El último “roce” entre el presidente ecuatoriano Rafael Correa y Ana Pastor se produjo con Jordi Évole como intermediario, anoche durante su entrevista en 'Salvados'.
Évole le reconoció que las entrevistas que más repercusión habían tenido en España eran las que le había hecho su compañera Ana Pastor, momento en el que Correa le interrumpió para decir: “¡Anita!”, por lo que se ganó la corrección del periodista: “No le llame Anita. Yo creo que no estuvo usted muy acertado llamándola Anita”.
Correa respondió: “Bueno, con todo el respeto, yo creo que también eso es etnocentrismo. Porque 'Anita' es una demostración de afecto en Latinoamérica, entonces tenemos que tratar de entender las otras culturas también”.
“Anita, le esperamos aquí para que conozca Latinoamérica”
A continuación, y sin interrumpir su discurso, se dirigió a cámara para hablar a Ana Pastor: “Anita, un fuerte abrazo. Le esperamos aquí para que conozca Latinoamérica y sienta una democracia vibrante, una libertad de expresión real, libertad plena. Bienvenida a Ecuador”.
Ana Pastor: “Aunque a él le encante cambiar los nombres, a nosotros nos gusta escuchar”
Al iniciar su programa, justo a continuación de ese adiós en 'Salvados', Ana Pastor tomó el guante y se refirió directamente a las palabras del presidente ecuatoriano.
“Muy buenas noches, ya han escuchado al Presidente de Ecuador, aquí comienza 'El Objetivo'. Y aunque a él le encante cambiar los nombres, a nosotros nos gusta escuchar, aquí en laSexta, siempre a los presidentes de gobierno, en este caso al de Ecuador, a Rafael Correa, que así se llama él”, abrió su programa Pastor antes de dar comienzo a sus contenidos.
Puede ver el mensaje AQUÍ, justo al inicio del programa completo.
Los espectadores definieron su entrevista a Javier como “la más dura”
En su programa dedicado a los abusos en la Iglesia, 'El Objetivo' contó con la visita de Javier Paz, víctima de abusos sexuales por un párroco de Salamanca desde los 10 años hasta los 20, como recoge la web de laSexta.
Paz decidió denunciar a los 28 años, cuando empezó a recordar lo ocurrido. “Lo tienes todo en contra, la sociedad y la legislación”. Presentó su denuncia al obispado con la intención de que, desde dentro, 'movieran' ficha. “Es la propia Iglesia la que tiene que limpiar la casa de arriba abajo”. Sin embargo, su agresor confeso, previa jubilación forzosa, continuó trabajando en otra parroquia con menores.
Sus confesiones fueron definidas a través de las redes sociales por los espectadores del programa como “la entrevista más dura” que habían visto en 'El Objetivo'.