Entrevista

Carlos Blanco: “Nunca me sentí utilizado por Javier Sardá”

Con tan sólo trece años, debutó en las míticas “Crónicas Marcianas” de Telecinco convirtiéndose, entonces, en el 'niño superdotado de la tele'.

Nueve años después, Carlos Blanco regresa a la pequeña pantalla como uno de los integrantes del jurado de “El Gran Quiz”, el nuevo concurso que Cuatro estrena este domingo a las 22:00 horas.

“Miedo me da volver a la televisión porque la popularidad que se consigue es muy grande”, explica Blanco, quien comparte protagonismo en el programa con Marta Sánchez y Jaume Figueras.

Considerado el egiptólogo más joven del mundo, licenciado en Ciencias Químicas, Teología y Filosofía, Carlos Blanco habla con Vertele.com de su nuevo cometido en televisión, así como sobre su paso por Marte de la mano de Javier Sardá.

TITULARES DE CARLOS BLANCO

- “Me siento muy orgulloso de mi paso por Crónicas Marcianas

- “Agradezco que Sardá me mantuviera en una burbuja”

- “No me siento capaz de tener un programa propio”

- “Rechacé concursar en El Gran Quiz'

- “La TV me permite transmitir mi fascinación por el conocimiento”

- “OT y GH no me llaman la atención aunque alguna vez los he visto”

- “A veces, he echado de menos no haber tenido una infancia más normal”

- “En El Gran Quiz me he dado cuenta de lo ignorante que soy”

- “Los amigos de mi adolescencia fueron los libros”

¿Por qué ha estado 'desaparecido' de la televisión durante tantos años?

He estado dedicado a la universidad. He estudiado tres carreras al mismo tiempo, aunque he hecho alguna aparición esporádica en los medios de comunicación. Este programa me permite seguir preparando los doctorados y, por eso, estoy en él.

¿Dudó en volver a la primera línea de la televisión?

Inicialmente me llamaron para ofrecerme concursar en el programa, pero eso es algo que yo nunca hago. Luego volvieron a insistir porque creían que tenía el perfil adecuado para ser parte del jurado, pero yo estaba muy asustado. Quería que fuera un programa serio, sin frivolidad ni 'famoseo', y que tuviera nivel. Al final me convencieron.

Pero usted participó en “Crónicas”, un programa que tenía muchos de esos ingredientes…

Sí, pero yo tenía una sección que no era nada frívola. De hecho, iba al programa con mi madre y grababa mi sección a las nueve de la noche. A muchos de los colaboradores no les llegué ni a conocer. Además, siempre agradeceré a Javier Sardá que me mantuviera al margen del resto de contenidos del programa.

¿Guarda buen recuerdo de su paso por “Marte”?

Puedes hacer un programa cultural en La 2, que los hay, pero la audiencia es muy baja. Sin embargo, en “Crónicas” tenía la suerte de hablar de temas culturales en un programa de máxima audiencia.

Es verdad que tenía 13 años y que, quizás, estaba allí por el interés de que alguien tan pequeño hablara de esos temas... ¡para qué nos vamos a engañar!. Pero, aún así, me sentía orgulloso de transmitir esa inquietud por la cultura.

¿Se sintió utilizado en algún momento?

No, nunca creí que me utilizaran. Para colaborar en “Crónicas” mi padre habló muchas veces con Sardá porque queríamos unas garantías serias. En principio, fui para un programa nada más y finalmente estuve un año y medio. Luego, lo dejé porque me dieron una beca en el extranjero.

En el programa se me guardó siempre como en una especie de burbuja, tenía libertad para elegir los temas y fue una experiencia muy positiva que me ha permitido acceder a otros sitios, conocer a gente interesante…

¿Le molesta que aún se le siga conociendo como el 'niño superdotado de la tele'?

Ahora tengo 22 años y antes era el niño prodigio, está claro. Una persona tiene que estar orgullosa de su pasado y a mí no me importa que la gente me recuerde así. Sin embargo, he hecho más cosas, he publicado un libro… y no voy a vivir siempre de esa imagen. Quiero aportar algo más al a sociedad.

Además, no he querido desligarme de los medios de comunicación porque me gusta mucho divulgar y, por eso, intento aceptar propuestas de televisión que me parezcan serias. Eso me permite transmitir mi fascinación por el conocimiento.

¿Alguna vez le han propuesto tener un programa propio?

Nunca. Además, hay que tener en cuenta que no soy un profesional de la televisión por lo que no podría conducir un programa por mí mismo. Otra cosa es que me dejasen de vez en cuando cinco minutos en un espacio para hacer alguna reflexión sobre algún tema, pero no me comprometería a hacer algo solo porque no me siento capaz.

Después de unas semanas preparando el casting de “El Gran Quiz”, ¿qué sensación tiene?

