Tribunales

Desestimada la demanda contra Chicote y 'Pesadilla en la cocina' por trato vejatorio

La juez ha desestimado finalmente la demanda interpuesta por José Luis Sanz, uno de los protagonistas de 'Pesadilla en la cocina', contra el programa y Alberto Chicote, y obliga al demandante a asumir las costas. Dos semanas después de celebrarse la vista, la justicia ha dictado el archivo de la denuncia, al considerar que no existió intromisión al honor ni trato vejatorio, según ha sabido Vertele.

Las claves de la demanda contra Chicote y 'Pesadilla en la cocina'

Alberto Chicote es uno de los profesionales mejor valorados de la televisión. El polifacético cocinero triunfa en Atresmedia con programas como 'Top Chef', 'Pesadilla en la cocina', que estrena en breve la nueva temporada en laSexta, y 'Superalimentos', que ya tiene en marcha nuevas entregas para Antena 3, según avanzóYotele. Una faceta que compagina con sus propios negocios en el mundo de la hostelería y la formación culinaria, como los que nos detallaba recientemente en este artículo.

Pero el trabajo de 'coach' implacable que ejerce en los programas de Atresmedia, donde tiene que sacar su personalidad más dura y autoritaria con los empresarios a los que asesora e intenta salvar de la ruina también tiene sus sinsabores. Y el pasado 8 de abril, Chicote se enfrentó a uno de ellos. El cocinero tuvo que declarar en la vista oral por la demanda que un ex participante de 'Pesadilla en la cocina' interpuso hace dos años contra él y la productora del programa, como ya les contóVertele.

El dueño de 'La Mansión de Navalcarnero' demanda por “intromisión al honor”

José Luis Sanz, uno de los protagonistas de la segunda temporada de'Pesadilla en la cocina', interpuso el pasado 31 de julio de 2014 una demanda contra el cocinero/presentador y la productora del programa de laSexta, Eyeworks, por “intromisión ilegitima en el honor” en la entrega del programa dedicado a su restaurante La Mansión de Navalcarnero (Madrid), emitido en la sexta en mayo de 2013.

El programa asesoraba en este capítulo a José Luis Sanz, propietario, junto con otro socio, del restaurante 'La Mansión de Navalcarnero'. Poco después y mientras se estaba haciendo la reforma del local, el socio abandonó el proyecto, por lo que Sanz se vio obligado a enfrentar solo una obra que le costaría el doble de lo presupuestado. Para terminar el proyecto, le faltaban 120.000 euros y su madre accedió a hipotecar la casa para no perder el dinero invertido en el restaurante.

Chicote llegó a Navalcarnero para ayudarle a sacar adelante el negocio e impedir que su madre, Amelia, fuera desahuciada. Sin embargo, el dueño de La Mansión de Navalcarnero considera en su reclamación judicial que Chicote no solo no le ayudó, sino que se excedió en la crítica a su persona y profirió comentarios vejatorios.

En la demanda civil, a la que ha tenido acceso Vertele, José Luis Sanz reconocía que “firmó sin asesoramiento alguno el contrato con Eyeworks para la grabación del programa”. El dueño de La Mansión aseguraba que él no llamó al programa, sino que fue a la inversa, “al ver que el local estaba en traspaso, y me convencieron”.

José Luis Sanz admite que aceptó participar en el programa pero luego se arrepintió

Como ocurre en todos los realities de este tipo, la productora y los protagonistas firman un contrato por el que estos ceden sus derechos de imagen y aceptan someterse a las críticas y comentarios que surjan.Cuando alguien opta por someterse a un programa como “Pesadilla en la cocina” sabe perfectamente a qué se expone, porque está claramente reflejado en los programas de televisión que ya se han emitido anteriormente o en el programa original. Es un formato que contempla, como tantos otros, una manera de tratar a los concursantes exigente, a veces dura, poco amable, que forma parte del planteamiento escénico del show. Por ello, una demanda como la que ahora ha sido desestimada no suele producirse y, en caso de que prospere alguna, difícilmente termina bien para el demandante. En el caso de 'Pesadilla en la cocina', el título y concepto del programa ya lo dice todo. El chef va en auxilio de restaurantes en crisis que necesitan un revulsivo para superar problemas internos y un análisis externo para detectar lo que se está haciendo mal, superarlo, y llevarlo a una senda profesional exigente. Pero este camino no es cómodo para el restaurador, que tiene que soportar las críticas públicas y televisadas de Chicote, una “pesadilla”, vaya.

