Después de casi seis meses, ¿cómo está viviendo su experiencia como colaborador de 'El Hormiguero'?
Me estoy tomando el programa como un máster en televisión. Hacer un directo no es fácil, y tampoco para los colaboradores, a pesar de que la principal responsabilidad recae sobre Pablo Motos. Nunca conozco el contenido de las cartas que respondo en El Hormiguero, porque siempre le he pedido a Pablo que prefiero no saberlo ya que respondo mejor de una manera espontánea.
¿Espontáneo cómo Belén Esteban en “Sálvame”?
Si me quieres ver como Belén, yo encantado... porque es una genio. Pero, en ese sentido, sí. Yo es que si no me bloqueo mucho, pienso en qué voy a decir, si va a quedar bien o mal o si le va a molestar a uno u otro... Además, aún no domino el medio. Los primeros días salía muy nervioso y estaba al borde del paroxismo.
¿Le siguen atacando los nervios?
Ya no. Es verdad que los primeros días me entraban muchas duda... Si lo había hecho bien o no porque tengo un sentimiento de la profesionalidad y responsabilidad muy adquirido.
¿Cuál es la cualidad de Pablo Motos que más le ha gustado?
La confianza que ha demostrado hacia mí y cómo ha sabido delegar; porque yo, por ejemplo, soy incapaz de hacerlo. Además, Pablo transmite muy buen rollo.
¿Motos estaba de acuerdo en que lo mejor para su sección era que usted improvisara?
Bueno, estaba de acuerdo en probar, porque Pablo no me conocía personalmente. Le hablaron de mí al verme en el reality de MTV y me llamó justo después de grabarlo. Me dijo que me quería ver, porque me le habían dicho que me tenía que llevar. Yo conocía El Hormiguero porque he venido como manager. Sabía que estaba muy pautado y yo las pautas no las puedo seguir mucho, porque soy como un animalillo por ahí perdido...
Hemos ido probando y él ha demostrado que creía mucho en mí. Yo, a día de hoy, creo que no le he defraudado porque estamos haciendo un programa de máxima actualidad, y por muy bien que esté o me lleve con el equipo, si no vales… Además, había pactado con Pablo venir dos veces al mes, porque tengo otros trabajos y tampoco quería estar todos los días en la tele, pero al final he terminado participando todas las semanas, porque me divierte, me gusta y porqueaprendo un montón y, ahora, todo el mundo por la calle me quiere más.
¿Cree que 'El Hormiguero' le ha acercado a un público que antes no te conocía?
Sí, el inicio fue el reality de MTV, que nos sorprendió porque pensábamos que iba a interesar a los fans de Alaska, a cuatro amigos y a dos marcianas. El reality llegó a más gente de la esperada. Y después, en El Hormiguero, me han conocido los niños y sus padres, que no habían visto el reality.
¿Alguna anécdota con ese público que le ha conocido gracias al programa de Antena 3?
Pues que ahora me he convertido en un Justin Bieber, pero en vez de con 15 años, con 37 (risas) y las niñas hasta me dejan cartas de amor… Que eso está muy bien, porque no soy el prototipo de chico guapo. Seguro que hay gente a la que caigo mal, pero al menos son educados y no lo manifiestan. Están en su derecho, por supuesto, porque si te expones puede que gustes o no.
Como manager, ¿qué crees que tiene 'El Hormiguero' para que todos quieran ir como invitados?
Me sorprendió que desde el primer momento vinieran artistas ‘guiris’. Lo hacen porque se sienten a gusto en este programa, y es que los artistas extranjeros no tienen tantos prejuicios como los españoles y entienden la promoción como parte del trabajo. Hay que saber que si estás presentando una película no tienes que estar una hora hablando de ella: cuentas un poquito y después haces un poco el circo y te ríes de ti mismo. Lo triste es que tengan que venir de fuera para enseñárnoslo, pero en ello está cada uno. Ven al Hormiguero como un vehículo promocional gracias al cual te ven dos millones de personas.
¿Cree que en España aún no se ha entendido esto?
Los artistas que represento han venido aquí siempre. Como yo también soy periodista, entiendo a los medios. Es un favor mutuo, sin artista no hay contenido y sin medio de comunicación no puedes promocionar lo que estás haciendo. Si no te ven en la tele, no existes y, si no existes, los productores no te van a contratar. Las nuevas generaciones lo están haciendo muy bien, como María Castro, por ejemplo.
De hecho, para teatro llaman a los televisivos...
¿A quién van a llamar si no? Esto es bussiness, ganar dinero... Y el que no quiera, que se vaya a un teatro alternativo.
A raíz del reality de MTV y 'El Hormiguero', ¿le han llovido las ofertas para otros programas?
Siempre ha habido propuestas pero, aunque suene raro, yo siempre he vivido la televisión como un extra. Soy consciente de que me llaman de más sitios porque tengo un nivel mediático mayor que antes, pero no es un fin en mi vida vivir de la televisión. Nunca he querido dejar mi sustrato laboral, que es ser representante.
¿Qué puede adelantarnos de las nuevas entregas de su reality para MTV?
La segunda temporada relata nuestra luna de miel en Las Vegas. Nos lo hemos pasado muy bien grabándolo porque es el trabajo más fácil del mundo. En la primera temporada, solo sufría al principio porque me rozaran las paredes o me estropearan un cuadro o una lámpara. Lo bueno es que para grabar este reality no he tenido que hacer nada que no haga habitualmente. No tenemos guión, no somos actores.
La gente tenía mucho miedo a la palabra reality, pero claro, como no ven la televisión, no saben lo que es norteamérica y lo que es The Osbournes, pues les chirriaba. En España la palabra reality se ha asociado a otros programas como Gran Hermano o Supervivientes -que los adoro y los devoro- pero nuestro programa es diferente, porque a mí no me sacan de mi mundo para encerrarme en otro.
¿Quién le gustaría que protagonizara un reality como el suyo?
Me encantaría ver a Belén Esteban, Pitita Ridruejo, Carmen Lomana... Hay muchas personas.
En su primera temporada en MTV se dijo que usted, que era menos conocido, iba a ser la gran sorpresa del programa, ¿y qué es lo que nos va a sorprender en esta nueva entrega?
Va a ser interesante vernos en Estados Unidos. Nos sacan fuera de nuestro entorno con todo lo que eso conlleva. No se pretende hacer nada nuevo, porque lo que hemos hecho es lo que funciona. No me he cambiando de casa, mis amigos son los mismos... Seguimos llevando la misma vida... pero también es verdad que nuestra vida es muy fabulosa, al menos para mí (risas).