“Si se rompe el sello, se pierde la garantía”. Esta especie de ley natural que se puede leer en cualquier aparato cotidiano, es vulnerada por unos pocos avezados y valientes, dispuestos a hurgar en las entrañas de sus electrodomésticos, ordenadores... Esto es lo que ha hecho un grupo de usuarios de videograbadores personales mediante disco duro, como TiVo o ReplayTV. Y el resultado no puede ser más inmejorable, (para el usuario) y un poco desalentador (para el fabricante). Desde el primer momento en el que estos sistemas se anunciaron, hubo una crítica unánime: la poca capacidad de sus discos duros. Como máximo, TiVo por ejemplo es capaz de grabar hasta 60 horas, pero a una calidad muy pobre. Así que la clave estaba en añadir más capacidad al disco duro. Fue muy fácil, sobre todo para los programadores de Linux, ya que el disco duro de TiVo corre bajo este sistema operativo, de código abierto y flexible. ReplayTV tiene su propio sistema operativo, y por eso es más complicado, que no imposible, de manipularlo. Así que sólo quedó modificar el aparato para que aumentara la capacidad de grabación o añadir disco duro adicional hasta lograr capacidades de hasta 140 gigas en algunos casos. Un gran avance, si se piensa que por defecto, el disco duro de estos dispositivos tiene un límite de 35 megas, por término medio. El Santo Grial Aumentar la capacidad de grabación llegó a un punto sin retorno. Y por ello hubo que buscar el Santo Grial: Conectar TiVo a Internet para convertirlo en un servidor de vídeo. Con una tarjeta de Red los usuarios de TiVo pueden servir vídeo a través de la Red como si de un servidor web se tratara. Dicho y hecho, en noviembre del pasado año, un grupo de programadores de Linux logró conectar un aparato de TiVo a una conexión vía Ethernet. Esta acción es mucho más compleja y requiere un conocimiento muy avanzado y de momento, el rendimiento que se consigue es bastante bajo. Pero hay que pensar que a partir de ese momento, y con la lección de Napster ya aprendida, crear un programa para distribuir y copiar esas películas, programas o vídeos, es un paso más simple. De momento las cadenas de televisión y los estudios cinematográficos no tienen razones por las que embarcarse en juicios. Todo esto es obra de un pequeño grupo de personas. Aunque hay que ver a esta comunidad como un barómetro o una demanda para que TiVo, ReplayTv o sistemas similares venideros, estén conectados a Internet. De momento, se ha demostrado que ya es posible. ¿Pero es legal?
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