ENTREVISTA A PILAR CEBRIÁN, COACH DE 'MEJOR LLAMA A PILAR'
¿Qué te llevó a presentarte al casting?
Soy una persona muy, muy activa. Mi marido dice que no duermo, que pienso. Siempre estoy maquinando y, cada cierto tiempo digo: “Me gusta mi vida pero quiero algo más”. Como había hecho alguna cosilla de tele y no se me da mal comunicarme, decidí explorar esta faceta. Envié varias cartas presentándome a gente de la televisión, pero gente a la que tampoco conocía. Fue un poco a ver si suena la flauta y si no, yo laboralmente estoy muy contenta. Tengo una consulta de psicología y una agencia matrimonial: hago parejas, las ayudo a funcionar y la gente soltera o divorciada los junto también... Mandé esa carta y rápidamente me dijeron que buscaban una psicóloga entre 25 y 35 años, con más de 10 años de experiencia en terapia de parejas, y mi respuesta fue: “Me estás buscando a mí”. A la semana me llamaron para un casting. Fui, me pusieron una pareja que me complicó un poco el rato y me encantó. Me sentí muy cómoda desde el principio. La verdad es que confié mucho en este proyecto, confíe mucho.
Has hecho colaboraciones en televisión. ¿Cómo entraste en este mundo?
Me llamaron ellos. Tenía una consulta en Zaragoza y, de repente, un día me llamaron de Aragón Televisión, para el programa 'Sin ir más lejos'. Algún redactor debió buscar psicólogos, me llamaron una vez y les debí gustar.
¿Qué tiene la televisión que te llama tanto la atención?
La comunicación. Me gusta mucho comunicarme. La psicología la domino mucho, confío mucho en ella y creo que todo el mundo debería tener acceso directo a estas herramientas. Poder llevarlas a todo el mundo para mí es muy favorable, le pongo mucha pasión.
¿Tu vocación por la psicología surgió a partir de la primera vez que viste 'El club de los poetas muertos'?
Sí, vi la película y me leí 'El señor de las moscas'. Estos dos elementos junto al señor Gálvez, mi profesor de filosofía de 2º de BUP, fueron los que me llevaron a ello. Estuve entre periodismo y psicología, pero al final me decanté por psicología.
¿Eres espectadora habitual del resto de programas de coaching de Cuatro?
Sí, de todos. Mi trabajo es muy intenso, estoy expuesta a dramas y a situaciones muy negativas diariamente en la consulta. Este tipo de programas me dan una perspectiva que me ayuda mucho. Me gustan, me entretienen.
¿De todos los emitidos por Cuatro cuál te gusta más?
Me gustó mucho 'Supernanny' cuando mi niño de dos años era bebé, porque me daba muchas estrategias. De hecho, yo estudié el máster en CINTECO y ella también. Somos las dos del mismo máster. No llegamos a coincidir porque somos de generaciones diferentes pero ambas hemos estudiado ahí. Ese máster está muy especializado en este tipo de terapias muy prácticas.
¿La conoces personalmente?
No, pero me parece una profesional como la copa de un pino. 'Supernanny' lo vi, 'Ajuste de cuentas' también me parecía superentretenido. También tengo un perro, así que 'Malas pulgas'. 'Hermano Mayor' me ha gustado mucho. Soy muy seguidora de estos formatos.
¿Eres seguidora principalmente de este tipo de programas?
Soy seguidora de todo. Me gusta la tele. Mis dos horas por la noche de tele son algo fundamental. Consulta, niños y tele.
Como psicóloga, ¿recomiendas un par de horas de televisión al día?
Sí, un par de horas. Tampoco más porque no es muy sano. Hay que leer, relacionarse, quitar la tele mientras comes, mientras cenas… Eso sí que es imprescindible.
¿Crees que la televisión es el medio más directo y adecuado de llegar a todo?
