Las emisiones de producción propia de la ficción televisiva de 2002 han sufrido el mayor descenso en términos cuantitativos de los últimos cuatro años. El leve aumento de dos títulos respecto al año 2001 no oculta la desaparición de 277 horas de ficción en las pantallas españolas. Las causas son diversas, pero reflejan la irregularidad como síntoma de la debilidad endémica del sistema televisivo español en el plano industrial de ficción televisiva. Ésta es parte de la radiografía de Eurofiction 2003, en el apartado que dedica a la ficción en nuestro país.
Este riguroso informe que coordina Lorenzo Vilches desde la Universidad de Barcelona destaca que la emisión de ficción televisiva afecta más a las cadenas nacionales que a las autonómicas, que lograron colocar 41 títulos de estreno frente a los 22 de las tres cadenas nacionales. Antena 3 es la cadena que más pierde este año y apenas alcanza los 80 episodios y 81 horas emitidas, frente a las 161 horas de 2001 y las 379 de 2000.
La carestía de horas de ficción ha tenido efectos parecidos en horario de máxima audiencia (prime time) y fuera de él (off time), aunque la tendencia a la baja de la franja diurna es más significativa si se compara con los cuatro años anteriores (288 horas frente a las 411 de 2001, las 481 de 2000 o las 777 de 1999). El mantenimiento de la apuesta en el prime time es, según Eurofiction 2003, el único signo positivo, porque es en este horario donde las cadenas nacionales y autonómicas se ven obligadas a competir con productos que suponen una mayor inversión en la producción. La disminución de capítulos en horario diurno es consecuencia de la menor programación de telenovelas en las dos cadenas privadas, Antena 3 y Telecinco.
Según el informe, resulta particularmente preocupante que la única serie de sobremesa para público joven (20 tantos) haya fracasado en Telecinco al no cumplir los mínimos requisitos de calidad. Un hecho sorprendente para una cadena que supo crear en esta franja horaria un producto digno y competitivo, Al salir de clase.
Fidelidad al serial abierto En relación con la segmentación por formatos, el estudio destaca la fidelidad de las televisiones a los seriales abiertos (open serial). TVE, tradicionalmente fiel a la telenovela de sobremesa, aporta dos (La verdad de Laura y Géminis) de los 10 programados este año y, además de 20 tantos, el resto se reparte entre las televisiones autonómicas (Arrayán, en Canal Sur; El cor de la ciutat y Plats bruts, en TV3 y Pratos combinados, en TVG, entre otras).
En esta ocasión vuelven a subir las emisiones de larga duración (más de una hora) gracias a los telefilmes (TV movies). Con ello pasa a ser el segundo formato preferido entre los títulos programados en 2002, después de las series y por encima de las telenovelas (seriales o culebrones).
Los telefilmes, que se encuentran representados en el 50% de las producciones, están aún lejos de ocupar el lugar destacado que ocupan en las televisiones europeas. Pero se trata de una tendencia que irá aumentando en los próximos años a tenor de las producciones (más de una veintena entre las cadenas autonómicas y las dos privadas) que se encuentran terminadas o en fase de rodaje.
Aunque la comedia continúa siendo el género de mayor fidelidad en España respecto a los demás países europeos (del total de comedias programadas en Alemania, Reino Unido, Francia y España, el 50% pertenecen a este último) el drama ha ido progresivamente apoderándose de las pantallas, tanto en su versión telenovela, como en el formato de 60 minutos.
TVE y TV3 son las cadenas que programaron más títulos de este género. Sin embargo, sigue existiendo una fuerte tendencia al dramedia como en Cuéntame cómo pasó (TVE-1) y Javier ya no vive solo (Telecinco). La autonómica catalana TV3 aparece como la cadena más equilibrada en la programación de ambos géneros.
Menos testosterona A lo largo de estos siete años del observatorio de la ficción, las pantallas españolas, señala el informe, han ido progresivamente desvirilizando a sus protagonistas. De los 125 protagonistas masculinos de 1999 se ha pasado a los 23 en 2002. Esta disminución de la testosterona no ha sido sin embargo aprovechada por el otro sexo que, a pesar de estar representado por una no menos importante presencia de protagonistas femeninas en ese mismo año (189), ha ido progresivamente moderando su representación, aunque aún dobla en números a los masculinos.
En las últimas temporadas las historias situadas en tiempo pasado habían ido disminuyendo, en parte por falta de programación de miniseries de la televisión pública, un género que se presta para las adaptaciones literarias e históricas.
El caso de Cuéntame cómo pasó es, sin embargo, un buen ejemplo del aprovechamiento del pasado como pretexto narrativo que, bien explotado, puede concitar a grandes y pequeños delante de la pantalla.
Un futuro preocupante para Vilches Para Lorenzo Vilches, coordinador de 'Eurofiction 2003', la oferta de géneros y formatos ha perdido en cantidad, pero también en calidad media (a juzgar por las series retiradas por su baja audiencia, como por ejemplo: 20 tantos, El pantano, Una nueva vida, A medias, La vida de Rita) o Código Fuego), en un país que detenta el último lugar en inversión económica entre los cinco grandes países europeos (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España). El frenazo en la inversión publicitaria, unido al hipnotismo que padece la mayoría de las televisiones españolas por la clonación de formatos de 'talk show', 'reality show', 'tele realidad' y concursos, explican en parte este descenso. «Lo que se manifiesta con evidencia es el desinterés de las televisiones por apostar por una política de producción de ficción a medio y largo plazo», subraya Vilches. Y añade: «En un país cuyos directivos televisivos toman decisiones sobre la producción y programación por adherencias políticas e intereses empresariales de corto respiro, la industria de ficción levantada con tanto esfuerzo en los últimos ocho años podría comenzar su declive de continuar la tendencia de vivir del fútbol y de los formatos».
Otros de los aspectos que preocupa al profesor Vilches es la escasa participación de las televisiones españolas en coproducciones con otros países, que es uno de los factores que inhibe la presencia de escenarios internacionales en la ficción propia. «Ese es otro raso más del autismo de una industria demasiado pendiente de buscar el favor de los públicos generalistas. Este autismo de la ficción española podría matizarse con la posible oleada de telefilmes que se preanuncia en las cadenas nacionales y autonómicas».
Si hace unos años les era relativamente fácil hacer unas clasificaciones, aproximadas pero significativas, de la oferta de ficción, en la última temporada, este empeño ha sido casi imposible. «La imposibilidad de construir categorías refleja la zozobra de un sistema televisivo que se ve obligado a afrontar el auge de programas de entretenimiento y los 'scoops' de la información con un método de evaluación en el que prima la cantidad sobre la calidad de los espectadores», concluye.
Artículo publicado en El Mundo, Ángel Fernández, 27/7/03