Las series de televisión han marcado la columna de este domingo de Mamen Mendizábal en 'Papel', la revista dominical de El Mundo. Bajo el título 'Sexual Killer', la presentadora de 'Más vale tarde' habla de la cada vez mayor presencia de sexo en la ficción.
“Soy de la generación de los dos rombos. ¡Ay! los muy malditos. Reconozco que a mí me fue mucho mejor. Ante la censura, mi imaginación se disparaba, alcanzaba el nivel de los dos e incluso de los tres rombos. Y claro, esos territorios siempre eran más exóticos que los permitidos”, comienza su texto la periodista.
“Cuando apareció 'Sexo en NY' me dio vergüenza ajena”
A continuación, reconoce que “cuando apareció Sexo en Nueva York me dio vergüenza ajena”. “Pero Juego de Tronos me demostró que no estaba sola: la generación de los dos rombos había desembarcado en la industria. Si no hay sexo, no hay serie”, establece.
“Ahora bien”, continúa, “me he agotado”. “Tanto y tan explícito, tan igual, clásico o salvaje, tan romántico e insulso, tan malvado, sado, monetario, carcelario, lésbico, vampírico... Tanto, tanto, que lo que me sorprende no es el fornicio, sino ver a Mr. White en 'Breaking Bad' fabricando metanfetamina por amor. A Alicia Florrick, la abnegada esposa en 'The good wife' luchando contra la tentación de ser infiel, o a Don Draper, el solitario más deseado”.
Aunque por encima de todos, destaca a Tony Soprano, “el capo mafioso que se hace pequeño, mientras escarba en su pasado, en la consulta de la psiquiatra más sexy que ha dado el cine”.