Reproducimos por su interés el siguiente artículo de Antonio León que publica el diario Expansión: Después de tres años de amagos y reflexiones, la Comisión Europea entra en la recta final de las consultas con los sectores implicados antes de sentarse a redactar este otoño el texto de la futura Directiva de Contenidos Audiovisuales Sin Fronteras.
La propuesta del Ejecutivo comunitario será hecha pública a finales de este año, y debería ser aprobada por los Gobiernos de los Veinticinco y el Parlamento Europeo en 2008 ó 2009, según el calendario que barajan los servicios de Sociedad de la Información y Medios de Comunicación de la Comisión, bajo la titularidad de la comisaria luxemburguesa Viviane Reding. La actual Directiva de Televisión Sin Fronteras se remonta a 1989, época en la que la reducida oferta televisiva de los contados canales de televisión existentes daba pie a una posición de dominio de los programadores sobre los telespectadores. El desarrollo de la televisión por satélite y por cable, y el de los contenidos por Internet accesibles a través de ordenadores y teléfonos móviles ha dado un vuelco al panorama audiovisual, y Bruselas se propone darle un vuelco a la legislación. Según han adelantado a EXPANSIÓN fuentes de la propia Comisión, el espectador ya es dueño de cambiar de canal si se siente bombardeado por la publicidad. De manera que la limitación de la misma debe ejercerla el mercado, lo que también permitirá más flexibilidad para que los proveedores de contenidos gestionen sus ingresos de forma más eficiente. Medidas La nueva directiva mantendrá la prohibición contra los anuncios de tabaco; y las normas para evitar una publicidad agresiva de bebidas alcohólicas y fármacos. Pero no añadirá prohibiciones que algunos sectores piden como, por ejemplo, la publicidad infantil. Las cuotas –un máximo de 20% de publicidad diaria, de 12 minutos por hora, y la imposibilidad de interrumpir una película antes del minuto 45 de proyección–, desaparecerán o se suavizarán. Bruselas afirma que, de todas formas, no se respetaban en muchos casos. No se llegará al nivel estadounidense y las emisiones en las que se intercale publicidad en cualquiera de sus formas –un personaje que utiliza un producto cuyo fabricante, por ejemplo, patrocina la serie– deberán identificarla. Lo que aún está en discusión es en qué casos la diferenciación de los contenidos informativos, de entretenimiento o de ficción de los reclamos publicitarios deberá realizarse simultáneamente, o al principio o al final del programa. Otra de las cuestiones en estudio es la posible creación de un mecanismo que impida en la UE las emisiones vía satélite o Internet de contenidos provenientes de países terceros en las que se incite al odio, al racismo o al terrorismo. Bruselas, en principio, no quiere reglas muy detalladas en este sentido en línea con su filosofía de desregular el sector a través de esta nueva norma. Pero sí un sistema eficaz para hacer respetar los principios de la sociedad democrática y del respeto de los derechos humanos, sin interferir en la libertad de expresión también propia de la cultura occidental.