El Jefe infiltrado confirmó su éxito en laSexta con una nueva entrega llena de tensión, ¡despidos! y... mucho fun eating.
Borja Dominguez, fundador y propietario del restaurante Wogaboo se hizo pasar por un niño pijo que no ha trabajado en su vida con la coartada de conseguir un trabajo en el establecimiento. Su misión: recuperar el “fun eating” y descubrir lo que siente “su ejército” de trabadores.
Bajo la apariencia de “Íñigo Alonso” desquició a varios de sus empleados, uno de ellos llegó a expulsarle, e incluso vio como alguno de sus clientes abandonaban el local desesperados al no recibir su comanda.
Un jefe alocado... y ¡pillado!
Tanto “fun eating” se le fue de las manos. Borja intentó ser divertido con sus clientas pero acabó incomodando a aquellas que visitaban su terraza.
Tomar nota en ‘cuclillas’ o ser demasiado coloquial fueron varios de los reproches que recibió por parte de sus empleados.
Uno de ellos incluso llegó a desenmascararle ya que el ‘jefe infiltrado’ perdió su cartera.
“Yo no voy a ser como tú... no te voy a echar”
La fase final, cuando el jefe revela su verdadera identidad, regala a la a audiencia uno de los momentos más tensos del programa.
Anoche, Borja fue despedido por uno de sus empleados... ¿qué pasaría cuando se encontraran?. Sofian, al descubrir que había echado a su jefe, temió lo peor.
“Te voy a demostrar que no soy como tú, yo no te voy a echar”, sentenció contundente el director de Wogaboo no sin antes echarle una buena regañina por... ¡desconocer el fun eating!.