Por Paula HernándezPaula Hernández
Cuando llegó a la redacción la convocatoria de prensa para la presentación de ‘Al rincón de pensar’, su nueva apuesta, rápido me ofrecí voluntaria para cubrirla. Quería conocer a Risto más de cerca, y es que su evolución televisiva me ha hecho cambiar varias veces de opinión sobre él. Fue un juez pedante y sin escrúpulos en ‘OT’, un gamberro más moderado en ‘G-20’ y un (a veces) agresivo entrevistador en el ‘Chester’. Hace poco hasta le veíamos la faceta de seductor seducido en una alfombra roja. Pero, todos los pasos que ha dado siempre han estado cubiertos por un aura publicitaria de la que no se ha podido desprender, ¿será un montaje su nueva relación?¿la polémica, garantiza una mayor audiencia? Y la pregunta del millón: ¿es un personaje o una faceta de él mismo?
Quería responder a esa eterna pregunta y para ello cogí libreta y bolígrafo y no perdí de vista ninguno de sus gestos, ironías y respuestas que hizo delante y detrás de las cámaras:
Más alto y relajado de lo que imaginaba
Llegamos a Atresmedia y allí estaba Risto Mejide, posando ante una avalancha de fotógrafos. Más alto de lo que imaginaba, trajeado y escondido tras sus míticas gafas de sol. Posaba cómodo, o eso parecía -como la mirada es el espejo del alma y él la tapa, esto era pura intuición mía-. Acaba el photocall y se dirige al escenario. Mientras caminaba hacia su asiento le comentaba a una de las responsables de la cadena: “Tranquila, mis dos lados son malos”.
Se sienta.
Cuando le toca el turno de palabra habla, tranquilo, pausado y seguro, agradeciendo la oportunidad de lanzar esta nueva aventura. En el turno de preguntas estuvo correcto, quizá demasiado. Nos contaba que con Mediaset le había pasado como con una ex novia : la dejas, le deseas que todo le vaya bien pero no la vuelves a ver. ¿Quién se lo cree? ¿Quién le desea lo mejor a un ex? Parecía que no había nada más que rascar. Risto, por primera vez, estaba siendo muy “polite”. Quizá se nos notó tanto el desazón en las caras, por conocer a un Mejide recatado que finalmente cogió el micro y espetó: “Va, os voy a dar el titular. Sé que lo que he dicho hasta ahora irá al cuerpo de la noticia, pero ahí va: Lo que me molestó de Mediaset fue que mintieran….”¡Bravo, ahí estaba! También habló de su incipiente relación con la actriz Carla Nieto, y confesó que estaba feliz. Que era una mujer con carácter, algo que le “ponía mucho”.
No es un personaje, son muchos roles en una misma persona
Qué gusto preguntar y que te respondan con tranquilidad y sin rasgarse las vestiduras. Por supuesto, estaba promocionando un programa, él lo sabía, nosotros también y hasta el grupo competidor. Los periodistas agradecimos ese guiño que nos hizo, ese 'sé lo que queréis y os lo voy a dar'. No tuvimos que esperar a leerlo en una revista en particular. Cuando nos desplazamos para cubrir una rueda de prensa es para oír hablar al protagonista. Y si puede ser de cosas nuevas. ¡Qué gusto cuando das con famosos que lo entienden!
Tras sus palabras sonrió.
Y por eso mismo le preguntó alguien. “Risto, ¿por qué cambias tanto con la gente delante y detrás de las cámaras? Conmigo eres muy simpático pero con otras personas no”. La respuesta fue la más sencilla que se podía esperar: “Porque tú me caes bien. (risas) No es que sea un personaje, es que delante de las cámaras muestro mi faceta televisiva. Tú no te comportas igual con tus padres, o con tu chica, o en tu trabajo. Yo tengo mi rol de presentador y es de una forma, cuando estoy hablando con algún conocido soy de otra”.
Ahí cada cual que haga su reflexión. A mi me convenció.
Tras decenas de preguntas, nos toca el turno, hay problemas técnicos y él reacciona...
Se acaba la rueda y llega la tanda de entrevistas individuales. Tras unos cinco o seis medios llega nuestro turno. Enciendo la cámara, hago dos preguntas y el aparato deja de grabar. Volvemos a intentarlo y otra vez se vuelve a apagar. Nunca me había pasado y ¿tenía que ocurrir delante de Risto? Mi cabeza piensa rápido: “¿Disimulo y sigo con la entrevista? Pero me quedo sin el vídeo y este gusta mucho, ¿le pido que me repita lo que me había dicho hasta ahora? Me va a mandar a… Vale, le pido que me lo repita. No puedo volver a la redacción sin él”.
- Risto no se han grabado las últimas preguntas, ¿podríamos repetirlas?
- Sí, claro, no hay problema.
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Y no solo las repite cómodamente, sino que nos da aún más información. Finalizamos la entrevista y como éramos las últimas, recogemos y vamos a saborear algo de lo poco que quedaba en el catering. Él nos acompaña comentando algunos de sus otros proyectos de publicidad. Este detalle no pasa siempre, generalmente los famosos se van o hablan entre ellos, no se quedan con los periodistas.
Pasan unos minutos y él se va a hacer corrillos con los compañeros que quedaban. Y nosotras ponemos rumbo a la redacción.
Caminábamos comentando lo agradable que había sido el encuentro, y el 'miedo' con el que habíamos entrado a la rueda. Una vez más había cambiado de opinión sobre él. Estaba segura de no haber estado con un personaje, sino con alguien que mostraba su faceta de promoción ante los medios. Y esa es muy agradable. Seguro que tiene muchas más. Tantas facetas como podemos tener cualquiera de nosotros. Tantas facetas como tonalidades pueden tener los cristales de sus gafas.