Mariló Montero comienza este lunes su segunda temporada al frente de Las Mañanas de La 1 tras haber “dejado la casa” a su compañero José Ángel Leiras durante el verano.
Dice vivir una “segunda juventud profesional” al fichar por RTVE, tras 24 años de carrera en otros medios, y no le gusta tachar “de rivales” a sus otras compañeras de franja. “Hemos entrado en la Champions League y nos codeamos con Las Reinas de la Mañana”, afirma.
Vertele.com ha charlado con Mariló de los retos que afronta con su programa, sus objetivos y del cambio de vida que vivió al empezar en Madrid una nueva etapa personal y laboral.¿Qué novedades va a aportar “La Mañana” para este año?
Más y más de nosotros. Me gusta considerar al programa no como un espacio típico sino como un nuevo concepto de televisión. Apostamos por el espíritu, la cercanía con el espectador, la empatía, etc. Quiero calar y estar cerca de la gente y, especialmente, a esas miles de personas que están solas en sus casas o que están viviendo una desgracia en la vida.
No obstante, es cierto que tenemos que rellenar cuatro horas de programa con muchos ingredientes (cocina, consultorio, entrevistas...), pero, realmente, nuestra clave es el espíritu de ayudar. Quiero mirar a la cámara y llorar o reír con el espectador.
¿Cree que el éxito de un magacín se debe a la apuesta por la cercanía con la audiencia?
Sí, en los estudios que hemos recibido sobre el programa, es lo que más se ha resaltado. A la gente le gusta la sinceridad y a mí me siempre remarcar la importancia de dar cariño y de sentirlo yo también como presentadora.
Con toda la rivalidad que tiene en su franja, ¿llegó a dudar en su renovación?
Nunca. Ésto es un proyecto de futuro. Mi compromiso con TVE no es un cierto número de programas y, según vaya el espacio, me voy o no. Además, las cifras indican que somos el magacín con más número de espectadores en toda la mañana y en share hemos estado casi siempre más en segundo lugar que en tercera posición. Por tanto, nos hemos posicionado con 'Las Reinas de la Mañana', algo que TVE no conseguía. Hemos logrado entrar en La Champions y seguimos compitiendo, pero, eso sí, con nuestras herramientas que siempre respetan la línea editorial de esta cadena.
¿Hay algo que diferencie su programa del resto?
Es verdad que tratamos muchos contenidos similares, pero en La Mañana seleccionamos bien las imágenes al no querer dañar al espectador. Apostamos por la información blanca y la sensibilidad. Queremos que todo el mundo de cualquier rango de edad, sexo o condición pueda ver TVE y disfrutar de nuestro espacio con total tranquilidad.
¿Qué es lo que quiere transmitir personalmente?
Poner mucho de mí, pero también pienso que deberíamos dar más dinamismo al programa hasta en el decorado. Hay que crear un hogar en el programa y dar calor.
La semana pasada, su compañero José Ángel Leiras comentaba en una entrevista que “era una lotería trabajar con Mariló”.
Me dio mucha alegría leer ese titular, es un acto de generosidad por su parte. José Ángel es un gran profesional y me gusta que defienda a los magacines. Es muy respetable, ha conseguido hacer de todo y muy bien. Estoy encantada con su trabajo, lo veo perfecto y, encima, ha dejado la casa niquelada para este lunes. (Risas).
Los dos trabajan en el plató pero, ¿le gustaría volver a ser reportera de calle?
(Suspira) No. tengo las botas de guerra colgadas… Sólo lo haría si Michael Jackson resucitara y me dejara hacerle una entrevista en Neverland (Risas).
A nivel personal, ¿qué le ha aportado este proyecto?
Más bien a nivel profesional, porque personalmente el trabajo y los compañeros me llenan mucho. Además, siempre admiré la labor informativa que ha hecho RTVE cuando estaba en otras cadenas. Era todo un referente para mí y, ahora que estoy dentro, estoy encantada con todo el equipo. Mi estancia en la cadena es el principio de un largo camino. Llevo 24 años en el medio y estoy ilusionadísima, tanto que es como volver a empezar.
Con todo lo que llevo, estoy sintiendo que aquí podré hacer algo muy grande y ambicioso. Mi objetivo es íntimo y muy personal y no tiene nada que ver con enriquecerme económicamente ni con convertirme en una estrella magna. Soy una persona que me quemo enseguida y siempre quiero experimentar y traer cosas de otras televisiones fuera de España. Y aquí puedo hacerlo: me ayuda a cambiar y a mejorar cada día.