Tampoco se puede generalizar. Cada persona tiene el medio que le llega. Todo debe ser en su justa medida, porque tengo pacientes que han hecho de la televisión su único medio. Hay que dejar de vivir la vida de los demás y vivir la nuestra.
¿De los seis casos que vamos a ver cuál te ha impresionado más?
Todos, y te lo digo de verdad porque soy muy transparente. Esa pregunta me la ha hecho mi marido, mis padres y no puedo elegir uno. Todos tienen momentos intensos. Yo me he roto en todos, tengo momentos en los que me echo a llorar porque me emociono. No puedo seleccionar uno en concreto.
¿Qué es lo que a ti te emociona?
A mí me emocionó mucho en uno de los casos que ella tuvo un ictus y a partir de ahí no pudo tener hijos. Eso me rompió porque soy mamá y para mí la maternidad me ha hecho crecer mucho. Ella se rompió y yo me rompí detrás de ella. Me emocionó mucho escuchar eso y ver la impotencia que tenía.
¿Por qué crees que en España no tenemos la cultura de ir a terapias de pareja?
A ver, tampoco es que no tengamos esa cultura. Afortunadamente tengo la consulta hasta arriba de gente que cree en la terapia de pareja. Para hacer una terapia de pareja lo primero que tienes que hacer es una introspección y darte cuenta de que existe un problema. Muchas veces la gente no acude a terapia de pareja porque cree que el problema se va a pasar solo, que se van a alinear los planetas a nuestro favor, o peor todavía, ahora con las redes sociales se está potenciando muchísimo la infidelidad porque es muy sencillo encontrar una amante. En muchas ocasiones la gente sigue con su pareja porque le da tranquilidad pero, por otro lado, hace una doble vida. Esto te aleja de la conciencia de que realmente tienes un problema. Nadie busca una solución si no es consciente de que ese problema existe. Una vez que ese ejercicio se hace es cuando sí acuden a consulta. Por eso las terapias de pareja son tan exitosas, porque cuando te llegan los pacientes han hecho tal análisis de la problemática que tú solo tienes que darles cuatro herramientas básicas para que funcione, pero la motivación viene servida.
¿Los pacientes acuden cuando el caso ya es extremo?
Sí, pero terapéuticamente el 80% de mis pacientes, tanto individuales como en pareja, vienen cuando el problema ya se ha desatado de una forma muy extrema. Todos intentan solucionarlo primero solos. Parece que los problemas mentales se solucionan con motivación o con fuerza de voluntad. Mentira. Igual que se te parte una pierna se te parte algo a nivel emocional, y eso hay que trabajarlo con un profesional. Nadie se abre el pecho para hacerse una operación a corazón abierto, pues si tienes una situación mental hay que ir a una persona que desde un punto de vista objetivo, que es lo que te da la terapia, te ayude y te dé unas herramientas que realmente te funcionen.
¿Has pensado que salir en televisión y crearte un personaje puede ser un impulso para tu consulta?
Pienso poco en este sentido. Funciono mucho al día, no pienso mucho las cosas. Siempre que todo sea legal, me muevo por impulsos.
ENTREVISTA A MARIANO BLANCO, DIRECTOR DE PROGRAMAS DE CUATRO
¿Qué esperáis del 2016 en Cuatro?
Esperamos un año lleno de nueva producción. Lo empezamos fuerte, de hecho. Hemos presentado 'El Xef', con David Muñoz, 'Mejor llama a Pilar', va a llegar 'Un príncipe para…' con una novedad muy suculenta como es la búsqueda en paralelo de 'Un príncipe para tres princesas'. También tenemos la adaptación de 'Sisterhood', que es un formato que añade un punto novedoso y transgresor en una cadena como la nuestra que está siempre en la búsqueda de nuevos formatos y nuevos lenguajes para la televisión. Llegará también la segunda temporada de 'Gipsy kings', que yo creo que exponencialmente ha crecido unos cuantos puntos y va a ser muy sorprendente. Va a llegar un nuevo programa de reporteros en el que veremos caras nuevas pero también otras que en su día arrancaron con nosotros la cadena en un programa emblemático como 'Callejeros', que ahora por separado vienen a trabajar en programas propios un poco más especializados de reportajes. En definitiva, afrontamos el año con la apuesta decidida de, cada poco tiempo, ofrecerle al público alguna nueva marca o producto porque creemos que el público de Cuatro valora la novedad. Es un público que busca, que nos reclama que de vez en cuando le estemos dando algo nuevo. En ese sentido probablemente sea un año con mucha intensidad en la producción y con ganas de seguir creciendo en la generación de nuevos lenguajes para la televisión y en la adaptación de formatos que no se hayan visto hasta ahora en televisión.
