Por Juan Carlos López SáezJuan Carlos López Sáez
Con el reciente estreno en Netflix de 5 temporadas de 'RuPaul Drag Race' (llevan 8, recién finalizada la última, y una más breve como especial con concursantes de varias temporadas llamada 'All Stars'. Pero por problemas con los derechos de algunas canciones, la primera temporada no se encuentra disponible en servicios de streaming), muchos han descubierto el colorido y fabuloso mundo de RuPaul.
Una drag queen que aunque hemos visto en cine y televisión en algún momento, nunca ha gozado en España de la fama que tiene en países como EEUU y UK, donde se ha creado un imperio gracias a su olfato para el negocio, consiguiendo que su nombre e imagen sean toda una máquina de hacer dinero.
El camino a la fama de RuPaul
RuPaul se hizo conocido en locales neoyorquinos donde cantaba y actuaba, y donde su vis cómica y su poco pudor para reírse de sí misma (le da lo mismo el género con el que le llamen), hizo que irremediablemente se fijaran en ella tanto productores discográficos como cadenas de televisión. Pero su fama llegó de inmediato gracias al dueto que grabó con Elton John del clásico 'Don't Go Breaking My Heart' y su primer single en solitario 'Supermodel (You better work bitch)'.
Tras presentar talk shows, participar en películas, lanzar discos, apariciones televisivas etc.. RuPaul comenzó a producir su propio talent donde buscaría a su sucesora.
El programa brilla desde el primer momento por la gran personalidad que le otorga su creadora, y porque establece unas bases inamovibles durante todas sus ediciones, con las coletillas que se repiten en cada programa, una banda sonora al cargo de la presentadora (que no se corta con el product placement) las pruebas cada vez más variopintas para que los concursantes puedan demostrar su creatividad y dotes artísticas, y una edición que exprime en 40 minutos todo lo que en un programa de España duraría 4 horas.
La singular mecánica que busca a su sucesora
En cada programa se da una mini prueba (presentada por RuPaul sin transformarse en mujer) donde el ganador o ganadores suelen ganar alguna ventaja para la gran prueba, que puede ir desde hacerse vestidos con materiales inesperados, como grabar anuncios.
Tras la gran prueba, llega el desfile, donde RuPaul, su equipo e invitados (desfilan todo tipo de famosos) deciden que concursantes se salvan, que concursante gana el premio de esa semana, y que dos drags tendrán que enfrentarse para la salvación.
Este enfrentamiento se trata de un playback en el que han de convencer a RuPaul para que les escoja, ya que la decisión definitiva la toma ella.
La normalización del transformismo
Aunque a priori parece un talent dirigido al 100% para el público homosexual y fans del transformismo, no hay que pasar por alto la gran creatividad de los concursantes, donde vemos looks que bien podrían aparecer en películas o desfiles de moda, y donde asistimos a un espectáculo que ha ido en aumento gracias a la fama que ha ido adquiriendo año tras año, pasando en su primera temporada de ser un plató modesto y un premio final de 20.000 dólares, a celebrar su última final en un teatro y con un premio de 100.000 dólares.
Lo mejor del concurso además de la creatividad, es su sentido del humor. En ningún momento se trata de despreciar el trabajo de una drag, ni de ocultar que son hombres a los que les gusta crearse una identidad femenina, sino mostrar todo el complejo proceso que pasan muchos de los artistas para crear sus personajes (desde la creación del vestuario, cosido por ellos mismos en el taller, hasta el maquillaje y peluquería), que son de todo tipo (desde la gótica a la pin up), y unas creaciones que recordarían al talent sobre maquillaje FX 'Face Off' de Sci Fi. Tampoco se cortan en los momentos más propios de un reality show, con enfrentamientos en el taller producidos por la constante tensión a la que se ven sometidos los concursantes, y que como espectador resultan algo adictivas por el ingenio a la hora de criticarse entre todos.
Tradiciones, mitología y gran base de fans
La base fan del programa es impresionante, consiguiendo que casi todos los concursantes eliminados puedan vivir sin problemas gracias a la fama adquirida. Tanto es así que se ha realizado una gira que llenó en Madrid y Barcelona recientemente, sin que el programa se haya emitido en nuestro país.
Cada temporada es autoconclusiva ya que se tratan de nuevos participantes, pero se ha creado tal mitología que es recomendable ir en orden para no conocer a los ganadores de otras ediciones antes de tiempo, y es que las reuniones familiares suelen darse en las rectas finales de temporadas y se disfrutan más al reencontrarse con antiguos ganadores. Además, el programa tiene sus tradiciones (la prueba de imitaciones por ejemplo), y autoreferencias a momentos memorables.
Como curiosidad, hasta el 2014 (sexta temporada), cada presentación de la mini prueba se presentaba en una pantalla donde se escuchaba a RuPaul decir “Ouh Girl, you got a SHE-MAIL”, una frase que creó la discordia por las denuncias de varios activistas transexuales y dos ex concursantes del propio programa, que declararon que recordaba a la palabra “shemail”, término despectivo hacia los transexuales.
Finalmente, RuPaul tuvo que eliminar la icónica frase.
Es aconsejable dejar fuera los perjuicios (algo que podría aplicarse a algo más que al visionado del programa), y veréis como en vuestro círculo de amigos termináis usando las expresiones del programa, como despedirse diciendo “Now Sashay away” (Sashay es desfilar).
Así que como dice RuPaul
'Encended vuestros motores, y que la mejor mujer...GANE!!“
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