Después del más que probable relevo de Javier González Ferrari como director general de RTVE, José María Aznar tiene anotado en su libreta de pastas azules el nombre del sustituto, para hacerlo público a finales de junio. Naturalmente se empieza a especular con el destino del actual jefe de la radio y televisión pública española. ¿Sustituirá a Pío Cabanillas? ¿Irá a Hispasat? El sitio es apetecible: “buenas ganancias, poco trabajo y ningún control”. A fin de cuentas, además, “allí han recalado dos antecesores”, Fernando López Amor y Pedro Antonio Martín Marín. Y el puesto queda vacante precisamente tras la marcha de Martín Marín a Admira. Si bien es cierto que el relevo de González Ferrari de RTVE no se produce en las mismas circunstancias que el de sus antecesores. De hecho, la gestión de Javier González Ferrari, al frente de RTVE, obtiene las máximas calificaciones en Moncloa, Génova y en el grupo parlamentario del PP. Es decir, reina la unanimidad a la hora de los elogios en las distintas “castas” populares y por ello no parece que necesite ser instalado en un “cuartel de invierno” en espera de tiempos mejores, sino que lo natural es que “salte” a un cargo de mayor importancia. Así las cosas, los que entienden de esto en el PP, no les cabe la menor duda que Javier González Ferrari “está llamado a escalar posiciones”. Seguramente recalará en Admira, dicen, con Pedro Antonio Martín Marín y no sería extraño que para dirigir la nueva plataforma digital fruto de la fusión pactada por Jesús de Polanco y César Alierta. Artículo publicado en Elsemanaldigital.com, 24/5/02