El programa “En Portada” inauguró su andadura en 1984 con una entrevista a Fidel Castro, fallecido este sábado 26 de noviembre de 2016.
Se cumplían 25 años de la revolución cubana y Fidel recibió en exclusiva a TVE. Vicente Botín, el periodista que lo consiguió, contaba en 2009 lo que no vimos en TV, tal y como recogía entonces la web de la Corporación.
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No había cuchillos en el enorme salón del Palacio de la Revolución y los guardaespaldas de Fidel Castro no quitaban el ojo a los tenedores con los que más de un centenar de personas se peleaban con enormes trozos de langosta.
El Comandante en Jefe les saludaba sin aparentar darse cuenta de sus dificultades, deteniéndose en cada corrillo. Quizás entre los invitados, periodistas y cineastas que habían participado en el Festival Internacional de Cine de La Habana, podía haber algún agente de la CIA con aviesas intenciones. La seguridad ante todo.
Me hallaba yo también en singular combate con la langosta cuando recibí una indicación del realizador Antonio Gasset para que le siguiera discretamente y héteme aquí que su amigo, el cineasta cubano Pastor Vega, nos conduce a una salita donde Fidel Castro departía con un grupo de selectos, de eso no me cabía ninguna duda, porque sobre la mesa varias docenas de tenedores brillaban lustrosos junto a sus respectivas parejas de cuchillos. Además el Líder Máximo se mostraba más relajado sin la muralla de sus guardaespaldas, todos de la talla XXL.
En un momento determinado me acerqué al comandante y comencé a hablar con él. Yo había ido a La Habana con un equipo de Televisión Española para hacer un reportaje sobre el 25 aniversario de la revolución y me sabía de memoria su vida y milagros, sobre todo su vida sobre la que siempre guardó un celoso silencio.
En un momento determinado le pregunté por Fidelito, como llaman a su hijo primogénito, fruto de su matrimonio con Mirtha Díaz Balart, quien de niño había pasado por la amarga experiencia de ver a su padre encarcelado en la isla de Pinos, hoy isla de la Juventud, después del frustrado asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba.
Lejos de sentirse incómodo, Fidel Castro se mostró sorprendido de que llevara la conversación al terreno personal y me preguntó de sopetón: “Chico ¿quién tú eres?” Yo le dije el motivo que me llevó a Cuba con la promesa, aunque incierta, por parte de su embajador en Madrid, de que quizás podría hacerle una entrevista. “Pues nadie me ha dicho nada, chico. No sabía que había aquí un equipo de Televisión Española y mucho menos que tuvieras la pretensión de entrevistarme”.
Se quedó un momento en silencio y luego llamó a su secretario particular, José Millar Barrueco. “Chomi -le dijo- apunta el nombre de este compañero que mañana vamos a conversar”. Dicho y hecho. Al día siguiente, después de una larga espera fuimos conducidos a su despacho en la Plaza de la Revolución donde le hicimos una larga entrevista que inauguró el programa En Portada.
Años después regresé a Cuba como Corresponsal de TVE, entre enero de 2005 y octubre de 2009 y escribí un libro, “Los funerales de Castro”, en el que hago un retrato del país que deja el comandante cincuenta años después de su llegada al poder.