Entrevista

Luis Merlo: “Tenía ganas de interpretar un personaje maduro”

Tras el éxito de la serie “Aquí no hay quien viva”, en la que Luis Merlo interpretaba al carismático Mauri, el actor ha regresado a la televisión con un papel muy diferente al que nos tenía acostumbrados en la popular comedia que emitía Antena 3.

En “El internado” interpreta a Héctor, el director idealista del centro educativo donde se desarrolla esta serie que arrancó con éxito el pasado jueves y en la que también participan Amparo Baró, Marta Torné, Natalia Millán o Elena Furiase, entre otros.

¿Por qué decidió volver a televisión?

Durante este tiempo he estado trabajando en la obra de teatro “Gorda”. Me animó a trabajar en esta serie la fuerza del personaje al que interpreto y el aval de Globomedia, que siempre es un valor seguro.

¿Qué tiene este personaje para que le entusiasmara tanto?

Quería interpretar por fin un personaje de mi edad. Antes sólo hacía papeles inmaduros. Además, estaba deseando dar vida a un personaje que tuviera una profesión clara. El 80% de la personalidad de Héctor es su profesión y en este sentido es un personaje más maduro.

¿Cómo definiría a Héctor, el director del colegio?

Es un profesor que cree que el compromiso y la educación es algo vital en la sociedad. Él recoge a un tipo de niños, esos pobres niños ricos, de los que nunca se habla.

¿Cómo puede mezclar “El internado” tantos géneros?

En la vida hay humor y aquí también lo hay, pero no es una sitcom. También hay un misterio que guía el argumento. Los niños con su curiosidad intentarán averiguar qué ocurre.

¿Le sigue pesando el papel de Mauri?

Quiero a Mauri pero ya no le echo de menos. Siempre le estaré agradecido porque me ha dado muchas cosas aunque en este papel espero que no haya recuerdos a él. Creo que el único destino del actor es cambiar de registro.

¿Qué no volvería a hacer en televisión?

He presentado programas. No me arrepiento de ello, pero creo que no lo haría nunca más.

¿No se sentía cómodo?

Desvirtúa al actor. El público debe conocer poco al actor para que se crean más fácilmente a los personajes.