Publica un libro con su experiencia

El drama de Javier Illana, juez y entrenador de 'Mira quién salta' en Telecinco

El nadador Javier Illana se dio a conocer para el público generalista como instructor de los concursantes famosos de 'Mira quién salta' en Telecinco. El deportista, en busca de competir en sus cuartos Juegos Olímpicos, esconde sin embargo un duro calvario que le está complicando su futuro en la alta competición.

El joven leganense sufre una enfermedad degenerativa llamada espondilitis anquilosante, “una especie de artritis que ataca la columna vertebral”, tal y como él mismo relata a El Mundo. “Las articulaciones y los ligamentos que permiten a la espina moverse se inflaman y las vértebras se van solidificando.Puede llevar a la parálisis y no tiene cura, pero se puede llegar a vivir con normalidad: con el tratamiento adecuado se alivian sus efectos”.

La enfermedad empezó a mostrar síntomas a finales de 2014, y ha tratado de seguir entrenando pese a los dolores (Incluso consiguió clasificarse para el Mundial de Kazán). Su experiencia la narra en un libro, 'No es el cuerpo, es la mente', que se publica este martes 19 de enero.

¿Futuro en TV? Ha terminado un curso de presentador con La Fábrica de la Tele

Illana asegura que, pese a los obstáculos, no tiene intención de abandonar la natación y los saltos: “Me lo he planteado, claro. Llevo desde los 15 años en la élite y algún día deberé dejarlo, pero todavía no ha llegado el momento. Aún me siento capaz”, dice.

Eso sí, también piensa en el futuro profesional, con la televisión como destino soñado. Aunque en la actualidad estudia un postgrado de Gestión Deportiva en la Universidad de Deusto, finalizó un curso de presentador organizado por La Fábrica de la Tele. En la actualidad, espera llamadas.

Su otra alternativa está en los videojuegos, y cursa un grado superiores en Administración de Sistemas Informáticos en Red. Su objetivo en este campo es convertirse en “entrenador gamer”: “Un jugador de League of Legends, por ejemplo, puede ganar 700.000 euros al año. Más que la mayoría de deportistas. Se forman equipos de cinco jugadores, se contrata a un analista y un técnico, y todos se van a vivir a la misma casa. Creo que puedo aprovechar mis años en la competición para dedicarme a eso», comenta, y durante un rato arrincona el dolor. Volverá seguro; lo traerá el penúltimo salto”