Joshua Marks, segundo clasificado de la tercera edición de MasterChef USA, se suicidó este viernes de un tiro en la cabeza en mitad de una calle de Chicago. Al joven le habían diagnosticado un trastorno bipolar hace menos de un mes, y su situación agravó con el reciente diagnóstico también de un cuadro de esquizofrenia, antes de que tomara la fatal determinación.
Aunque el departamento de policía de Chicago investigará lo ocurrido, todo apunta a un suicidio, y su madre se lamenta de que su hijo “no había notado ninguna señal de cualquier tipo de enfermedad mental hasta que terminó de grabar MasterChef. El tiempo que estuvo rodando lejos fue de muchos estrés para él”.
Marks tenía 26 años, y había sido el segundo clasificado de la tercera edición del talent culinario que finalizó en septiembre del pasado año, siendo sólo superado por Christine Ha, la ganadora final.
En julio pegó a un policía porque “fue poseído por Gordon Ramsay”
Hace menos de tres meses, Marks saltó de nuevo a la primera plana de los sucesos al presuntamente haber pegado a un policía, al que además intentó arrebatar el arma. El cocinero logró huir pese a que otros tres agentes intentaron reducirlo con gas pimienta y sus porras, pero fue reconocido y detenido después.
Al ser interrogado sobre el porqué había actuado así, Marks justificó su impulso explicando que Gordon Ramsay había poseído su cuerpo, convirtiéndole en Dios, como recogimos. Un mes antes, en junio, también había sido detenido por entrar en un complejo residencial sin permiso.
Los jueces lamentan su pérdida y su familia se queja
La muerte del exconcursante del talent culinario no tardó en llegar a oídos de los jueces del programa. Uno de ellos, Graham Elliot, envió sus condolencias a través de Twitter: “Mi corazón está con la familia del finalista de MasterChef Josh Marks, quien falleció hoy. Por favor envíen sus pensamientos/rezos”.
La familia de Marks ha criticado que no haya centros especiales de atención para enfermos psiquiátricos en EEUU y que sea tan fácil conseguir armas: “Con un tratamiento adecuado e intensivo, Joshua aún podría estar con nosotros. Era una joya con mucho talento para ofrecer a este mundo. Pero, en su estado de ánimo, se dirigió a la calle a por un arma de fuego y la consiguió fácilmente”.