Aitor Luna es Gonzalo Montoya, el policía disciplinado, correcto y seguidor de las normas de “Los hombres de Paco”. El favorito de don Lorenzo, encargado de mantener a raya a toda la comisaría, habla sobre su personaje en una entrevista concedida a Antena 3.
¿Cómo afrontan usted y su personaje (Montoya) esta temporada?
La afronto con muchas ganas de que le pasen muchas cosas nuevas y diferentes a Montoya ya que hasta ahora ha tenido alguna trama propia, pero no personal. Así que, el personaje está un poco a verlas venir, a la espera de ver por donde va. En los primeros capítulos, como don Lorenzo estaba un poco gagá, toma las riendas de la comisaría, pero enseguida se pondrá a trabajar codo con codo con él.
¿En que ha cambiado Montoya en estas siete temporadas?
Al principio, Montoya era un poco el contrapunto de todos sus compañeros, el serio y recto que hace todo bien. Pero en el fondo está la personita que tiene dentro, que se siente pequeño y no es tan mandón. Aunque controle todo, a veces le queda un poco grande que el resto hagan lo que les dé la gana.
¿Encontrará alguna vez el amor?
Montoya está a la deriva, igual le lían con Quique, vete a saber... (risas) Le puede pasar cualquier cosa, pero esta temporada estará un poco liadillo mentalmente, aunque no cuajará nada. Tiene un lío de narices en la cabeza.
¿Con quién le gustaría que emparejaran a Gonzalo Montoya?
Pues la verdad es que con nadie. La tónica general es que si les pasa algo a los personajes es porque se líen con alguien, prefiero que siga haciendo de jefe, de buen policía, pero sin historias amorosas. Prefiero seguir dando informes y resolviendo casos y a nivel emocional, tener tranquilidad.
¿Qué le parece que ya lleven siete temporadas?
Me parece que es una maravilla y que dure (risas). La verdad es que hay un grupo de actores maravilloso y que no hacen más que levantar la serie hacia arriba.
¿Se ha planteado alguna vez cómo le gustaría que acabara la serie?
No lo he pensado porque quiero que siga mucho tiempo, pero me gustaría que terminara con algo radical, que no acabe como “Los Serrano”, que todo era un sueño... Montoya entró en la comisaría como un tío recto, profesional y me gustaría que acabara demacrado y con un montón de problemas.
¿Cómo definiría a Montoya?
Es un tipo profesional hasta la médula, que le puede mucho más la profesionalidad que los sentimientos, aunque a veces pasa por encima de eso y prima lo sentimental.
¿Cómo ve a Jimmy Castro? ¿Se ha integrado bien?
Como persona es maravilloso, es encantador, se ha adaptado perfectamente a la serie y a nosotros. Jimmy tiene un sentido cómico maravilloso. Me molaría que se viera algo más del personaje de Nelson, llegó a la comisaría de repente pero me gustaría que mostraran quién es Nelson, de donde ha salido, no se ha visto quién es, no se sabe.
¿Qué tal se siente usted con las armas? ¿Le imponen?
Las armas, quieras o no, te dan poder. Tener una mola, eres el respeto personificado. Me siento como un niño pequeño recordando cuando jugaba a los pistoleros con mi hermano. Tenerlas ahora de fogueo, poder dispararlas y jugar con ellas mola.
Personalmente me gustan las armas, me parece que ir a una sala de tiro es una forma de desahogarte bastante terapéutica, te descargas bastante, pero para nada más, sólo en la sala de tiro.
¿Le preguntan más por Hugo Silva o por su hermano Yon?
La verdad es que por la calle me preguntan más por mi hermano que por Hugo. Por Hugo me preguntaban prácticamente todos los días: “¿Se va a morir? ¿Qué pasa con Lucas? ¿Va a volver?”, pero desde que se emitieron los primeros capítulos de esta temporada ya no lo hacen.
Por mi hermano también me preguntan un montón. ¿Cómo no me van a preguntar por el niño más guapo de toda la televisión? (risas). Yon es un actorazo y un crack.