Jordi Évole volvió a liderar anoche su franja de emisión en laSexta recordando cómo el régimen franquista esclavizaba a personas para construir obras públicas.
La entrega titulada 'Esclavos' reunió a casi 3 millones de personas (un 14.3% de share), y las redes aplaudieron los testimonios que recogió el programa, sobre todo el de Luis Ortiz, condenado por “ser hijo de republicano. Eso ponía mi ficha”.
Este hombre explicó su estremecedora experiencia como esclavo de la dictadura franquista, rememorando con todo lujo de detalles las condiciones extremas en las que tenían que vivir, como recoge la web de laSexta.
Sus estremecedoras confesiones: “Un preso luchó con un perro por un hueso”
Ortiz recordó muchísimas situaciones que reflejaban el régimen de esclavismo en el que estaban obligados a vivir, llegando a “mear en el plato donde comíamos porque no había servicios” e incluso explicando que “hubo un preso que luchó con un perro por un hueso”.
Fruto de aquella lucha, el perro acabó destrozando el brazo del esclavo. Igualmente, Ortiz reflejó cómo los militares se lucraban: “Me obligaron a inflar las facturas de la comida para que el teniente se fuera de putas”.
Por supuesto, el trato al revés era mucho más rudo, incluso golpeando a los esclavos con el fusil: “El sistema era el mismo que hemos visto en los campos de concentración alemanes”.
Lamenta que el Gobierno no les reconozca, y solicita que el Estado pida perdón
Tantos años después de su suplicio, Ortiz asegura que ahora “mi última etapa de la vida está en pleno apogeo, soy tremendamente feliz”, aunque lamenta que España siga negándoles: “Es lamentable que nuestros gobiernos no se hayan atrevido a reconocernos porque pierden votos”.
Ortiz también lamentó que “la Ley de Memoria Histórica la tienen los gobernantes en un cajón”, y pese a todo ello, zanjó que “me conformaría con que el Estado pidiera perdón a los esclavos del franquismo”.
Una presa conocida como 'la tumba' porque tiene dentro cuerpos de esclavos
No fue el único testimonio que recogió el programa. El historiador Antonio Martínez Ovejero explicó a Évole por qué la presa del pantano del Cenajo es conocida como “la tumba”: “Los trabajadores que caían encima de la masa del hormigón que se estaba fraguando, ahí se quedaban”.
Martínez Ovejero lamenta que el Estado nunca haya reconocido que eran trabajadores esclavos, explicando que “la Administración no ha reconocido el trabajo forzado; dice que eran voluntarios que querían reducir sus penas”.
Un esclavo fugado: “El Estado no me ha pedido perdón por esos meses”
Otro de los esclavos del franquismo fue Nicolás Sánchez-Albornoz, preso político obligado a trabajar en el Valle de los Caídos. Él consiguió fugarse y salvar su vida pero, pese a todo, lamenta que “el Estado no me ha pedido perdón por esos meses de trabajos forzosos”.
Sánchez-Albornoz cuenta que en ese tiempo “trabajando, vi la corrupción monetaria sobre la cual estaba montada el sistema penitenciario”. Algo sobre lo que le da la razón Isaías Lafuente, periodista y autor de 'Esclavos del Franquismo', que contó en el programa que “en todas las infraestructuras construidas en los años 40 participaron presos políticos”, lo que otorgaba beneficios millonarios al franquismo.
El periodista explicó que los presos políticos podían trabajar para el Estado o para empresas privadas. En el caso de que fuera para alguna empresa, ésta tenía la obligación de pagar al preso “el salario mínimo de 14 pesetas”, pero luego solo recibían 50 céntimos.
*Puede ver todos los vídeos en la web de laSexta