Que la telenovela colombiana “Yo soy Betty, la fea” puede reunir ante el televisor a una audiencia importante, es algo que no nos es desconocido. Pero que la adaptación alemana de esta serie sea capaz de revolver por completo el panorama mediático del país sobrepasa quizás las expectativas más optimistas.¿Qué tiene Betty que les gusta tanto a los teutones? ¿Las telenovelas, en peligro de extinción? Aunque un artículo de Vertele agoraba hace algunos días la crisis de un género clásico por excelencia, la telenovela, debido al bajón de audiencia que han sufrido los culebrones de TVE esta temporada, en las apuestas de las cadenas españolas para la próxima temporada denotan que siguen depositando su confianza en este formato. La gran autora de telenovelas Dalia Fiallo (creadora, entre otras, de “Cristal” o “Topacio”), afirmó en su momento que “el gancho de estas series reside en que se basan en los sentimientos, y no en la lucha por el poder y la riqueza. Por ello, mientras haya gente a la que le guste llorar, esta fórmula siempre seguirá triunfando ante el público”. Fiallo tiene razón, pero también la redacción de Vertele pone sobre la mesa argumentos de peso. La telenovela en sí sigue interesando, pero el público tiende decididamente hacia las series españolas, con actores, localizaciones y temáticas que le resultan cercanas. Y las cadenas de televisión han optado, sensatamente, por la combinación de ambos factores: la producción propia de telenovelas. Alemania, aprendiendo de éxitos foráneos En una parrilla televisiva caracterizada por la abundante oferta y la predominancia de programas y géneros clásicos, encontrar un hueco que todavía no esté ocupado y convencer a la audiencia de que se está ofertando una propuesta alternativa válida supone un reto para programadores y productores. En el caso de un producto culturalmente ajeno, como es el caso de las telenovelas, la dificultad de lograr la aceptación del público se vuelve todavía mayor. Sin embargo, las telenovelas sudamericanas han probado de sobra su eficacia como género a exportar. Ya desde los años 80, la televisión alemana ha venido emitiendo con relativo éxito telenovelas en versión doblada. Muchos alemanes recuerdan entrañablemente a la brasileña Esclava Isaura, que popularizó el género en el país. Después de mil y una tentativas para lograr captar de nuevo a la audiencia, un viejo conocido ha vuelto a lograr encandilar al público germano. Esos cuentos de hadas modernos que son las telenovelas siguen funcionando en el norte de Europa. La diferencia con los años 80 y 90 es sencilla, pero importante: ahora las cadenas se inclinan por la adaptación del formato a la situación cultural. ¿Qué tiene Betty? Existe una diferencia importante entre los términos “daily soap” y telenovela. Mientras que la primera tiene un reparto coral y una continuidad indefinida en el tiempo, la telenovela cuenta esencialmente la historia de su protagonista (aunque haya gran cantidad de personajes secundarios) y su duración se limita a un número concreto de episodios, normalmente de 100 a 150. Los alemanes tienen una gran experiencia en el terreno de las soaps, pero la primera piedra en la producción propia de telenovelas actuales la ha puesto la segunda cadena, la ZDF, con la poco trascendente (por convencional) “Bianca”. Pero ha sido la propuesta de la cadena privada Sat.1, “Verliebt in Berlin” (“Betty la fea” en su versión berlinense, lamentablemente bastante menos irónica que el original) la que ha conseguido el milagro de levantar la audiencia de la cadena hasta límites largo tiempo insospechados. Lisa Plenske es la cenicienta de la antigua Alemania del Este que se transformará en princesa (de la moderna Alemania reunificada) al mismo tiempo que el presumido del príncipe consiga rebajarse los humos. El público sabe que esto va a suceder, del mismo modo que los protagonistas acabarán juntos. Lo que quiere es estar presente en el momento en que suceda. La telenovela propone al público un lugar de huída, un universo alternativo donde todo va a acabar bien. “Verliebt in Berlin” cuenta con múltiples factores para el éxito. Por una parte, una actriz protagonista conocida, escenarios identificables, personajes cercanos al público – todo esto, no lo olvidemos, propio de las series de producción propia. Por la otra, el cuento de hadas, los buenos y los malos, la seguridad de que todo acabará bien, con el toque cómico de Betty – la telenovela se fusiona con la comedia romántica de Hollywood. Veremos si las nuevas telenovelas españolas siguen la estela de esta adaptación alemana y son igualmente bien acogidas por el público. Antena 3 adaptará un culebrón colombiano en septiembre Adaptar a España una telenovela que ha arrasado en Latinoamérica ofrece, a priori, muchas más garantías de éxito que probar suerte con un guión nuevo y original. TVE ya miró a Latinoamérica en septiembre de 2002, cuando se inspiró en el exitoso culebrón venezolano “La dama de rosa” (emitido en 1991) para lanzar su primera telenovela de producción propia, “Géminis”. Casualidad o no, lo cierto es que “Géminis” figura como el serial español más visto hasta la fecha, con un 26.6% de share medio, por delante de otras telenovelas de producción nacional, también emitidas por TVE, como “La verdad de Laura”, “Luna negra” y “El secreto”. Antena 3 también ha decidido probar suerte en el terreno de la adaptación de culebrones latinos y en julio comenzará el rodaje de la versión española de “El auténtico Rodrigo Leal”, un serial moderno de gran éxito en Colombia.