A lo largo de sus 10 años de historia, Cuatro ha apostado mucho por los coach. ¿Qué habéis aprendido de los anteriores para aplicar en 'Mejor llama a Pilar'?
Aprendemos una serie de premisas que son fundamentales para poder trabajar en este género. Primero, que exista un conflicto en el que nosotros podamos entrar, pero hasta un cierto nivel. La televisión no se puede meter a saco en todos los conflictos personales o familiares porque hay algunos que nos superan. Pero, hasta un determinado nivel, creemos que la televisión puede tener un papel positivo en la resolución de ese tipo de conflictos en los que luego necesitas la figura de un especialista. Esta ha sido otra de las cosas en las que hemos aprendido con el paso del tiempo. Tenemos que tener un buen coach en cada una de las materias. Siempre digo lo mismo, esa persona tiene que estar absolutamente revestida de autoridad para poder ponerse en medio de dos personas, como en el caso de 'Mejor llama a Pilar', cuya relación ha sido muy estrecha y ahora pasa por el peor de su vida o de su existencia, hasta el punto de que lo ven tan claro que si no se ponen una serie de mecanismos esa relación no se volverá a recuperar. Entonces, por un lado hemos aprendido a valorar los conflictos en los que se puede entrar. Y segundo, que hay una parte en la que la televisión sí puede intervenir pero tiene que hacerlo con los mejores especialistas y con gente que realmente sepa de ese tema para poder ofrecer las pautas y las normas decisivas que ayuden a resolverlos.
¿Cómo ha sido trabajar con Pilar Cebrián?
Pilar tiene una cosa muy buena para trabajar en la televisión, que es entusiasmo y creencia en lo que hace. La televisión, en definitiva, tiene ese punto en que si no crees en lo que haces se te acaba viendo el cartón. Yo creo que en el caso de Pilar se junta la profesionalidad con el entusiasmo, las ganas y con una fuerza y determinación en la aplicación de las normas y del trabajo que realiza que la hacen perfectamente viable y perfectamente asequible para poder trabajar en un programa de televisión. La experiencia el público la valorará también, pero nosotros creemos que de todas las personas que podían estar al frente de un coach de parejas, ella era la mejor, sin duda.
¿Habéis querido acercaros a algún caso de violencia de género o creíais que era mejor no llegar hasta ese límite?
Estos son los límites que hay que poner en la televisión. El tema del maltrato no está dentro de este programa por una razón, porque como dice Pilar en la cabecera del programa, “si hay amor, hay solución”. Yo no creo que haya mucho amor en una situación de maltrato, más bien todo lo contrario. Estamos hablando de situaciones totalmente antagónicas, soluciones que sabes que no tienen mucho que ver. Además, cuando estamos hablando de un maltrato estamos hablando de palabras mayores. Es algo en lo que la televisión puede hacer otro tipo de gestos o de trabajo, como hemos hecho en Mediaset con el programa 'Amores que duelen', donde hemos trabajado desde el punto de vista personal y desde la experiencia de las víctimas para intentar luchar contra una lacra que a todos nos afecta y a todos nos provoca el mayor de los rechazos y la mayor de las preocupaciones. En el caso de 'Mejor llama a Pilar' trabajamos con parejas que se quieren, que tienen problemas pero también la determinación de intentar reconstruir esa relación e intentar hacerlo desde ese amor que aún se tienen.
