La exposición reiterada a imágenes violentas de una catástrofe emitidas en los medios de comunicación aumentan la probabiliad de sufrir estrés postraumático, cuyo síntoma característico es la reminiscencia de imágenes del acontecimiento traumático que irrumpen en la conciencia o en los sueños, según aseguraron hoy los expertos participantes en el curso 'Las catástrofes en los medios de comunicación. Aspectos psicosociales' enmarcado dentro de los curso de verano que la Universidad Complutense de Madrid está celebrando en San Lorenzo de El Escorial.
Según afirmó el psiquiatra Juan José López-Ibor, “la reiteración de las imágenes del desastre en la televisión provoca que se reviva la situación de una manera casi experimental, principalmente en los afectados”. Entre los síntomas de este estrés destacó la evitación de estímulos que recuerden al evento, dificultades para dormir o no poder despertar, irritabilidad, dificultad para concentrarse, nerviosismo y facilidad para asustarse.
El profesor Sandro Galea asegura que las personas que vieron más de siete veces las imágenes de personas cayendo de las Torres Gemelas cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, presentaban una prevalencia de trastornos de estrés postraumático del 14,7 por ciento mientras que bajaba un 6,2 por ciento en aquellos que no lo habían visto.
A largo plazo, además de este estrés, la depresión y la ansiedad que se pueden llegar a cronificar, otra de las enfermedades que se observan es la variación de la personalidad. López-Ibor concreta que algunos de los individuos no vuelven a ser los mismos y dejan de ver la vida como antes la veían, llegando a perder la sensación de seguridad que la sociedad proporciona.
Muchos de los cuadros clínicos que presentan las vístimas del 11-M tienen tendencia a tener una duración muy larga. En este sentido, Ibor admite que están apareciendo nuevos casos de pacientes relacionados con el 11-M que creían que podían superar los síntomas de su enfermedad ellos solos y que al cabo de un tiempo se han percatado de que requerían ayuda profesional.
LA IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Los expertos señalan que los medios de comunicación pueden representar un papel positivo en la comunicación de una catástrofe, calmando a la población, ofreciéndole información sobre las medidas preventivas de la salud que puedan adoptar, movilizando recursos e incrementando la cohesión social, según matiza Galea. También aseguran que sería coveniente más diálogo entre científicos y periodistas para que estos conozcan las implicaciones de su trabajo en las mentes de su público.
López-Ibor, durante su ponencia, mantuvo que los medios de comunicación forman una parte intrínseca de los desastres y catástrofes y que sin medios de comunicación no habría catástrofes y “sin desastres y catastrófes a lo mejor tampoco habría medios de comunicación”.
Recordó que en las catástrofes hay un derrumbe del funcionamiento diario, desaparecen las funciones sociales, no hay liderazgo inmediato, los sistemas sanitarios están debordados y los supervivientes no saben dónde acudir. A pesar de que los desastres pueden ser prevenidos, la población no siempre está preparada para afrontar estas situaciones y los grandes desastres ocurren siempre en poblaciones con pocos recursos económicos.
Concluyó advirtiendo que, en ocasiones, la movilización social masiva supone a veces el segundo desastre y estos son mayores si hay un cierto grado de vulnerabilidad en la sociedad