La difusión de unas conversaciones telefónicas grabadas en 2004 y 2005 ha colocado a la televisión pública italiana, la RAI, y a su rival privada Mediaset en el centro de un escándalo político-mediático. Los diálogos entre ejecutivos de ambos operadores sugieren que dieron trato de favor a Silvio Berlusconi cuando éste era primer ministro y fue derrotado en las elecciones locales.
Estas conversaciones revelan la injerencia política en los medios de comunicación de Italia. El diario de izquierda 'La Repubblica' en su edicón del pasado miércoles hizo públicas las transcripciones de las conversaciones telefónicas mantenidas entre ejecutivos de la RAI y Mediaset, propiedad de Berlusconi.
En las grabaciones se escucha a los ejecutivos discutir sobre la forma de presentar la derrota de Berlusconi en las elecciones locales de una manera más favorable en los programas de noticias y 'talk shows'.
Una de las transcripciones impresas de 'La Repubblica' cita a un ex ayudante de Berlusconi, y a la vez ejecutivo encargado de la programación de la RAI, que hablaba con su homólogo de Mediaset tras la derrota de Berlusconi en abril de 2005. En esta conversación, el ejecutivo de la RAI asesora al de Mediaset sobre la emisión de “un programa en 'prime time'” que eclipsara un 'talk show' de la RAI sobre los resultados de las elecciones.
En otra conversación en el mismo día, un administrador de la RAI reconoce presionar para que se produzca una demora en el anuncio de los resultados.
La publicación de esta conversación ha provocado el aumento de las protestas de sus opositores, quienes afirman que el control del 90% de los organismos de radiodifusión de Italia se encontraban en las manos de Berlusconi durante los cinco años que éste estuvo en el poder.
Berlusconi siempre ha negado esta acusación. Mediaset, por su parte, ha comunicado que demandará a 'La Repubblica' y a uno de sus miembros de la Junta Directiva, ya que califica sus acusaciones de “tonterías”.
Estas conversaciones han provocado una investigación interna de la cadena estatal y ha despertado la reforma que se está llevando a cabo para tratar de hacer que el organismo de radiodifusión sea más independiente de la política, la cual lleva atascada en el Parlamento varios meses.
Esta reforma pretende que los miembros de la Junta Directiva de la RAI dejen de ser designados por el parlamento y el Gobierno, dependiendo de su afiliación política.
Revelan presunto pacto informativo secreto entre Mediaset y la Rai
El grupo Mediaset -perteneciente a la familia del político y magnate italiano Silvio Berlusconi- y la televisión pública italiana -Rai- habrían llegado presuntamente a un acuerdo secreto de no agresión, según 'La Repubblica'.
La base de estas acusaciones son las escuchas telefónicas realizadas a finales del año 2004 y en la primavera de 2005, según las cuales los dos grupos de comunicación audiovisual más importantes de Italia habrían pactado la información, especialmente en casos de gran impacto mediático como fueron la muerte del Papa Juan Pablo II o las elecciones administrativas de 2005.
La noticia dada hoy a conocer por el diario transalpino provocó la inmediata reacción de la Rai, que anunció una investigación interna y la propia constitución como parte lesa, en caso de que se demuestren los hechos.
La posibilidad de que pueda haber existido un pacto secreto informativo entre los dos grandes grupos de televisión desató también las críticas en el ámbito de la política, con el ministro de las Comunicaciones, Paolo Gentiloni, a la cabeza, que hizo notar su preocupación ante el “clima colusorio” (ilícito) que “está aflorando” y que no favorece al servicio público ni a su autonomía.
Desde Mediaset, en cambio, la miembro del consejo de administración del grupo Gina Nieri catalogó de “estupideces” las acusaciones de 'La Repubblica', ya que “está a la vista de todos que Rai y Mediaset se hacen la competencia hasta 72 horas al día”.
Las supuestas escuchas habrían tenido lugar durante la pasada legislatura, en que Silvio Berlusconi -cuya familia controla el accionariado de Mediaset- ocupaba el cargo de primer ministro de Italia.