Muchos negocios que ha visitado Chicote han terminado resolviendo sus problemas y sus dueños han agradecido su labor. Sin embargo, el dueño de la Mansión de Navalcarneroaseguraba se arrepintió tras haber participado en 'Pesadilla en la cocina'.

En su demanda, el empresario denunciaba que el programa le imputó “con un lenguaje soez, toda clase de acciones inmorales”. En concreto, aseguraba, “se dijo que en el restaurante y hotel se fomentaba y practicaba la prostitución, lo cual es radicalmente falso”. El demandante acusa al chef y al programa de “dañar la imagen del restaurante hasta hundirlo de forma irremisible”.“Tras ver el programa se me anularon bodas y eventos que tenía previstos, con lo que he perdido beneficios”.

En la demanda se acusaba a Chicote de ser “autor de comentarios difamantes, ofensivos o injuriosos que solo buscan el descrédito, excediéndose todos los límites razonables de la libertad de expresión”, y cita como ejemplos frases de Chicote en el programa como “esto es la mansión del terror”o “éste pensaba que montando el picadero de atrás se solucionaba el problema”.

En otro de los puntos de la demanda, el protagonista de 'Pesadilla en la cocina' también acusaba a Chicote y al programa de “desatar un estado de salud tanto físico como psíquico alarmante en Amelia Lorenzana”, la madre del demandante que corría peligro de desahucio y que también intervino en la grabación.

Por todo ello, José Luis Sanz reclamaba a Chicote y la productora una indemnización de 200.000 euros por daños y perjuicios.

En declaraciones a Vertele, el dueño de la Mansión aseguraba que pidió a la productora que no emitieran su entrega, tras ver a Chicote antes de la emisión en El Hormiguero, “diciendo que soy un iluminado y que monté un picadero para hacer funcionar mi restaurante, aparte de insultos varios”. “En el programa se sacaron vejaciones dejándome como una persona que no soy. Mandé un burofax a la productora para que detuvieran la emisión pero me lo denegaron argumentando que yo había aceptado por contrato”.

El cocinero también criticaba el ritmo de grabación que lleva el programa. “Me hacían repetir cientos de tomas hasta que reventé en los días finales. Llegó un momento que les dije, si esto es un reality, yo no soy así, si queréis contratáis a un actor. Fueron 5 días traumáticos, a mi madre la hicieron sufrir y tiene un informe de daños psicológicos”.

“Me llamaron vago, dijeron que era el culpable del desahucio de mi madre, me dieron una imagen de chulo, cuando soy un luchador nato”. “Llevo 13 años pagando religiosamente la hipoteca de mi madre”.

El 8 de abril tuvo lugar la vista oral con la declaración de Chicote

El pasado jueves 8 de abril, dos años después de presentarse la demanda, tuvo lugar la vista oral en Madrid.Alberto Chicote tuvo que declarar, a petición de la acusación. El chef de Atresmedia se amparó en su libertad de expresión y aseguró que no tenía voluntad de ofender a nadie sino hacer una crítica constructiva como hace en todos sus programas, según testigos de la vista. La acusaciónmantuvo que “la libertad de expresión no ampara el insulto” en una de las bases de su demanda.

La productora no declaró en la vista oral, ya que la acusación no lo solicitó, como tampoco lo hizo el demandante, puesto que la parte contraria renunció a su derecho de pedirle declaración.

“Hablaron todos menos yo, en cuanto levantaba la voz me pedían callar, les faltó darme un latigazo. No pude manifestarme y tuve que aguantar todas las mentiras”, se lamenta el demandante.

