Por su interés reproducimos el artículo de Mariví Casanueva que publica hoy El Mundo.es: Antes de nacer, el nuevo canal de televisión analógica que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sacará a concurso ha sufrido su primer traspiés. El Grupo Vocento ha impugnado ante el Tribunal Supremo el real decreto en el cual se le reserva espectro radioeléctrico, porque invade los canales a través de los cuales emiten seis de sus televisiones locales.
Después de largos estudios para determinar la disponibilidad de espectro, el Ejecutivo notificó que el nuevo canal sólo podría llegar al 70% del territorio nacional, lo cual supone un severo 'handicap' a la hora de competir con el resto, que sí llega o se acerca al 100%. Pero lo más grave son las interferencias que provocará en la señal de otras cadenas legales, sin contar las que sufrirá, a su vez, por parte de las alegales que emiten a lo largo y ancho del territorio nacional.
De los dos problemas, lo más grave, para la futura viabilidad de este canal son las interferencias que puede provocar en muchas zonas en la señal de otras televisiones absolutamente legales -sean de ámbito nacional, local o autonómico- y las consiguientes demandas y recursos que se plantearán ante las distintas instancias administrativas y judiciales.
Interferencias
El primero en dar un paso al frente en defensa de sus intereses ha sido Vocento. El grupo vasco recurrió el pasado 8 de agosto ante el Tribunal Supremo, solicitando la suspensión del real decreto por el que se modificó el plan técnico del sector.
De salir adelante en los términos establecidos por el Ejecutivo, la nueva televisión invadirá los canales a través de los cuales emiten -mediante la correspondiente concesión administrativa- Onda 6 (Madrid), Flaix (Barcelona), Extremadura Telefrontera, Bilbovisión, Ideal TV (Granada) y Teledonosti (San Sebastián), todas ellas integradas en la red de televisiones locales de Vocento.
El Ejecutivo podría verse obligado a modificar el real decreto, aprobado el pasado 29 de junio, antes de que haya un pronunciamiento del Tribunal Supremo, aunque fuentes del sector auguran que la impugnación de Vocento podría no ser la última.
La Comunidad de Madrid es un buen ejemplo de la lucha por un bien escaso y regulado como es el espectro radioléctrico, así como de los problemas que puede provocar, en unos casos, y padecer, en otros, el nuevo canal analógico.
En Madrid, el espectro reservado por el Gobierno para la futura televisión, además del concedido a Onda 6, también ocupa los canales 30 y 33, utilizados hasta ahora por las locales TeleK y Canal 33. Se da la circunstancia de que estas cadenas son las que en los últimos días están interfiriendo con imagen fija parte del canal 40, a través del cual emite Telemadrid la señal de LaOtra, motivo de una fuerte polémica entre la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, y el Ministerio de Industria y Telecomunicaciones, dirigido por José Montilla.
Telemadrid optó por transmitir la programación de LaOtra por el canal 40 -una vez denegada la autorización por parte de Industria- porque no está reservado en ningún plan técnico, sea el nacional o el local. Según distintos estudios, ese canal también es el de menor riesgo de interferencias con las grandes cadenas en el territorio de la Comunidad de Madrid.
Las televisiones privadas no esconden su preocupación por las posibles interferencias de la futura cadena. “Dependiendo del lugar de emisión y de cómo se module la potencia, habrá serios problemas”, según un alto ejecutivo de una de ellas. “Como se ha hecho el reparto de manera artificial, en todas las grandes ciudades habrá dificultades y muchas interferencias, por la saturación existente”, añade otro directivo del sector.
Recursos
Este se muestra convencido de que, “con total seguridad, habrá más de un recurso” por los problemas de interferencias que provocará la nueva licencia. Recursos contra las empresas encargadas de transmitir la señal, en unos casos, y “acciones judiciales y administrativas”, en otros, en contra de la propia concesión, según las fuentes consultadas.
Otro ejecutivo del sector aventura que la empresa Abertis, el principal grupo en infraestructuras y servicios de telecomunicaciones “puede verse en serios apuros con el nuevo canal de televisión”. Gráficamente asegura que “le pueden llover las demandas” si no se modifica el espectro asignado a la futura cadena.
Abertis, en cuyo accionariado participan ACS y La Caixa, controla el 100% de Retevisión y el 100% de Tradia. Retevisión es líder en España en el transporte y difusión de señal audiovisual y tienen contratos con la mayor parte de las cadenas. Entre sus emplazamientos de telecomunicaciones más emblemáticos destacan Torrespaña en Madrid y Torre de Collserola en Barcelona.