Clara Lago y Dani Rovira se granjearon aceradas críticas por sus declaraciones sobre la fama y los admiradores en una entrevista en 'El Hormiguero' realizada en noviembre de 2015. Durante la conversación con Pablo Motos, calificó de “un coñazo” el tratar continuamente con seguidores y les pidió “un ejercicio de empatía”, consistente en “ponerse en el lugar de la otra persona que, a lo mejor, lleva media hora recibiendo: 'Perdona, ¿una foto?, 'Perdona, ¿una foto?'”.
Han pasado meses desde aquella visita al programa de Antena 3, y ahora la actriz habla sobre esa polémica y sobre lo que ha aprendido de ella, en una entrevista para El Mundo. En primer lugar, quiere dejar claro que “nunca he llamado maleducados a los fans”, pero acto seguido reconoce que “hice algo que a mí me pone muy nerviosa, y es hablar solo de la parte negativa”.
“Lo que saco es que hay que hablar de lo bueno de la fama, que es mucho”
“Justo Pablo Motos nos preguntó en el programa sobre los fans, las fotos... y me salió así. Luego lo hablé con un maquillador amigo mío, Pedro Cedeño, y me dijo: ”¿Eres tonta? ¿Para qué dices nada? Te he visto en la entrada con Francisco (un fan que siempre está en todos lados con camisetas con mi cara, y al verle, fui a saludarle y a hacerme una foto con él) y qué rabia, porque al final la imagen que ha quedado es...“. Pero de todo se aprende”, reflexiona.
“Lo que saco es que hay que hablar de lo bueno, que es mucho. Y faltó hablar de la parte positiva de la fama”. Se acuerda en particular de su club de fans, 'Las claristas'. “Eso es muy gratificante”.
Del mismo modo, Lago también valoró la carta que envió a un periódico para denunciar las muestras de desprecio en redes sociales, a raíz de los ataques a su pareja, Rovira, tras la última gala de los Goya. Considera que su misiva era una llamada de atención ante los “muchos casos de bulying” a través de las redes sociales. “No se ha educado ni se ha enseñado a utilizarlas. Sé que no es fácil, pues estamos hablando de libertad de expresión, pero... son una plataforma muy cómoda para lanzar una piedra y no mirar dónde cae”.