Pero, para afrontar este reto tuvo que venir a Madrid y cambiar de vida.
Cuando tomas una decisión como ésta, es un cambio radical en todos los sentidos. ¡No sabía dónde estaba el super o la mercería! La gente me decía: 'Mariló, a los chinos no, a los chinos no'... (Risas) De verdad, venir a Madrid ha sido divertido. El año pasado sólo he trabajado, ahora en esta nueva temporada quiero trabajar, vivir y estar tranquila.
¿Este año ha pensado en batir a Ana Rosa?
No, porque los retos no van por ahí. Creo que es una antigüedad pensar en este tema e intentar batir a un compañero. Como profesional eso no enriquece. Yo no me levanto por las mañanas pensando en “vamos a ganar a Ana Rosa”. Más bien, pienso en “cómo y qué vamos a hacer en nuestro programa”. Además, Ana Rosa y yo nos llamamos y nos preguntamos qué tal estamos, nos contamos nuestras cosas...
¿Entonces no da importancia a los datos de audiencia?
Creo que a nivel de share y programación debemos hacer una reflexión a nivel periodístico. No podemos seguir alimentándonos con eso. Otra cosa es que yo, con mi oferta, trate de acaparar el mayor número de espectadores, pero en el tema de luchas no entro. Esto es un proyecto con TVE.
Ana Rosa es amiga suya...
Por eso, a una amiga no la vas a destruir, pero lo mismo ocurre con una persona que no conoces. Bastante tengo con preocuparme por hacer mi trabajo cada día.
Y, ¿qué relación tiene con Susana Griso?
Estupenda, solemos comer juntas y nos ponemos al día como amigas y profesionales. Es más, hace unas semanas hicimos una quedada “Las Reinas de la Mañana” (Ana Rosa, Concha García Campoy, Marí
a Teresa Campos, Susana Griso y la propia Mariló). Queremos que nuestros encuentros se hagan de manera más frecuente e incluso hasta mensual. De verdad, nuestra relación es excelente.
¿Se dan consejos?
No, nos apetece estar relajadas. No hablamos tanto del trabajo.
¿Qué admira de sus compañeras?
De las cuatro, la constancia, aunque cada una es diferente. Para la edad que tenemos, ahí están ellas, aguantando y eso lo valoro mucho.
Sus actuaciones han dado lugar a anécdotas graciosas, ¿le molesta salir en 'zappings' como los de “SLQH”?
Me encanta, me divierte mucho, aunque no tengo la posibilidad de ver esta selección siempre. Este tipo de humor es igual que el de las viñetas de un periódico, mientras se haga desde el respeto, a mí no me importa.
Entonces, ¿usted no les prohibiría el uso de imágenes?
Yo, personalmente, no. El que tenga sentido del humor será autocrítico y no se molestará. Todos podemos reírnos de nosotros mismos. Prefiero que hagan humor conmigo que no lágrimas, pero siempre desde el respeto.
¿Le ha dado importancia a errores que le han ocurrido en el programa?
No, el directo es el directo y lo que pasa es siempre verdad. El magacín, como formato, es mi vida y los errores me los tomo con naturalidad. ¿Por qué querer borrar algo? Lo asumo, no quiero eliminar nada.
Fuera del plató, ¿cómo desconecta?
No suelo hacerlo, aunque después de salir de trabajar lo que siempre me ayuda es llegar a casa. Ahí me relajo y luego me gusta salir a la calle a despejarme. Si no voy a casa a comer no puedo sacarme el trabajo de la cabeza.
¿Qué ha hecho estas vacaciones?
Descansar, domir, comer… (Risas) Especialmente descansar mucho y disfrutar de los amigos, de la familia, de los toros y de un viaje que he hecho.
¿A qué hora suele levantarse para ir a trabajar?
A las cinco. Aunque procuro llevarlo bien. El primer año dormía una media de cuatro horas por el tema de la promoción del programa... Lo malo de madrugar es que dura sólo un segundo, pero es un segundo que hace debatirte toda tu eternidad (Risas)
¿Y qué ha aprendido este año tanto en el trabajo como en su vida?
Que tengo que mejorar más, me queda mucho: el programa, adaptarme a Madrid… Tela (Risas)