Cuéntame como pasópropuso el episodio “La guerra del fin del mundo” y la ganó. Logró 6.250.000 telespectadores y un 36,1 % share frente a los 5.205.000 y una cuota de pantalla del 32,7 % registrados por Gran Hermano. Antena 3, por su parte, proclamó su rendición sin condiciones con la emisión de la película La telefonista, que obtuvo 1.736.000 espectadores ( 10,6% de share).
Los preliminares discurrieron con quietud. Ness acudió al estudio con una camiseta con el lema “Trust” (“Confianza”). A buenas horas mangas verdes, pensará Kamya. Las familias de Kiko y Patricia siguen con su idea de entroncar a pesar de que el madrileño duda si está pillado o enamorado de la joven sevillana. El amor puede con todo menos con la semántica. Carol no tuvo la oportunidad de elegir la suite y se decidió por la modalidad del regalo a terceros. En este caso a tercera, a Elba. ¿Qué sucederá con ese presente ahora?
Una frase que se repite año a año, por lo que debe tener algo de verdad es la cantinela: “ un mes en la casa de GH es como un año de convivencia”. Lo que tiene de inédito esta edición es que la tripulación no ha variado. Nadie ha salido por la puerta de atrás, aún. Parte del mérito lo tienen los responsables del programa. Y como ejemplo, un botón. Ayer, todos los nominados escribieron una carta que sería leída si eran expulsados.¿Razón? Que las parejas Kiko-Patricia y Elba-Carol se convencieran entre ellas vía epístola de no abandonar la casa en caso de que el/la otro/a fuera expulsada..
En el momento fatídico de lectura de la sentencia los nervios se tradujeron en vacile hacia Navarro a costa de las coletillas de la semana: “¿A que molo?”, “¿A que te meto?” Redoblar de tambores y... Elba. De nuevo hubo un recordatorio de que esto es sólo un concurso cuando la barcelonesa, llorosa, le dijo a Patricia: “perdóname si te he hecho daño”. ¿Qué fue de aquella amenaza de montar la 3ª Guerra Mundial si salía? Pelillos a la mar. Como despedida, los coros de GH entonando el clásico entre clásicos “Cuando una amiga se va algo se muere en el alma...”. Emotivo cuando menos.
A la salida esperaba un grupo de batucada brasileira para recibir a Elba, que bailó con ellos hasta el momento que avistó a su familia. Entonces tomo carrerilla y dio un doble salto mortal con tirabuzón con el que aterrizar en sus brazos. Mientras, en la casa, Jorge decía (¿amenazaba?) a Carol diciendo “me vas a tener que aguantar 15 días más”. Esto promete.
En el estudio esperaba Navarro para la entrevista de rigor. La barcelonesa fue recibida con un vaso de batido de fresa que bebió con humor mientras contemplaba su moviola en la casa. ¿Por qué ese amor por Raquel?- pregunta Pepe. ¿No creéis que estáis confundiendo una amistad con algo más? -apostilló Elba. Referente al asunto de la confusión de Raquel en cuanto al enamoramiento, la de Móstoles puntualizó que “vocalizar no es lo mismo que hablar”. Eso es hilar fino.
Navarro apretó las clavijas e inició una caza de brujas injustificable en busca de una confesión. Atención a la batería de preguntas fruto de una malsana asociación de ideas: “¿Te gustan los hombres?”, “¿Qué te pasa con los hombres?”, “¿Entonces que te gusta?”, “¿No te gustan los animales?”. Elba lo dejó bien claro: “No me gusta que me saquen nada a la fuerza”. Pero el conductor del espacio no escuchó, estaba ocupado en la promoción del recopilatorio de Gran Hermano.
Pero cerremos con una sonrisa. Elba, durante el último saludo a sus compañeros, tranquilizó a Carol con un críptico “Tranquila, no se te nota”. Vertele tiene la solución: la canaria estaba muy inquieta por que creía que su bigote se vería por televisión. La expulsada del día despidió el espacio con una imitación de Pepe que no mejora la de la bruja Lola. En esos momentos ya esperaba Boris Izaguirre, cruzado de la causa gay, afilando las uñas. Y con razón.
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GH: Los concursantes van de farol