La que será su cuarta temporada en antena se caracteriza por ampliar escenarios, en un intento más de reflexionar sobre el papel de los animales en la sociedad actual y su relación con el hombre.
Convertido en uno de los espacios más vistos de la tele autonómica – con una media de audiencia de 907.000 telespectadores (35,6% de share) -, la docuserie vuelve a utilizar las estructuras de las temporadas anteriores. Las cámaras han entrado esta vez en el Hospital Veterinari de Molins de Rei - en el que trabajan unos 20 profesionales - y en una instalación más pequeña, el Centre Clínic Veterinari Barcelona, donde la relación entre propietario y experto es más estrecha. Esta entrega consta de 13 episodios en los que se presta atención a la psicología de los animales domésticos, un tema que despierta “mucho interés”, según Miquel García, el director, que añade: “Hay mucha gente que no sabe cómo educar a perros y gatos”.
Las terapias de la etóloga Victòria Coll arrojarán un poco de luz sobre esta circunstancia. Veterinaris acogerá casos también de de especies salvajes. Al Zoo de Barcelona y otros escenarios habituales como el Aquàrium o Aqualeón Safari, se une ahora el Centre de Fauna de Planes de Son (Pallars Sobirà), donde se muestra cómo viven algunos animales en su hábitat. El programa también enseñará el trabajo de los veterinarios de Pirena, una carrera en la que participan perros con trineos.