Siete meses después de su incorporación a laSexta, Andreu Buenafuente recopila en un libro todos los monólogos que ha interpretado en esta cadena desde septiembre de 2007.
“La primera vez que hice un programa de televisión, pensé que no debía haber ni monólogos ni entrevistas... y este año interpretaré el número mil”, asegura el showman catalán en la presentación de “Digo yo”, octavo libro que publica.
Vertele.com ha hablado con Andreu Buenafuente de esta recopilación de humor, “una especie de homenaje a mi equipo de guionistas, que son fantásticos”.
El presentador, productor y accionista de laSexta, cuyo programa se ha convertido en una fábrica de fenómenos -hace años con El Neng y, actualmente, con Chikilicuatre-, repasa además otros aspectos de la actualidad televisiva.
LOS TITULARES DE ANDREU BUENAFUENTE
- “Me gusta tomarme muy en serio mi trabajo”
- “Hoy en día, se arriesga poco en televisión”
- “Hay programas que acaban siendo fábricas de chorizos”
- “Hay famosos que crean una productora para buscar su propio triunfo”
- “La Sexta apostó fuerte por nosotros y ahora le estamos dando protagonismo”
- “Al principio me sentía presionado porque quería estar a la altura”
- “Los que hacemos TV queremos que se hable de nosotros”
- “Con Chikilicuatre no vamos a reírnos de Eurovisión”
- “Reivindico el trabajo y la dignidad con la que estamos llevando el tema”
- “Quien entre en la polémica demuestra que es tonto, malo o envidioso”
- “Chikilicuatre es un homenaje a todos los cómicos y personajes que han pasado por el programa”
- “Me voy a emocionar cuando vea a Rodolfo en el escenario”
¿Cree que ha puesto de moda los monólogos en televisión?
No diría tanto. Puede que sea el más persistente, que no quiere decir ni el más importante ni el introductor de este género en España. Utilizamos el monólogo en nuestro programa porque nos va bien y la gente nos identifica con eso.
¿Por qué en un principio no quería monólogos en su programa?
Eran las dudas del principiante. En el primer espacio que me dieron en 1995, dije que quizás era mejor no tener entrevistas ni monólogos. Mi apariencia era la de un niño joven y pensaba que no iba a tener credibilidad. Después, la gente empezó a quedarse con esa parte del programa y vimos que funcionaba.
Ahora son sus principales señas de identidad…
Son las piezas angulares del programa, evidentemente. Se trata de ser anfitrión de la gente que viene a verte y, por otra parte, expresarte como cómico. A mí me gusta complicarme la vida y tomarme mi profesión más en serio: Disfrazarme, cantar… Toco muchos palos, lo cual cansa mucho, pero también enriquece el show.
¿Cree que otros profesionales se complican menos?
Hay poco riesgo en televisión. Uno encuentra un formato y, al final, el programa termina siendo una fábrica de chorizos. A mí eso no me gusta. Y no porque el programa sea mejor o peor, sino porque hay poco riesgo. Me gusta que haya riqueza de personajes, textos, invitados. Mis seguidores me lo agradecen.
Su programa está muy guionizado, ¿qué piensa de que otros apenas tengan?
Lo veo alucinado porque yo no podría entrar a un plató con una simple escaleta de tres horas. A veces, admiro a quien hace eso, pero yo no soy nadie para juzgar. Creo que en televisión es mejor invertir más dinero en los programas, contratar a más guionistas, vídeos, salas de montaje…
Uno de sus principales guionistas y colaboradores ha sido Jordi Évole, 'El Follonero', ¿qué le parece que ahora tenga sus proyectos en solitario?
Jordi es un gran amigo, socio de El Terrat y siempre he disfrutado con su proyección personal. Cuando a alguien en el que crees le va bien, sientes una satisfacción que es el auténtico motor de nuestra productora. Hay otras creadas sobre la figura de un famoso que lo único que busca es su propio triunfo. Mi ego está desbordado para varias generaciones desde hace tiempo, y ahora disfruto viendo cómo triunfa gente como 'El Follonero' o Berto. Yo ya he vivido todo eso.
¿Cómo han sido estos siete meses en laSexta?
