En el curso de una entrevista rutinaria, surge la sorpresa. Ana Rosa Quintana afirma que ha pensado tomarse un año sabático porque tiene mil cosas pendientes, entre las cuales “viajar a China o escribir un libro”. La periodista le pregunta, “¿Quieres escribir otro libro?”. La presentadora le contesta que “llevo tres años recibiendo la insistencia de la editorial. Creo que tengo que hacerlo, pero no quiero vivir una situación tan terrible como la anterior.” Los interrogantes que se plantean a continuación son los lógicos: “¿Será una novela?”. Respuesta: “No, ya lo tengo pensado y será un ensayo.” En la noticia planea la acusación de plagio sobre su novela Sabor a hiel, que obligó a Editorial Planeta a la retirada de todos los ejemplares de la librería. A pesar de este funesto antecedente, Ana Rosa Quintana parece dispuesta a repetir la experiencia. ¿No le da miedo a que la critiquen?: “No me da miedo. Más de lo que me ha pasado no creo que me pueda pasar. Aquello fue tremendamente duro. Soy bastante osada para eso y hay que tirar para adelante. Después de lo que ocurrió conmigo, hubo ocho casos más y no pasó nada. Creo que el tiempo lo ha puesto todo en su sitio.”
Los antecedentes editoriales La irrupción de Ana Rosa Quintana en el mundo editorial provocó polémica con un libro que tenía todos los ingredientes del mundo oscuro de la edición: la existencia de un “negro” –un escritor anónimo que trabaja por encargo para otro- y un plagio. En Sabor a hiel, una obra sobre mujeres maltratadas, que consiguió vender más de cien mil ejemplares, con siete ediciones, aparecieron párrafos enteros calcados de dos best-sellers Álbum de familia, de la estadounidense Danielle Steel; y Mujeres de ojos grandes, de la mexicana Ángeles Mastretta. La periodista, que en principio explicó que “todo se debe a un error informático”, acabó culpando a un “colaborador” de la inclusión de textos de otros autores en su libro. El libro acabó siendo retirado del mercado y solo las buenas relaciones con la editorial, Planeta, evitó que el asunto acabara en los tribunales. El propietario de Planeta, José Manuel Lara, actual Presidente de Antena 3 televisión, afirmó en rueda de prensa, en octubre de 2000, que la editorial no tenía ninguna responsabilidad en el plagio porque “ningún lector ni editor tiene en su memoria los 60.000 libros que cada año se publican en España. Durante los últimos diez años se habrán publicado del orden de un millón de libros, y por esta razón confiamos siempre en que los autores no mienten cuando dicen que su obra es original y no es plagiada”.