El Gobierno, tal como adelantó Vertele hace meses, tiene previsto realizar una profunda “limpieza” del espectro digital con la finalidad de destinar buena parte del ancho de banda a las telecomunicaciones y al tráfico de datos, que requerirá mucha más capacidad con el despliegue del 4G, previsto para el próximo año.
De esta manera matará dos pájaros de un tiro: de una parte reducirá el coste de la reestructuración de frecuencias tanto en despliegue técnico como en publicidad; de otra incrementará sus ingresos por los nuevos “dividendos digitales”, lo que pagarán las telecos al Gobierno para disponer de más capacidad para transmisión de datos.
Menos canales de TDT
El Gobierno del Partido Popular planea reducir a la mitad, antes del 2015, el número de multiplex de TDT para ceder una buena parte del espectro digital a la ‘telecos’. De esta manera se ahorrará 800 millones de euros que hubiera debido dedicar a la reubicación de las frecuencias actualmente explotadas por las cadenas de televisión, según avanzó el diario económico Expansión y ha confirmado Vertele.
La posibilidad de reducir canales no es nueva y ya ha sido sugerida con anterioridad por el Gobierno, como ya les ha venido informando Vertele. La novedad radica en que en los últimos días el Ministerio de Industria se ha puesto en contacto con las cadenas de televisión para adelantarles parte de su plan de “mudanza” de espectro.
Según estas previsiones, el número de multiplex se reducirá de diez a cinco. Si en la actualidad había dos a disposición de TVE, otros dos para Antena 3 (el propio y el de laSexta), otros dos para Mediaset (el de Telecinco y Cuatro), dos para cadenas autonómicas, más uno para Vocento y otro para Unidad Editorial, los planes de futuro apuestan por reducir el número total a cinco.
De esta manera los cuatro grandes grupos se quedarían con un multiplex, mientras que Vocento y Unidad Editorial debería compartir uno.
Este proyecto del Gobierno ha puesto en jaque a las televisiones, que ven pros y contras para sus negocios en la propuesta. En lo positivo, las cadenas y el Ministerio de Industria se ahorrarían el engorroso proceso de “limpieza de espectro”, que supone cambiar las antenas de cerca de 1,4 millones de edificios y que tenía un coste presupuestado para el Gobierno de 800 millones de euros. Por otra parte se eliminarían costes de creación de contenidos y se incrementaría la concentración publicitaria.
En la parte negativa está el hecho de renunciar a, al menos, a algunos segundos canales que operan actualmente.
Uno de los argumentos del Gobierno ante los operadores es que en algunos casos se está vulnerando la ley, puesto que las licencias nunca se concedieron para alquilarlas, o para repetir contenidos, y – mucho menos- para su explotación por parte de grupos extranjeros.
Los eternos problemas de la TDT
Cuando se planteó la creación de la Televisión Digital Terrestre, la principal idea era ofrecer una pluralidad de contenidos, pero en la práctica lo que se ha creado es “un modelo inviable y poco sostenible”, según el profesor de la Universidad Complutense Miguel Ángel Ortiz.
Razones económicas como la menor inversión publicitaria o los altos costes de la creación de formatos originales han provocado graves deficiencias en el modelo audiovisual: fusiones entre operadores, cierres de cadenas o cesiones de frecuencias, además de la aparición de canales ilegales.
Lo que va a hacer el Ministerio de Industria
A continuación, les detallamos todas las claves del embrollo en el que están metidos el Ministerio de Industria y los operadores de televisión para proceder a la reordenación del espectro en los próximos tres años, así como las consecuencias que traerá para el futuro del sector.
Incrementar los ingresos por “dividendo digital” y aumentar la banda para datos
El Ministerio de Industria pretende reducir el espectro del que disponen las cadenas de televisión en la actualidad. El objetivo es reducir los costes de la mudanza a nuevas ubicaciones otra ubicación y abordar un segundo dividendo digital, que ya está preparando Europa, y que sería puesto a disposición de los operadores de telecomunicaciones móviles para usarlo en el despliegue de redes de banda ancha móvil.
El espectro fue vendido a las telecos en 2011
El primer dividendo digital procede de frecuencias que ahora ocupan las cadenas de la TDT. Este espectro fue vendido en julio de 2011 a Movistar, Vodafone y Orange que lo usarán para desplegar redes de 4G, de superbanda ancha móvil.
Las televisiones ya sabían que debían mudarse antes de 2015
En su momento, ya se decidió que las televisiones deberían ser desalojadas de esas frecuencias -lo que se llama “limpiar el espectro”- antes de 2015 para que los grupos móviles puedan usarlas, lo que no se preveía es que la capacidad de emisión quedaría reducida a la mitad en la mudanza. Al mismo tiempo deberán limitarse el número de canales cuando se opte por emitir cadenas en alta definición, que requieren mucho más ancho de banda.
