Daemon y que son exiliados a las Ciudades Libres de Essos para protegerles de la gran guerra entre los Targaryen que está a punto de estallar.

Daemon acaba arrodillándose entonces ante Rhaenyra, jurándole lealtad como legítima heredera a la corona. Un gesto que replican todos los soldados, reconociéndola como “Reina de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señora de los Siete Reinos y Protectora del Reino”. De esta manera, los Negros aumentaban sus tropas para las batallas por tierra contra los Verdes.