La dirección de la cadena privada Antena 3 presentará mañana al comité de empresa, controlado por Comisiones Obreras, un plan para reducir uno de cada cuatro empleos mediante bajas incentivadas. Aunque la cifra puede sufrir un ajuste final, los despidos afectarán a unos 400 trabajadores de los 1.700 con que cuenta la plantilla. La comunicación que se realizará mañana tiene como objetivo proponer a los sindicatos la apertura de negociaciones directas y, sólo si no se llega a un acuerdo, se recurrirá a la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) ante el Ministerio de Trabajo a la vuelta del verano. Según los planes que baraja la dirección, a los que han tenido acceso los sindicatos, el ajuste afectará especialmente a los centros territoriales y a la redacción de informativos. Los nuevos dueños de la cadena van a justificar los despidos por la negativa evolución de los índices de audiencia y de la cuenta de resultados durante la etapa de gestión de Telefónica.
El ambiente entre los empleados es de gran pesimismo y los rumores sobre el ajuste se mezclan con las críticas a la anterior gestión. Los trabajadores recuerdan que la cuota anual de audiencia cuando Telefónica se hizo cargo de la empresa en 1997 era del 22,7%, mientras que el pasado año había descendido al 20,3%.
La facturación ha caído de 580 millones de euros en 2000 a 510 en 2002, mientras que el resultado se desplomó de 127 millones de beneficio neto a unas pérdidas de 31 millones.
El colectivo que sufrirá en mayor medida el ajuste será el que presta servicio en los 10 centros regionales de la cadena. Esta estructura, con sus aproximadamente 300 trabajadores, fue montada por Ernesto Sáenz de Buruaga durante su larga etapa como director de informativos con la intención de dar una réplica a los telediarios de RTVE. En el interior de la televisión privada existe el convencimiento de que tal estructura, con unos 300 trabajadores, tiene una difícil justificación. En su día se estableció un sistema de desconexiones territoriales de media hora en la programación que se ha ido recortando hasta los cinco minutos. La competencia de las emisoras autonómicas y locales han reducido su audiencia a la mínima expresión.
Temática La nueva dirección de la cadena privada también ha tomado la decisión de eliminar su filial Antena 3 Temática dedicada a la producción de contenidos. Esta empresa tendrá su propio plan de despidos, según las fuentes citadas, aunque buena parte de sus trabajadores están ligados a la empresa mediante contratos temporales por obra.
El grupo Planeta y el consorcio de televisión europea RTL, que en conjunto controlan el 42% de Antena 3 y tienen un acuerdo para colaborar en la nueva gestión, han planteado una estrategia de relanzamiento que definen como un 'proyecto profesional' basado en tres pilares fundamentales: 'buena programación de entretenimiento, buen cine y buenos informativos'.
Fuentes cercanas a los gestores aseguran que el futuro de Antena 3 debe situarse 'en sintonía con los grandes proyectos de televisión europea'. Citan expresamente al propio grupo RTL Televisión/Vox, que en el año 2003 tuvo una facturación de 1.542 millones y un beneficio de 223. También les gustaría que la empresa española tuviera como referente a sus homólogas TF1 y Mediaset. La cadena francesa consiguió una cifra de negocios de 2.282 millones y unos resultados de 210 millones en 2001, mientras que la italiana Mediaset logró 2.351 millones de facturación y 248 millones de beneficio ese mismo año.
Las mismas fuentes recuerdan que Antena 3 será el primer canal de televisión en España que saldrá a Bolsa en una operación prevista para el próximo octubre.
Política de expansión y blindajes millonarios La plantilla de Antena 3 vive momentos difíciles. Las críticas de los trabajadores se ceban en los tres consejeros delegados que han dirigido la compañía durante el periodo que Telefónica ha sido la propietaria. Se les acusa de haber mantenido una política 'caprichosamente expansionista' en todo este tiempo, mientras que la competidora había hecho un severo recorte de gastos y estaba obteniendo mejores resultados. De Juan José Nieto se afirma que se embarcó en una aventura de diversificación que ha sido un fracaso. Luis Velo apenas tuvo tiempo de definir una estrategia propia. A Ernesto Sáenz de Buruaga se le critica por haber mantenido una política de crecimiento cuando la crisis publicitaria ya estaba desatada. Ahora ultima su salida con una indemnización de tres millones de euros.