La revista El Observador publica un artículo donde se hace eco de una denuncia de Amnistía Internacónal sobre la situación de los Garífunas en Cayos Cochinos, el enclave donde Telecinco y Magnolia TV grabaron la última edición de “Supervivientes: Perdidos en Honduras”.
La publicación señala que el rodaje del reality implicó la expulsión de la población local, así como la prohibición para que pescara en la zona para alimentarse. Por su interés, reproducimos a continuación el artículo de El Observador:
“Lo que el programa ‘Supervivientes’ que emite en España Telecinco no enseña es que la Fuerza Naval de Honduras vigila el cayo donde se rueda este ‘reality show‘ prohibiendo que se acerquen al mismo miembros de la comunidad local, los negros garífunas, que fueron expulsados de dicho islote después de que lo comprara en 1993 el magnate suizo Stephan Schimidheiny y ese mismo año el gobierno hondureño declarara la zona Reserva Biológica.
Las agresiones y las restricciones al derecho de alimentación que, con el argumento de la protección ambiental, la Fundación Cayos Cochinos ha impuesto a los garífunas han sido denunciadas por Amnistía Internacional y están siendo investigadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) ha criticado por su parte que las buenas intenciones “de los ambientalistas hayan degenerado en una violación de los derechos humanos y que el discurso de conservación se haya convertido en un proyecto turístico con severas consecuencias para el medio ambiente”.
Desde Magnolia TV, productora de tres ediciones de ‘Supervivientes’, explican a El observador que la situación de los garífunas “no nos compete”.
Un poco de historia: los garífunas son negros descendientes de los esclavos que sobrevivieron en el siglo XVII a los naufragios y a las enfermedades y se mezclaron con la población de la costa caribeña de Honduras. Viven fundamentalmente de la pesca artesanal, con un alto índice de miseria, sin servicios básicos como centros de salud, agua, energía o alcantarillado. Son los pobres entre los pobres.
En 1993, el multimillonario suizo Stephan Schimidheiny compró al gobierno hondureño parte del archipiélago de Cayo Cochinos, donde viven y pescan los garífunas. Ese mismo año un decreto presidencial elevó esta zona a la categoría de Reserva Biológica, incluyendo Cayo Menor y Cayo Paloma.
En este último islote la productora Magnolia TV (‘Supernanny’ y ‘Cámera Café’) ha rodado tres ediciones de ‘Supervivientes’, dos para Tele 5 en España y otra de la ‘L’Isola dei famossi’ para la versión italiana en la RAI.
Con el argumento de la protección medio ambiental, a los garífunas les expulsaron de estos cayos y les prohibieron pescar en esa zona (con anzuelos) y también les prohibieron el buceo artesanal para obtener moluscos.
La Fundación Cayos Cochinos encargó a las Fuerzas Armadas de Honduras la protección de esta Reserva Biológica, para lo cual nombraron a un capitán especialista en contrainsurgencia de la tristemente célebre Escuela de las Américas.
En 1996 el pescador garífuna Domitilo Cáliz desapareció mientras buscaba alimentos; el caso sigue sin resolverse. Ante la instigación, el secuestro de cayucos y las agresiones a los garífunas de la zona (radicados mayoritariamente en la isla vecina de la Bahía), Amnistía Internacional emitió un duro informe de denuncia de las violaciones de los Derechos Humanos a las comunidades indígenas en Honduras (AMR 37/10/99).
En 2007 también se registraron ataques a pescadores por parte de las Fuerzas Armadas y detenciones irregulares cuando buscaban alimento.
Em 1997 Avina, una controvertida organización ambiental presidida por el mismo magnate europeo que compró las islas, Stephan Schimidheiny, asume a través de una Fundación en la que también participa WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) la gestión del archipiélago de Cayo Cochinos, elevado por decreto a la categoría de Monumento Natural Marino en 2003.
“Después de una ardua labor de denuncia efectuada por la comunidad y organizaciones acompañantes, se logró que no se incluyera la pesca con anzuelo como parte de las imposiciones a la comunidad. No obstante se prohibió el buceo artesanal, y se tomaron otras medidas más que disminuyeron los ingresos económicos de la comunidad afectando su derecho a la alimentación”, explica a El Observador Miriam Miranda, coordinadora de OFRANEH, Organización Fraternal Negra Hondureña.
Al mismo tiempo que se sometía a los garífunas a estas serias restricciones alimenticias, la Fundación Cayos Cochinos negoció -por una suma de dinero que desde Magnolia TV no quieren desvelar- el permiso de rodaje de ‘Supervivientes’, ‘reality show’ en el que un grupo de famosos españoles participan en un ‘exótico’ concurso gracias al cual 3 millones de telespectadores pudieron ver a una ex actriz porno en bikini o a una tertuliana rosa picada por los mosquitos junto al resto de celebridades jugando a ser robinsones.
“Los rodajes tienen una permanente protección de parte de la Fuerza Naval de Honduras, la cual se ha visto involucrada en varios episodios de violación de los derechos humanos de los garífunas de los cayos. Ante la inexistencia de un verdadero estado de derecho en el país, la OFRANEH está ventilando la situación de derecho a la alimentación y las violaciones de derechos humanos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”, apunta Miriam Miranda.
Toni Sevilla, director de programa que se desplazó junto a otras 130 personas del equipo hasta Honduras, explica que la protección del ejército hondureño se debe a que “la idiosincrasia del programa es que estén aislados, que nadie tenga acceso y eso lo cumple la Fundación, como lo hace la Fundación ya no es asunto nuestro, yo no traigo policía, son ellos los que rigen”.
Sevilla, que afirma desconocer las denuncias de Amnistía Internacional y las presentadas en la CIDH, apunta que el programa dio trabajo a los garífunas, por ejemplo, “en la construcción de juegos”.
Por otra parte, desde la OFRANEH Miriam Miranda sostiene: “A los ‘realities’ se les ha permitido vivir en el cayo durante periodos de varias semanas, teniendo como resultado la disminución de tortugas que arriban al lugar, en especial cuando coinciden los eventos televisivos con la temporada de desove”.
El pescador local José Buelto afirma que la conservación “de la que tanto han hablado los biólogos se ha convertido en una burla para nuestro pueblo y un negocio para las fundaciones. Los pájaros que vivían en Cayo Paloma emigraron ante la presencia de turistas del ‘reality show’ al mismo tiempo que espantaron las tortugas. La Fundación Cayos Cochinos recibió este área para su protección, no para impulsar el turismo masivo y dañar el ecosistema”.
Las agencias de viajes ya ofertan paquetes turísticos ‘Supervivientes, perdidos en Honduras’ para visitar Cayo Cochinos por 1.770 euros.