Pablo Chiapella ha intervenido en el magacín radiofónico Morninglory de Mediaset para comentar algunas de las novedades de la octava temporada de La que se avecina. Entre otras cosas, ha avanzado el regreso de Ernesto Sevilla, tras las buenas sensaciones que dejó su participación en la séptima temporada.
El cómico “chanante” volverá a encarnar al hermano gañán de Amador, personaje de Chiapella, en esta nueva tanda de capítulos. Lo que no ha especificado este último es si se tratará de una aparición episódica o si podremos ver al responsable de Museo Coconut en más capítulos. “Hace de lo que es, un jeta”, bromea Chiapella sobre Sevilla. “Estuvo muy bien, tenemos mucha sintonía y al director y guionista les gustó mucho, y de hecho estamos enfrascados en una trama muy graciosa con él”, continuó explicando.
Ernesto Sevilla, el responsable de que Chiapella acabara convirtiéndose en actor
Chiapella aprovechó la coyuntura para comentar que fue precisamente Ernesto Sevilla el responsable de que acabara dedicándose a la interpretación: “Saqué la carrera de Magisterio y Educación Física, y estaba a un pelo de presentarme a las oposiciones, ¡pero a cuatro días!”, recuerda. “Ernesto me llamó por el teléfonillo y me dijo que le habían comprado una historia en Paramount [en alusión a La Hora Chanante]. ”¿Te vienes a hacerla?“ Me fui a hacerla... y han pasado 15 años”.
Sobre su continuidad: “El personaje aún me permite divertirme”
Durante la entrevista, el intérprete también habló de lo mucho que ha calado el personaje del “Cuqui” desde los inicios de la serie hasta la actualidad: “Si ves al principio de la primera temporada, estaba planteado como un pijo estirado que aparenta lo que no es. Poco a poco le fui metiendo yo mis cosas, porque veía que se me estancaba la comedia. Empezó a funcionar, y lo bueno es que los guionistas cogieron el hilo rápidamente”.
Además, habló de su continuidad en La que se avecina, y explicó que Amador sigue manteniendo una imprevisibilidad que lo hace interesante: “El personaje aún me permite divertirme, y menos mal, porque son ocho años y a veces se te puede hacer un poco cuesta arriba. Pero me permite seguir haciendo lo que me apetece y anima a seguir”