Consultada por Vertele, la productora Eyeworks declinó hacer declaraciones.

La resolución ha salido en dos semanas

Se esperaba que em quince días la juez decidiera si había causa o no para aceptar la demanda Alberto Chicote y Eyeworks.

Tras las distintas declaraciones, el fiscal pidió la desestimación de la demanda. Tras ver el programa en cuestión, el fiscal consideraba que lo proferido en esa entrega no excede lo que ya se presupone en un programa 'coach' de estas características . Es un programa con un objetivo positivo, el de ayudar a un empresario en crisis, pero es conocido que el contenido genera polémica y conflicto, y la gente que participa en él ya sabe a lo que se expone, es el resumen de la argumentación del fiscal. El trabajo de Chicote en 'Pesadilla en la cocina' es, precisamente, criticar la gestión de restaurantes y no puede ser demandado por ello.

La petición de desestimación de la demanda no era vinculante, pero sí era previsible que influyera en la decisión final del juez. El demandante fue advertido por su abogado del riesgo de desestimación, y los costes que le conllevarían, pero éste prefirió seguir adelante.

Así presentó laSexta la entrega de 'La Mansión de Navalcarnero'

En ‘La mansión’ todo parece estar de paso: su dueño viene del mundo del espectáculo, uno de sus camareros es actor, el deseo de la camarera es ser estilista yel cocinero es un fotógrafoal que no le gusta cocinar y que trabaja entre fogones más por necesidad que por pasión. Un equipo para el que la restauración no es precisamente su sueño.

Esta combinación ha convertido a ‘La mansión’ en uno de los negocios más criticados de la provincia. Pero lo más grave de todo es la actitud irresponsable y poco profesional de un dueño que está arrastrando a todos con él. En especial asu madre, a la que ha llevado al borde del desahuciosin que ella sea consciente.

‘La Mansión de Navalcarnero’ es el restaurante de una hospedería con escasa ocupación y que tan sólo tiene algún comensal ocasional. Su dueño, José Luis, siempre trabajó en el mundo del espectáculo y llegó a “La mansión” de forma accidental. Al hacerlo, puso la hipoteca de su madre como aval y, sobre ella, recaen las deudas que acumula el negocio.

José Luis siempre pensó que tener un restaurante era algo sencillo.Bajo su desordenado mando capitanea un equipo en sala y cocina para quienes la cocina y la hostelería no son, ni de lejos, el sueño de su vida. A esto hay que sumarle las curiosas ofertas y descuentos del local, que permiten pasar varias horas de siesta en los “románticos” bungalows si se alcanza una consumición mínima concreta.

Alberto Chicote y el equipo de Pesadilla en la cocina descubren en 'La Mansión' una caótica hospedería con restaurante, una indiscreta decoración, una pésima oferta gastronómica y una falta de seriedad absoluta.A todas horas risas, bromas, payasadas…una actitud que Alberto Chicote no está dispuesto a permitir y que consiguen sacarle de sus casillas. Un reto difícil que pone al chef al límite y que le hace plantearse seriamente si su trabajo en 'La mansión' no debiera terminar antes de tiempo.

José Luis siente herido su orgullo al escuchar su gran parte de responsabilidad en el fracaso del negocio. Además, su experiencia en televisión le hizo pensar que su paso por el programa iba a ser un “paseo” del que saldría indemne. Al equivocarse, José Luis hace gala de su incomodidad y descubre que si quiere volver a reflotar el negocio tendrá que trabajar duro.

Con los días, Alberto Chicote descubre los verdaderos motivos de la falta de actitud de los empleados y es testigo del abandono del propio cocinero por la falta de sensatez de su dueño. Ante esta situación,el chef decide llevar a José Luis a la plataforma STOP DESAHUCIOSpara que, a través de la experiencia y exposición de sus integrantes, sea consciente del drama en el que su madre está envuelta al haber involucrado su casa en sus negocios personales e irresponsables.