Lo valoro excelentemente. Ahora estamos recogiendo el fruto de mucho tiempo trabajando. Que el programa tenga audiencia, repercusión y prestigio para devolvérselo a laSexta me da mucha satisfacción. La cadena apostó por nosotros muy fuerte y ahora me gusta sentir que le estamos dando vidilla y protagonismo. Al principio me sentía presionado, porque quería estar a la altura y ahora sé que lo estamos haciendo bien.
Últimamente, la mayor popularidad la han conseguido con Chikilicuatre, ¿cómo se ha vivido este fenómeno desde dentro?
Si haces un programa de provocación y conexión con el público, esperas que trascienda. Los que hacemos televisión queremos que se hable de nosotros al día siguiente, ésa es la verdad. A veces, cuando no existe esa repercusión, te preguntas si lo que haces está llegando a la gente o no. Y con el tema de Chikilicuatre te das cuenta de que sí trasciende.
¿Se esperaban llegar a Eurovisión?
No pensábamos que fuera a llegar a tanto, y aún queda mucho por delante.
¿Piensa que quizás han llegado demasiado lejos?
Es una locura, la verdad. Chikilicuatre pone a prueba nuestra capacidad de trabajo para reconducir el fenómeno, y creo que estamos preparados para reinventarlo y mantenerlo porque llevamos toda la vida haciéndolo con muchos personajes. Lo que ha ocurrido con Chikilicuatre es un homenaje también a todos los cómicos y personajes que han pasado por el programa.
¿Cuándo finalice Eurovisión también acabará Chikilicuatre?
No se sabe cuando desaparecerá el personaje, y eso le llena de un cierto misterio.
¿Qué es para usted Eurovisión?
Es un festival que ha cambiado y que ya no tiene los ideales de los años 60, gracias a Dios. Tampoco Europa ni España son como entonces. El festival se está buscando a sí mismo y ahora busca el impacto y la risa. Entiendo a los románticos de antaño, pero no creo que representen lo que ya es el festival actualmente.
Muchos internautas están disgustados con usted porque aseguran que Chikilicuatre nació para reírse de Eurovisión, ¿qué diría a los eurofans que piensan así?
No es cierto. No ha nacido para eso. Nació para reírse en el programa, lo que pasa es que luego se ha metido en la dinámica ‘festivalera’. Nosotros vimos que el festival estaba admitiendo el humor -como fue el caso de Austria hace unos años, con Alf Poier, o Irlanda, con su pavo-. En ese contexto, en el que se permitía el humor, decidimos jugar.
Pero dentro de la broma, reivindico que el público se fije en la dignidad y el trabajo con lo que lo estamos haciendo. No vamos a Eurovisión a faltar al respeto, porque hay muchas horas de ensayo y de producción detrás. Además, el equipo se va a ir quince días antes a Belgrado para trabajar la actuación. Si quisiéramos faltar al respeto, no haríamos esto, iríamos el último día con una cerveza.
¿No entiende la polémica, entonces?
Entiendo que haya gente a la que no le guste. Eurovisión hace mucho tiempo que abandonó el objetivo de reivindicar la música. La polémica del 'Chiki-Chiki' refleja tres cosas: Que se es tonto y no se entiende; que se es malo y no se quiere entender; o bien, que se tiene envidia.
¿Cuál es su apuesta para la final del festival?
Creo que vamos a ganar. Esto lo digo un poco en broma, porque nunca se sabe cómo van a entender los europeos el 'frikismo'. Lo que sí sé es que me voy a emocionar cuando vea a Rodolfo en el escenario.
EL TEST DE VERTELE
Un programa o serie de televisión que le guste:
“Los Soprano”.
Un programa o serie de televisión que no le guste:
Nunca lo digo por respeto a los compañeros. Hay un montón y cuando me retire los enumeraré.
Su trabajo del que se siente más orgulloso:
“Buenafuente”, porque ha superado los avatares del destino. Para mí, esta etapa en laSexta es la más bonita.
Un famoso/a de televisión al que admire:
Jesús Hermida es un icono.
Un profesional de detrás de las cámaras al que admire:
Javier Pons, porque le conozco y sé lo que está luchando.
¿Qué le parece el trabajo que está desarrollando en TVE?
Es lento y debemos esperar, pero estoy convencido de que ponen energía y honestidad para readaptar esa cadena, que no es nada fácil.