En España surgió la polémica a comienzos de temporada por la iniciativa de Disney Channel –finalmente abortada- de gastar bromas con cámara oculta colegios, como parte de un programa de entretenimiento para el público infantil. Si los reality shows para adultos, a pesar de su expansión por todo el mundo, siguen provocando el rechazo de muchos críticos, mucho más crudo se presenta el panorama para este tipo de programas cuando el objetivo de las cámaras o protagonista de la vida en directo resulta ser un niño. Pero si tenemos en cuenta la sed insaciable que tiene la telerrealidad por encontrar nuevas ideas que sorprendan al público, y el descenso del consumo de televisión infantil y la necesidad de encontrar nuevos y rentables formatos que atraigan a los niños, era inevitable que estas dos necesidades terminaran encontrándose. Ya a finales de junio recogíamos un interesante artículo de Variety que explicaba cómo los productores de televisión infantil estaban comenzando a orientar su creatividad en este sentido para salvar su negocio. Ahora es el New York Times el que advierte de esta nueva tendencia en la televisión estadounidense. La vida de un niño en directo La HBO emite “Family Bonds”, un docudrama que sigue la vida de Frankie Evangelista, un niño de 8 años que vive con sus padres en Long Island (Nueva Cork). La cadena de pago emite desde hace más de un año este programa, los domingos a las nueve de la noche, que muestra cómo Franki monta en bici o juega a la pelota con su pandilla. La cámara graba los momentos más íntimos en la vida familiar de Frankie: no sólo los lloros de Franki cuando trata de aprender a montar en bici, sino también a su madre enumerando las veces que ha tenido relaciones sexuales con su padre y el parto con todo detalle de la hermana mayor de Franki.
“Todo lo que sé es que voy a hacerme famoso”, declaraba Franki en una entrevista en el jardín de su casa, semanas antes del estreno del programa, con la misma naturalidad con la que los concursantes de “Gran Hermano” aparecen en sus vídeos de presentación justo antes de entrar en la casa.
“Family Bonds” es sólo un ejemplo de cómo los niños están cada vez más familiarizados con los reality show. Comenzó siendo un género para adultos, que aceptaban el reto de compartir sus momentos más íntimos conociendo todas las consecuencas. Pero esta temporada, la telerrealidad en la televisión americana está acercándose al público más joven.
Protagonistas involuntarios de realities de mayores En los programas “Trading Spouses” y “Wife Swap”, de la Fox y la ABC respectivamente, los niños son el centro de atención del programa cuando sus madres se van a vivir con otra familia durante una semana, y se ven obligados a adaptarse a sus nuevas “mamás”. TVE-1 estrenará próximamente un programa de características parecidas bajo el título “Préstame tu vida”. Versión real de una serie de éxito Por otra parte, la MTV emite la serie “Laguna Beach”, considerada como una versión reality de la serie juvenil que en España emitió TVE-1, “The OC”, puesto que sigue la vida real de un grupo de jóvenes adinerados en ese condado californiano.
Dating shows y concursos de supervivencia La cadena “N”, filial de MTV dirigida a un público más joven, lanzará en diciembre los programas “Best Friend’s Date”, que muestra citas a ciegas entre adolescentes, y “Girsl vs. Boys: Montana”, una variante de “Supervivientes” con participantes mucho más jóvenes. La cadena captó a los concursantes de este programa a través de un exhaustivo casting nacional de 12 semanas, después de una campaña publicitaria que rezaba: “¿Eh, quieres salir en la tele?”.
¿Son éticos los realities con niños? ¿Es indecente o poco ética la participación de niños en estos programas?, se pregunta Sheila Nevins, directora de la división documental de HBO. “No lo sé. Probablemente. Pero la gente real es lo que está de moda en estos momentos. Pero a Franki (el niño protagonista de ”Family Bonds“) no se le puede considerar una víctima, mucho peor lo tuvo Judy Gardland”. El New York Times también ha preguntado a los psicólogos infantiles sobre los peligros de que los niños formen parte de los realities. Una de las entrevistadas, cree que el problema no está en que los niños salgan en la televisión, sino en los padres, que son quienes tienen la idea y deciden jugar con ella. Sin embargo, otra psicoanalista, rechaza la condena a los padres que llevan a sus hijos a un reality show. “Es algo que yo, personalmente, no permitiría, pero tampoco creo que debamos meternos en las vidas familiares ajenas, cuando no hay abuso de por medio”.