¿Quién es el culpable de la telebasura? José María Aznar dice que los profesionales de la TV. Los profesionales de la TV dicen que los espectadores, que son quienes la demandan. Los espectadores acusan al Gobierno, por no hacer cumplir la ley. Sea quien sea el culpable, el caso es que existe un tipo de programación, al que solemos referirnos como “telebasura”, que resulta ofensivo para muchos espectadores. En Estados Unidos, la reciente proliferación de reality shows en todas las cadenas ha intensificado la preocupación de la audiencia por el nivel de “telebasura” en sus pantallas. En este sentido, un grupo de empresarios influyentes y antiguos funcionarios del Estado han decidido concentrar sus esfuerzos en un proyecto que pretende presionar a las grandes compañías de entretenimiento americanas para que asuman su responsabilidad en los contenidos que producen o emiten, según un artículo del New York Times del que ofrecemos un resumen a continuación. El grupo, llamado Common Sense Media, ha creado un sistema on line de evaluación de contenidos televisivos, que clasifica todos los programas en función del lenguaje que utilizan y su contenido violento o sexual. Con el tiempo, también pretenden elaborar una guía de pautas para los padres sobre qué programas de televisión son más o menos recomendables para sus hijos, y que sustituya de una vez por todas al batiburrillo de sistemas de evaluación que existen actualmente. Una inversión de 500.000 dólares Common Sense tiene una inversión inicial de 500.000 dólares que prevé ampliarse próximamente. Entres sus accionistas figuran Charles R. Schwab, ejecutivo de una agencia de corredores de bolsa; Philip F. Anschutz, el fundador de Qwest Communications International y dueño de varios cines; George G. Robertes, un cofundador de la compañía que financia compras Kohlberg Kravis Roberts & Company; y James G. Coulter, socio fundador de la firma de inversiones Texas Pacific Group. Dos antiguos presidentes de la Federal Communications Comisión (FCC), William E. Kennard y Newton N. Minow, también están en el Consejo, al igual que Millard S. Drexler, un alto ejecutivo de J. Crew. “Hay una alto nivel de frustración entre los padres, y también me incluyo a mi mismo, porque creemos que los medios de comunicación no están dando a los padres la información necesaria para juzgar qué programas son apropiados para nuestros hijos y cuáles no”, opina Kennard. Common Sense pide a sus usuarios que se registren previo pago de 25 dólares. “Podemos presionar a la industria del entretenimiento y al FCC, que últimamente parece dormido, para que tengan en cuenta el interés público”, opina James P. Stayer, uno de los fundadores de Common Sense y autor del libro The other parent, sobre los ejectos de los medios de comunicación en los niños. Para conocer el nivel de preocupación que existe actualmente entre los padres, Common Sense encargó una encuesta a 1.000 padres con, al menos, un hijo de edad entre 2 y 17 años que viviera en casa. El 64% creía que los contenidos de los medios de comunicación eran, en general, inapropiados para sus familias. El 81% expresó su preocupación porque creían que los medios, en general, incitaban a la violencia o comportamiento antisocial entre los niños. Sólo uno de cada cinco entrevistados mostró total confianza por los actuales sistemas de autocontrol en programas de televisión, películas y videojuegos. ParentsTV, una iniciativa parecida Common Sense no es la primera iniciativa de este tipo que surge en EE.UU. La asociación independiente Parents Televisión Council tiene una web (www.parentstv.org) que evalúa el contenido televisivo. Por otra parte, la Catholic League también opina de vez en cuando sobre los programas que considera apropiados y los que no. La web de Common Sense (www.commonsensemedia.org) ya está operativa. Incluye críticas –elaboradas por los redactores o enviadas por los propios padres- sobre películas, programas, música, libros, webs de Internet y videojuegos; resumen de artículos, resultados de estudios, encuestas a padres, consejos sobre qué programas ver, etc. Por ejemplo, Common Sense da su visto bueno al concurso Quiere ser millonario y a la serie Sabrina, mientras que recomienda que los menores de 17 años no vean talk shows matinales como el de Ricky Lake o Jenny Jones. Common Sense ya se ha topado con alguna resistencia por parte de la industria a la que pretende supervisar. Por ejemplo, Jack Valenti, el presidente de Motion Picture Association of America, grupo que ideó el actual sistema que se utliza en EE.UU, para la evaluación de películas y programas de televisión, cree que no es una iniciativa realista ya que “no se puede utilizar la misma medida para la televisión, el cine y los videojuegos; no tiene nada que ver Friends con una película ni con un videojuego”. Además, Valenti apuntó a los resultados de otra encuesta que mostraba que los padres sí confían plenamente en el actual sistema de evaluación de contenidos televisivos, y teme que Common Sense puede llegar a ser un nido de fanáticos. Steyer defiende Common Sense asegurando que la web estará protegida contra la infiltración de grupos con intereses, incluidas las compañías de cine o televisión. “Será muy bueno para el Sr. Valenti y sus colegas en la industria saber lo que piensan realmente los padres sobre el actual sistema de evaluación y algunos de los contenidos televisivos a los que sus hijos son expuestos diariamente”, concluyó.