A la vista de que José María Aznar ha hecho público que el pasado jueves, el día del atentado, telefoneó personalmente a varios directores de medios informativos de Madrid y Barcelona, atendiendo a las obligaciones de la transparencia quiero dar a conocer a los lectores el contenido de las dos conversaciones que mantuvo conmigo. La primera llamada se produjo a mediodía. Eran los momentos de máxima tensión tras la matanza porque los cálculos hacían crecer continuamente la cifra de víctimas, y EL PERIÓDICO elaboraba la edición especial que salió a la calle por la tarde. Tengo interés en dar esta explicación porque aquella edición especial fue una de las que atribuyó en su portada a ETA, sin la menor ambigüedad, la autoría del atentado. Concretamente, en el titular. Los lectores tienen derecho a saber que eso se apoyaba en lo que me dijo textualmente José María Aznar como presidente del Gobierno en la conversación de aquella mañana. “Ha sido ETA, no tengas la menor duda”, precisó el presidente antes de dar una breve explicación sobre lo que podía decirme de la investigación, las pruebas y los antecedentes. HAY UN DATO complementario. Esta llamada de la Moncloa se produjo muy poco después de que yo hubiese dicho, a través de Radio Nacional, que en EL PERIÓDICO dudábamos sobre si el atentado era de ETA o de Al Qaeda. Me habían llamado desde esa emisora para conocer el titular de la edición especial que preparaba nuestro rotativo. Cuando expresé que barajábamos las dos hipótesis, quienes participaban en el programa-tertulia desde el que requerían mi intervención se extrañaron, a micrófono abierto, de que yo todavía no supiese que ETA era la culpable y de que estaba totalmente descartada la posibilidad de que los autores fuesen terroristas islamistas. Insisto: poco después de decir eso recibí la llamada de Aznar. Fue entonces, con la convicción de que el presidente del Gobierno de mi país era incapaz de, en el ejercicio de su cargo, darme seguridades sobre un tema sobre el que no estuviese seguro, cuando decidí el titular: El 11-M de ETA. EL PERIÓDICO cumplió de todos modos con su obligación de publicar todos los datos que tenía a su alcance. En aquella misma edición especial hecha a mediodía, en las páginas interiores tituló de forma más matizada el tema: El Gobierno acusa a ETA y califica de 'miserable' el rumor de que los autores podían ser islamistas. Asimismo, en aquellas páginas se recogió, en primicia informativa, que la policía había localizado una furgoneta blanca de la cual se habían apeado tres personas encapuchadas que luego entraron en la estación de Alcalá de Henares; que el vehículo había sido robado en el barrio madrileño de Tetuán, donde habitan muchos inmigrantes musulmanes; y que la policía mantenía abierta la posibilidad de la autoría del terrorismo islámico. Aquella misma tarde, cuando lo que preparábamos en la redacción de EL PERIÓDICO era la edición del día siguiente, al anochecer, inmediatamente después de que el ministro Ángel Acebes apareciese nervioso en TV para decir de nuevo que ETA era culpable pero que no podían descartarse otras vías de investigación (aunque sin llamar a Al Qaeda por su nombre), tuve una nueva llamada de la Moncloa. En esa ocasión Aznar pidió excusas por no haberme podido informar antes de la comparecencia de Acebes de que había esa otra línea de pesquisas que --dijo-- naturalmente tenían que investigarse. Pero también pidió cordialmente que no me equivocase: ratificó que ETA era la autora. CON LOS datos que obraban en mi poder procedentes de mi propia redacción, la portada de la edición del día siguiente, viernes, ya daba prioridad al dato de que Al Qaeda se atribuye en Londres el atentado y al de que Los islamistas relacionan la acción con Irak, frente a una tercera línea en la que se recogía que Aznar mantiene que ETA es la autora del ataque. Se publicó así, pese a que yo seguía teniendo la idea de que un presidente del Gobierno no podía permitirse el riesgo de equivocarse en una cuestión así hablando con un director de periódico, y a pesar de que ya pensaba que el ridículo --y el perjuicio-- internacional que rodearía a España serían dramáticos si lo que decía sobre ETA el jefe del Ejecutivo no era verdad. Pero a aquella hora toda la prensa internacional ya consideraba a Al Qaeda máxima sospechosa del atentado y muchos países ya aplicaban medidas de seguridad que no se habrían planteado si creyesen que ETA era la culpable. Aquí, los ciudadanos españoles ya considerábamos sospechosa la actitud del Gobierno del PP sobre el tema. De todo el mundo, sólo Aznar y Acebes decían que no tenían ninguna duda sobre lo que ahora sabemos que era cuanto menos un error.