Me está gustando mucho porque estoy viendo que la gente llega con mucha ilusión. Además, también estoy aprendiendo con las preguntas del programa y me doy cuenta de cuánta ignorancia tengo. Lo que más me gusta es la seriedad de la cadena y que pensaran que yo transmito la idea de que estudiar es algo fascinante.

¿Le han llamado la atención los concursantes que se han presentado?

Cada uno es una sorpresa. Te encuentras con gente muy variopinta: Empresarios, profesores, gente en paro… y eso es un aliciente.

¿Se ha sometido usted al “Gran Quiz”?

No, sólo he ojeado el libro con las preguntas, nada más. Me he dado cuenta de que son muy difíciles, hay que estudiárselas muy bien. Si he visto alguna que no sabía responder, rápidamente he tenido la necesidad de averiguarla.

Tiene fama de que sabe de todo, ¿hay algún tema que no domine perfectamente?

En cine y música estoy muy mal, excepto en música clásica porque me gusta bastante. A Jaume Figueras le suelo decir que él suple esa carencia que tengo. Por su parte, en historia, ciencias naturales y filosofía es donde mejor me desenvuelvo.

Del cero al diez, ¿cómo ve el nivel cultural de los españoles?

No me atrevo a valorarlo, tendría que ser el ministro de Educación quien lo hiciera. No soy capaz de dar una nota, pero sí veo que hay un abismo entre la especialización -hay gente que sabe mucho sobre algo en concreto- y la cultura general -hay poca gente que pueda hablar de todo y que reflexione desde la interdisciplinariedad-. A mí me atraen diferentes temas y por eso estudié tres carreras.

¿Cómo fue su adolescencia?

Ha sido peculiar. A mí me ha fascinado el conocimiento y mi adolescencia la he pasado entre libros. No he tenido muchos amigos porque, en ese momento, mis amigos eran los libros. Leía y eso me daba una sensación de libertad y elevación muy grande. Pero, a veces, he echado de menos no haber tenido una infancia más normal con menos preocupaciones, obsesiones y ansia por conocer y aprender. Sin embargo, estoy muy orgulloso de lo que he hecho.

¿De qué habla con sus amigos?

Tengo amigos de mi edad y suelo hablar de cosas totalmente diferentes, porque me apetece desconectar de mis estudios, aunque siempre me gusta meter alguna cuña intelectual. (Risas)

¿Habla de deportes?

Ése es otro tema en el que soy bastante ignorante.

¿Cómo es la relación entre los tres miembros del jurado del “Gran Quiz”?

Muy buena. Cada uno aprendemos cosas del otro y Marta ha hecho un esfuerzo grandísimo. Ella estaba muy asustada al principio y yo le insistía que yo no me comía a nadie. Uno no tiene que hacer ostentación de lo que sabe. Marta contó recientemente que, después de la primera semana en el programa, se fue a comprar unos libros para estudiar, algo que yo no he hecho con cine y música… (Risas)

Jaume Figueras, Marta Sánchez y usted son personas muy diferentes. Cuesta bastante imaginar una conversación a tres bandas…

Un día le pregunté a Marta Sánchez si conocía a Madonna, por sacar una conversación de la que pudiéramos hablar. A Jaume le pregunté quién era su actor favorito...

¿Le gusta Madonna?

No especialmente, algunas canciones, pero bueno, era por sacar un tema.

¿De qué suele hablar con Marta Sánchez?

El otro día le pregunté si era soprano, mezzosoprano o contraalto, y me dijo que en el mundo del pop no se funcionaba de esa manera (risas). Como su padre era cantante de ópera, le pregunté sobre su autor favorito y dijo que era Mozart. Yo siempre estoy escuchando a Motzart, así que ya tenemos algo en común.

¿Había escuchado alguna de las canciones de Marta Sánchez?

Pocas, sabía alguna, pero no muchas. Hace unos años, cuando el Papa viajó a Polonia le llevaron a Pelé para que le saludara y el Papa no sabía quién era. A mí a veces me ha pasado eso mismo cuando me han presentado a cantantes o actores que no he seguido. En ese caso, tienes que confesar que no sabes quiénes son, igual que confieso que hay novelas que no he leído. El día tiene 24 horas y no te da tiempo a todo.

¿No le ha pedido un disco a Marta Sánchez para empezar a escuchar su música?

No, pero se lo voy a pedir porque es muy simpática.

¿Ve la tele?

Sí, me relaja mucho. Veo las noticias de Lorenzo Milá, porque le conozco. También veo la CNN, me gusta “59 segundos”, algún documental, “Saber y ganar”…

¿Ha visto “Operación Triunfo” o “Gran Hermano”?

No me llaman la atención, aunque reconozco que alguna vez los he visto.

¿La televisión le parece cultura?

La televisión está para informar, formar y entretener. “El Gran Quiz” cumple esas funciones.