La sombra de la huelga vuelve a planear por Hollywood. Tras dos días de reuniones y 27 horas de intensas negociaciones, el acuerdo entre el sindicato de actores y los grandes estudios para renovar el convenio laboral que venció el pasado 30 de junio fue imposible y los interpretes estadounidenses ya se planean la posibilidad de ir a la huelga.
Un paro que sería mucho más dañino que el que a finales del pasado año protagonizaron los guionistas --que se prolongó durante 100 días y generó pérdidas cifradas en 2.500 millones de dólares-- ya que paralizaría totalmente y de inmediato toda la industria del cine y la televisión.
La Alliance of Motion Picture & Television Producers (AMPTP), asociación que agrupa a los grandes estudios y productoras de Hollywood, y el Screen Actors Guild (SAG), el sindicato mayoritario de actores que agrupa a unos 120.000 intérpretes estadounidenses, fueron incapaces de llegar a un acuerdo tras dos días de constantes reuniones y negociaciones.
El mediador federal, Juan Carlos González, que también fue incapaz de que los escritores y los estudios llegaran a un acuerdo, tiró la toalla debido a las graves diferencias entre las dos partes. Ahora los actores votarán, a través de un referéndum, si van o no a la huelga.
El principal caballo de batalla en este tira y afloja entre la SAG y los productores es, como también lo fue en el caso de los guionistas, la difusión de películas, series y programas de televisión en Internet. Un suculento pastel del que los escritores ya consiguieron su porción tras la huelga y del que los actores también quieren su parte.
Los actores denuncian que ellos ya han cedido en varios puntos para intentar llegar a un acuerdo, mientras que los estudios se muestran inflexibles en sus pretensiones.
“La otra parte sigue insistiendo en unos términos que no podemos aceptar en nombre de nuestros miembros. Seguiremos intentando evitar una huelga, pero ahora más que nunca no podemos permitir que los productores jueguen con nuestras carreras”, afirmó la SAG en un comunicado.
Por su parte, los estudios se limitaron ha realizar una escueta declaración en la que confirmaron que las “partes no han podido alcanzar un acuerdo” y que el mediador federal ha “renunciado” al proceso tras dos días de reuniones. Según una información publicada por 'The Hollywood Reporter', las conversaciones se rompieron definitivamente a la una de la mañana del sábado tras una tensa reunión.
Un desacuerdo esperado
Pero lo cierto es que, a pesar de que es la segunda intentona de renovar el convenio que venció el pasado 30 de junio, el fracaso de las negociaciones entre actores y productores no ha pillado de sorpresa a nadie. De hecho, la junta directiva del SAG, formada por 71 miembros, ya había dado al comité negociador la autorización para iniciar un referéndum para que sus afiliados decidan si van o no a la huelga.
Ahora, la dirección de la SAG ya ha anunciado que lanzará una campaña de información “a gran escala” para trasladar a todos sus miembros las cuestiones claves de la negociación y cuales son los puntos de desacuerdo con los estudios.
Para que la huelga tenga lugar deberá ser apoyada al menos por el 75 por ciento de los votos y será la junta directiva de la SAG la que en última instancia decidirá los términos de la convocatoria.
Una huelga que tendría un impacto inmediato paralizando rodajes de películas y series y programas de televisión y cuyo coste para la industria hollywoodiense sería terrible. Mucho mayor que los 2.500 millones de dólares que generó los 100 días de huelga de guionistas.