Es un robo online

El embajador de EEUU en Australia pide que se pare de piratear 'Juego de tronos'

El embajador de Estados Unidos en Australia,Jeffrey Bleich, recurrió a Facebook para instar a los australianos a que cesen las descargas ilegales de Juego de Tronos, y dijo que están entre los mayores piratas del mundo de la popular serie medieval de televisión, informa Reuters.

En una publicación titulada “Stopping the Game of Clones” (Detened el juego de clones), Bleich, fan de la serie de HBO, comparó la piratería creciente de los ladrones en Internet con las conspiraciones e intrigas de las casas nobles de la serie.

Compara la piratería con las conspiraciones de las familias de la serie

“Desafortunadamente, casi tan épico y retorcido como la serie es su robo sin precedentes por parte de los espectadores online de todo el mundo”, escribió en su página de Facebook oficial. “Como embajador aquí en Australia, fue especialmente preocupante descubrir que los fans australianos eran unos de los peores infractores con las tasas de piratería de Juego de Tronos entre las más altas del mundo”.

TorrentFreak, una página web de noticias de intercambio de archivos, estimó que Juego de Tronos fue la serie más pirateada de televisión en 2012, y que cada episodio alcanza 4,28 millones de descargas pirateadas, igual a la cifra de espectadores por episodio emitido, dijo Bleich.

Recuerda que si todos fueran “piratas”, la serie no existiría

Cuando comenzó la segunda temporada, los fans australianos tuvieron que esperar una semana antes de poder acceder a los nuevos episodios por medios legítimos, pero la espera se redujo a pocas horas en la tercera temporada.

Neil Gane, director general de la Federación Australiana contra los Robos del Copyright (AFACT), dijo que, como cabía esperar, las encuestas hallaron que la mayoría de quienes descargaban ilegalmente lo hacían porque era gratis. La segunda temporada de “Juego de Tronos” cuesta 38,99 dólares en la tienda iTunes en Estados Unidos y 35,05 dólares en la tienda australiana.

“Si los 4 millones de personas que vieron Juego de Tronos legalmente se la hubieran descargado de forma ilegal, la serie nunca se hubiera emitido y nunca habría habido una tercera temporada”, dijo Bleich.