Con el traslado de las televisiones se hace hueco para un segundo dividendo digital -es decir otra transferencia de frecuencias de las teles a las telecos- que ya está previsto para los próximos años.
Cada operador se quedaría con un multiplex menos
El Gobierno del PSOE contemplaba que, al final del proceso de traslado de canales habría 10 multiplex (canales múltiples, ya que en cada uno caben 2 canales de alta definición y entre 4 y 6 canales normales de TDT) nacionales.
El reparto contemplaba que, de esos diez, dos serían para las televisiones autonómicas; dos para TVE; dos para Antena 3 (uno heredado de la propia Antena 3 y otro por La Sexta); otros dos para Mediaset (uno por Telecinco y otro por Cuatro); otro para Vocento (por Net TV) y otro para Unidad Editorial (por Veo TV).
Más espectro a las telecos para el boom de smartphones y tabletas
La intención de Industria es dar más capacidad a los operadores de telecomunicaciones para hacer frente al boom de tráfico de datos móviles que se está produciendo y que se intensificará en el futuro, debido al enorme crecimiento de la movilidad.
Impacto en los planes de negocio de las televisiones
Sin embargo, la desaparición de algunos de los canales de los operadores de televisión tendrá un fuerte impacto en sus planes de negocio, tanto de las compañías públicas como de las privadas. Reducirá, por ejemplo, el número de canales actuales: Mediaset España y el futuro grupo Antena 3-laSexta se verían obligados a renunciar a algunos sus segundos canales -Neox, Nova, Gol T, Divinity, Boing, etc-.
Adiós al sueño de la alta definición
De los 8 canales que tienen actualmente, solo podrán tener en el futuro 6 como máximo, y todo ello “apretándose” en un único multiplex que les quedaría disponible de los dos que tienen actualmente, de manera que deberán renunciar a la calidad de imagen, y por supuesto, a la alta definición si no prescinden de más canales para hacerle hueco
¿El fin de la publicidad en Forta como compensación?
El plan de Industria ha pillado por sorpresa a las cadenas de televisión. La reducción de canales a la mitad, si se aplica a todos los operadores por igual, no tendría por qué afectar significativamente a la cuenta de resultados de las cadenas, pero sí a sus modelos de negocio y planes de futuro, teniendo en cuenta que Antena 3 y Mediaset cotizan en Bolsa.
Sin embargo, los operadores están viendo en este “jaque” en el que les pone el Gobierno una oportunidad para negociar con Industria y pedir como compensación alguna de sus reivindicaciones históricas, como la supresión definitiva de la publicidad en Autonómicas.
¿Guerra de las telecos-televisiones por el pastel de la televisión en el futuro?
Detrás de este reparto del espectro está la guerra tecnológica, comercial y empresarial entre la televisión hertziana (operadores tradicionales) y la HBBtv (Hybrid broadcast broadband TV).
Las empresas de telecomunicaciones (Telefónica, Vodafone, Orange...) son las que más papeletas tienen para salir beneficiadas de esta encrucijada en la que están las televisiones.
La opción más probable es que el Gobierno apueste por llevar adelante este plan, por lo que las telecos dispondrán del espacio suficiente para su expansión de telefonía móvil y TV por streaming.
Esta opción no es neutral porque las operadoras se podrán lanzar a conquistar el codiciado mercado de la televisión conectada y de la televisión por IP (prometedor mercado de la televisión por Internet). Pero no hay que olvidar que los propietarios de los contenidos, hasta el momento, aunque surgirán nuevos actores, son en buena parte los operadores de televisión tradicional.
El futuro hipotético que plantea esta situación es que las televisiones continúen siendo proveedores de contenidos, pero cederán buena parte de su papel como “carrier” a las empresas de telecomunicaciones.
Los males de la TDT tienen ya poca solución
Al final, los reyes serán los espectadores, que tienen donde elegir, gestionan el mando a distancia y exigen una programación elaborada y, a ser posible, “a la carta”.
Basta analizar la clasificación de los programas más vistos para comprobar que les atrae el deporte de alto nivel, el cine de estreno, buenas series españolas y americanas y entretenimiento de calidad, además de aceptar los inevitables “realities” que tampoco son, por lo demás, baratos.
La competencia, además, no será amable. Se compite ya con la televisión a la carta y por internet, lo que agudizará la pelea para conseguir publicidad e ingresos para sobrevivir en la jungla medática.