Adriana Abenia ha tenido un pequeño incidente cuando volvía a Madrid desde Logroño, donde hizo una conexión con Sálvame. La reportera, como otros muchos españoles, se vio envuelta en una nevada que la obligó, primero, a pararse en medio de la carretera y, después, a ser rescatada por la Guardia Civil.
Así empezó contándolo ella misma a través de su cuenta de Twitter, donde se lamentaba de que estaba “en un motel de carretera, atrapados por la nieve, no hay habitaciones...”. Con tiempo para entretenerse, quiso mandar un 'SOS' a través de la red social, para lo que utilizó el capó de un coche.
Tras reanudar la marcha, al parecer y según relata la propia reportera en su Twitter: “Nos salimos de la carretera y la guardia civil viene a rescatarnos... y a hacerse fotos!!!!”, tras lo cual quiso demostrar que decía la verdad: “Nuestros salvadores!!! la primera pregunta al vernos ha sido...”Adriana, llevas debajo el pijama de verdad?“.
Después de todo, la reportera consiguió “salvarse” y quiso dar las gracias a la Guardia Civil: “Qué susto!!! gracias a la Guardia Civil”.
Volvía de saludar a los príncipes... en pijama
La “aventura” se produjo en el viaje de vuelta desde Logroño, donde la reportera estaba cubriendo la clausurar del congreso nacional de voluntariado, que corría a cargo de los Príncipes.
Allí, Adriana cumplió su objetivo: saludar y besar a la Princesa Letizia. Pero hubo más, la Princesa halagó su invernal vestuario y apreció que la gente arropaba a Adriana: “¡Cómo firmas autógrafos, muy bien”, como informa la web de Telecinco. Lo que no sabía era que iba en pijama...
Tras su encuentro, Abenia quiso agradecer vía Twitter “a la Princesa de Asturias el cariño con el que trata a las cámaras de Sálvame, en este caso en Logroño, donde ha demostrado una vez más que es la mejor”.
La reportera también tuvo que soportar ciertas bromas de Jorge Javier Vázquez, quien le preguntaba qué tal había ido la noche en Logroño, y es que la productora puso a Adriana y a Raúl, su compañero cámara, en la misma habitación. Ella desmintió cualquier tipo de contacto físico: “Ni tocamientos ni rozamientos” dijo entre risas.