Lo primero de todo, ¿es Toya su verdadero nombre?
No, es el nickname de las Victorias. Mi nombre es Victoria, y el apodo suele ser o Vicky o Toya. Pero escribidlo con t, no os confundáis con la letra, no seáis pillos (risas).
¿Le ha sorprendido el éxito que ha tenido tras la emisión del primer programa?
¡Estoy sorprendidísima! Sobre todo porque soy una persona súper normal, como yo hay cientos de mujeres.
Ya ha sido bautizada desde los medios como la “suegra mala” de la televisión. ¿Considera que es justo que se la califique de esta manera?
No creo que sea mala porque esté pidiendo unas cualidades concretas a las chicas. Lo que he pedido simplemente es lo que se considera habitual en el ambiente en el que he crecido. Me he criado en un ambiente religioso, del PP, y en un ambiente en el que había que ser del Real Madrid... Porque si no me llego a hacer del Madrid (risas). Que conste que eso no quita para que me parezca que el Barça sea brillante, que baila con el balón... Nosotros hemos recibido esta educación, en estos estándares, que no son mejores ni peores. Y por eso he pedido esas cualidades. Pero de ahí a ser mala hay un buen trecho.
En general, todas las madres del programa, y especialmente usted, han sido criticadas por sus comentarios racistas. ¿Se arrepiente de sus palabras?
No conozco lo que que han dicho el resto de madres. A lo mejor no me expresé correctamente, porque no me considero para nada racista. Me sorprende. De hecho, Mariette me preguntó que si la iba a perjudicar por eso. Fíjate que mis dos mejores amigas no son negras, ¡son negrísimas! Soy mujer de diplomático, y he tenido la suerte de viajar mucho, estar en países árabes... He estado en catorce países, te puedes imaginar todo lo que he vivido, lo que he visto, y todo eso ha sido tremendamente enriquecedor. Y puedes ver que cada persona, dentro de su color, tiene sus cualidades. Así que de racista, nada.
Sin embargo, por unos motivos u otros, ha sido la suegra que más ha llamado la atención...
A mí me ha chocado, porque como yo es toda mi familia. Por eso, me choca que hayan dicho de mí que soy mala, porque me considero una persona normal.
¿A qué cree que se debe entonces?
Creo que el problema está en que, ahora, no es tan habitual porque no se lleva lo clásico. A mí no me gusta que vayan tatuadas, que lleven 'pins' por todo el cuerpo... Pero es mi manera de ser, como puede haber otras igual de respetables. Lo que ocurre es que hoy en día no es habitual y por eso se considera anormal.
Ya se había aparecido previamente en la televisión, como en el docushow “Princesas de barrio” de laSexta...
He trabajado en los medios de comunicación, desde hace bastante tiempo me vengo dedicando a eso. Empecé con Caliente y frío en los años noventa. Después estuve en Punto Radio, donde estuve tres años, en Intereconomía... La gente de las productoras me prepararon unos dossieres, y me llamaron de las televisiones. Y luego, en realidad me llamó una amiga para preguntarme si me apetecía salir en lo de Princesas de barrio.
¿Por qué accedió a participar en un programa como “¿Quién quiere casarse con mi hijo”?
Primero, porque me apunto a un bombardeo y los medios me gustan. Llegar aquí ha sido fruto de mi trabajo. Trabajo desde que me quedé viuda, mi marido era diplomático. Quiero poder conocer a personas de todo tipo y hacerlo con mi hijo, puesto que hacía tiempo que no convivíamos mano a mano. Además, la cadena nos ha tratado maravillosamente bien, son todos unos grandes profesionales.
¿Por qué quiere encontrarle una novia a su hijo?
Porque eso de estar viviendo en casa con 45 años... (risas) Quiero que encuentre a alguien adecuado.
¿Ha sentido ya la popularidad en la calle tras la primera emisión?
Sí... La gente te mira más y cuchichea, la gente del párking, o en la farmacia. Una gente te dice que lo haces muy bien y otra que no tanto. Respeto todas las opiniones. Pero desde luego que lo noto, cuando por ejemplo vas a la presentación de un libro, y notas que te reconocen... Como te he dicho, las opiniones que me han dicho la gente del barrio. Unos te dicen que sales fenomenal, otros que estás mejor en persona... Yo es que soy muy normal, hablo con toda clase de personas, saco a pasear a mi perro, un cóquer.
¿Ha recibido críticas desagradables por participar en el programa?
No, no. Alguna amiga siempre te dice: “¿Pero cómo te has metido en esto?”. Pero yo siempre respondo que es que soy como los tiburones, no estoy quieta ni durmiendo (risas).
¿Le afectan los comentarios que se han hecho de usted en redes sociales?
No, no. No soy de las que entra en twitter a mirar. Me lo cuentan mis amigos, mi familia, mis hijos. Cada uno tiene derecho a opinar.
¿Pero le gustaría seguir ligada a la televisión y los medios?
Sí, estaría encantada. Soy un animal de la comunicación. Ten en cuenta que tengo de una carrera diplomática. El último sitio donde estuve fue en Bagdag, con Sadam Hussein. Quien siempre se ponía con los medios, quien les contestaba era yo, porque él no podía. El diplomático era él, y yo era la mujer del diplomático, por lo que lo que dijera yo no podía tener tampoco mucha repercusión. Y de este tipo de vida, como funcionario público he aprendido mucho. A través de la carrera diplomática conoces mucho mundo, y estás en constante show. Estás representando a España, en mi caso a la mujer española.
¿Ha recibido ya alguna oferta para seguir en el medio?
De momento estoy en manos de la cadena, que son los profesionales.
¿Está satisfecha con la imagen que se dio de usted y de su hijo?
Me encantó. Además, me gustó especialmente verle cantar a mi hijo, porque es barítono. Soy como la madre de la Pantoja, cuando mi hijo canta se me cae la baba. Además, me alegré mucho de que escogieran las mejores fotos. Salió estupendo.
¿Y en cuanto a los resultados de la búsqueda de pareja para su hijo?
Estoy contenta. Luego, obviamente los hijos hacen lo que quieren y ellos son los protagonistas.
*Toya junto a su hijo, José Luis de la Guardia
¿Qué es lo que suele ver en televisión?
Si quieres que te diga la verdad, no soy muy aficionada. Pero me gusta mucho la serie de los Bravo (Tierra de Lobos), Águila Roja, Cuéntame cómo pasó... Que, por cierto, me da mucha pena que se haya acabado. Además, a Mariló Montero, que es extraordinaria. Parece que ha nacido en ese plató. Me encanta la parte médica del programa, aprendo muchísimo. Desgraciadamente, no tengo mucho tiempo para ver la televisión. Soy un tremendamente activa, y cuando no estoy haciendo cosas para mí, estoy haciendo de canguro para mis nietos, los llevo al médico...
Además de Mariló Montero, ¿tiene algún referente televisivo actual?
Ana Rosa Quintana, me encanta. Aparte, veraneamos juntas, en el mismo sitio. Me encanta verla, lo natural que es, no se altera por nada. Siento que es gente muy parecida a mí.