Natalia Verbeke interpreta a Adriana, la maestra del pueblo donde se desarrollan las tramas de la serie de Antena 3 “Doctor Mateo”, que este domingo emite su segundo capítulo tras el excelente debut de la semana pasada.
La actriz recuerda en esta entrevista concedida a Antena 3 cómo fue el rodaje de la serie en Asturias, explica las características de su personaje y avanza cómo será su relación con el médico de San Martín del Sella.
¿Cómo es Adriana, su personaje en “Doctor Mateo”?
Adriana es una chica moderna, dinámica, a la que le gusta muchísimo su trabajo, cenar con sus amigas, viajar... Le encantan los críos, se divierte muchísimo con ellos y les trata como si fueran adultos. Pero tiene un problema cuando se enamora: le gustan los más complicados y, por eso, le gusta el doctor Mateo.
Pero, ¿cómo ha llegado a ser la profesora del colegio del pueblo?
Ella siempre pasaba temporadas de pequeña en San Martín del Sella, como Mateo, pero a partir de un desengaño amoroso decidió irse al pueblo, donde ha pasado los momentos más felices de su vida. Se lo pasa muy bien allí, se siente muy a gusto en contacto con la naturaleza y no deja de lado su parte urbanita ya que, siempre que puede, hace algún viaje.
¿De pequeña, se planteó ser profesora?
No, nunca, no entraba en mis planes. De pequeña tenía muy claro que quería ser actriz.
¿Cómo era como alumna en el colegio?
Siempre fui muy buena, todo sobresalientes y matrículas. Además, me portaba muy bien.
Pero si tuviera de profesora a Adriana, ¿cómo se portaría?
Creo que me portaría bien, como lo hacía en clase cuando era pequeña.
¿Qué es lo que más le gusta de Adriana?
Que va de frente, es muy directa y se lo pasa muy bien. Me encanta ese punto de fijarse siempre en los desgraciados, en los hombres a los que tiene que salvar, aunque se haga daño.
¿Cómo fue el rodaje en Asturias?
Fue muy bonito. Todo el equipo estamos deseando volver a Lastres. Lo pasamos muy bien y es un privilegio poder rodar en plena naturaleza. Además, la gente nos acogió de una forma increíble. Nos alojamos los 80 ó 90 que componíamos el equipo en el hotel; fue como un campamento de verano.
Hemos estado yendo y viniendo, un mes allí, un mes en plató, y la verdad que se agradecía cuando volvíamos a Lastres. Hemos vuelto locos a los del hotel (risas), conocían perfectamente nuestros gustos e incluso tengo un plato en el hotel.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de la grabación?
Lo mejor es que tenemos un equipo increíble, nos reíamos constantemente, sobre todo con Gonzalo de Castro, que aunque parece muy serio no para de hacer bromas todo el tiempo. Hasta le teníamos que frenar porque, si tenías que rodar una escena dramática, no podías por culpa de la risa. Es una maravilla tenerle porque siempre nos estaba levantando el ánimo.
Lo peor ha sido subir y bajar las cuestas con tacones, pero también nos ha venido bien porque nos evitábamos ir al gimnasio (risas). La verdad es que el tiempo cambiaba mucho: podía ponerse a llover y en seguida parar, luego volvía a llover...
Hubo momentos que estuvimos dos horas debajo de un paraguas esperando a que parara. Pero cuando hay buen rollo en el equipo, incluso esa circunstancia se convierte en una anécdota más y no es nada malo.
¿Cómo definiría Adriana al doctor Mateo?
Mi personaje le define como un señor muy estirado, insoportable, no hay quien le aguante. Pero según van pasando los capítulos, se da cuenta que detrás de esa fachada hay un niño.
¿Cómo es usted como paciente?
Adriana no soporta al doctor y es su paciente porque no le queda otra, pero siempre están discutiendo. Yo soy una estupenda paciente, cumplo todo lo que me dicen... Como mi padre es dentista, estoy acostumbrada a ir al médico en cuanto tengo un pequeño dolor y no automedicarme. Mi relación con la medicina es muy buena (risas).
¿Cómo ha sido su relación con sus compañeros de reparto?
Buenísima. He descubierto a muchísima gente a la que no conocía y nos hemos convertido en una familia. Nos lo pasamos muy bien, hemos congeniado todos y es una alegría.