Villalobos y Duran i Lleida, a la gresca por el catalán con las cámaras de Salvados como testigo
La polémica acompaña a Jordi Évole, “El follonero”, hasta cuando este no quiere. El showman, que dedicó su último programa, emitido el domingo, a demostrar cómo (no) funciona el Senado con la ayuda del senador por el Bloque Nacionalista Galego Xosé Manuel Perez Bouza (que reconoció que “El Senado no sirve para nada”) y de explicar las interioridades del Congreso de los Diputados con la compañía de Josep Antoni Durán i Lleida.
Después de que el secretario general de Convergència i Unió le acompañara para ver desde las gradas superiores el hemiciclo y charlaran allí un rato, ambos se dirigieron a ver los despachos de los diputados y del propio Durán. Fue en ese momento cuando se encontraron con Celia Villalobos, diputada del PP, tras haberla “saludado” desde las gradas cuando ésta saludaba a una visita de mujeres al hemiciclo.
Évole saludó a Villalobos y la preguntó por la situación de los políticos en España. Como estaba acompañado de Durán, El Follonero aprovechó la reciente visita de la diputada a La Noria para pedirle que recomendara al de CiU. Villalobos reconoció que ella “siempre hablaba bien” de Durán, y Évole dio a entender que Durán de ella antes no.
La diputada del PP respondió con ironía que “quizás sería proque no hablo catalán”, y echó en cara a Durán que fueran los políticos catalanes los que complicaran esa situación: “yo cuando llamo a Cataluña no tengo problemas, me responden en castellano si se lo digo, sois vosotros”. Mientras Villalobos ya se marchaba mientras insistía en la culpabilidad de los líderes políticos catalanes, Durán intervino y respondió: “nosotros no, tus colegas del PP, que protestan y dicen que eso no pasa”.
La breve discusión terminó con Villalobos yéndose por una puerta al final del pasillo y diciendo que “sois vosotros los que os equivocáis y confundís el tocino con la velocidad” y Durán continuando su visita con Évole mientras respondía que “sí sí, tú no te equivocas nunca”. El Follonero sólo pudo abrirse de brazos y reconocer que “yo no quería dar esta imagen”.