¿Es “Mejor llama a Pilar” el “Lo que necesitas es amor” del siglo XXI?
Bueno, en el caso de “Mejor llama a Pilar” el tono del programa es pedagógico y realista. No tratamos de edulcorar la realidad para que en la televisión salga bonito. Nuestra pretensión, también en el caso de “Mejor llama a Pilar”, es que en la televisión se vea verdad, se vea la realidad y, sobre todo en la primera parte del programa, la evidencia del conflicto. Nosotros hemos convivido con esas parejas, no hemos ocultado en esa convivencia cómo han sido esos primeros días donde se evidenciaba el conflicto que había entre ellos. Porque, de lo contrario, la gente no lo entendería o entendería que estamos jugando a otra cosa. Hay que trabajar desde la verdad, desde la realidad para que, también en este género, las cosas salgan bien. Si no, estaríamos dando una visión de la realidad que no es la que la televisión debe reflejar, en este caso hablando de problemas reales de pareja. La tele no puede inventar, tiene que tener los mecanismos necesarios para poder ponerle al público delante las cosas que pasan tal y como son, tal y como ocurren de verdad. Si intentáramos no hacerlo desde esa premisa, creo que se nos vería el cartón.
¿Es esa verdad de la que hablas lo que está complicando la producción de 'Proyecto Bullying'?
Absolutamente. Tenemos la determinación total y absoluta de poder ofrecer un buen producto también en televisión y para poder hacerlo, viendo que se trata de una producción complicada, lo haremos en su momento, cuando todo esté debidamente bien trabajado, bien tratado y, sobre todo, cuando tengamos la sensación de que el trabajo está bien hecho. Nosotros en ese sentido, y sobre todo hablando de menores, tenemos una experiencia. Llevamos diez hablando de conflictos que afectan a menores y sabemos hacerlos. Sabemos dónde están los límites y dónde la televisión puede patinar. Y no queremos patinar. Y viendo la dimensión que cobra el problema, queremos estar ahí. Queremos que Cuatro sea una cadena donde un asunto del calado del acoso escolar tenga presencia. Vamos a hacerlo en tiempo y forma de la manera más idónea, y en cuanto tengamos la producción preparada la sacaremos y la anunciaremos como hacemos habitualmente. No vamos a trabajar desde el nerviosismo de ver si esto va a una semana, un mes o un semestre antes. Saldrá cuando tenga que salir y saldrá con todas las garantías.
¿Cuesta cada vez más innovar en los programas coaching después de diez años?
Cuesta en el sentido en el que se te van reduciendo las posibilidades o los puntos de conflicto donde el género coach puede trabajar, pero creo que en esa búsqueda permanente que hacemos de nuevos formatos siempre surge alguna línea de contenido donde todavía no hemos metido mano, por así decirlo. Alguien podría pensar que en estos diez años ya podríamos haber tocado el tema de las parejas de alguna u otra manera y no lo habíamos hecho, sencillamente por una cuestión de oportunidad. Hemos tocado otros palos y más o menos nos ha ido bien. ¿Era este el momento? Pues sí, era este el momento de intentar alimentar esa franja de coach que nosotros tenemos en Cuatro con nuevas marcas y, en este caso, también con nueva línea de contenido. Y suponemos que en la búsqueda encontraremos nuevos contenidos, siempre lo hacemos.
¿Crees que aún le queda una larga vida a este tipo de formatos?
Creo que sí porque, además, lamentablemente en el terreno de las relaciones y, sobre todo en las relaciones familiares, surgen cada día nuevas manifestaciones de conflictos o de problemas en los que la televisión puede aportar algo. Creo que de momento el pozo no está agotado. El día que veamos que empieza a salir poca agua probablemente estaremos trabajando en otros géneros, la televisión habrá inventado otro lenguaje, otra definición y estaremos dedicando horas a otra serie de manifestaciones en las relaciones humanas.