Tranquilo y con “ganas de irse de cañas”. Así ha salido Javir Krahe del Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid, en el que se ha sentado en el banquillo acusado por el Centro Jurídico Tomás Moro de ofensas a los sentimientos religiosos por un cortometraje que realizó en 1978 bajo el título Cómo cocinar un crucifijo.
Javier Krahe y la productora del programa Lo + Plus, Montserrat Fernández Villa, están siendo juzgados por un presunto delito tras aquel cortometraje realizado por el cantautor y Enrique Seseña en los años 70.
Cristo troceado, untado con mantequilla y metido al horno
Cómo cocinar un crucifijo fue emitido el 15 de diciembre de 2004 en el programa Lo + Plus y, en él, se mostraba cómo un crucifijo era troceado, untado con mantequilla y metido en un horno “saliendo el tercer día en su punto”, para a continuación asegurar que “los estigmas podían mecharse con tocino”.
Tras la emisión, el Centro Jurídico Tomás Moro presentó una querella criminal por escarnio de las creencias religiosas en virtud del artículo 521.1 del Código Penal. A Javier Krahe y a Montserrat Fernández se les impusieron fianzas de 192.000 y 144.000 euros, respectivamente.
Krahe: “Si me condenan, me exilio a Francia”
Este lunes, a su llegada a los juzgados, Krahe ha manifestado que si finalmente resulta condenado se exiliará en Francia y, durante la vista, ha defendido su derecho a la libertad de expresión, según han indicado fuentes jurídicas.
Por su parte, Endika Zulueta, abogado de Montserrat Fernández, ha remarcado durante el juicio que se trata de un proceso que vulnera los derechos fundamentales “como el derecho a la libertad de expresión, al de recibir información y el derecho a la creación artística”.
El abogado ha explicado que la entrevista se realizó basándose en cuestiones mediáticas, por tratarse de un personaje público, ya que en aquel momento se había editado un CD homenaje. “En ningún momento hubo intención de ofender”.
“Aquí no hay ningún delito y esperamos que sea el último juicio por expresar un sentimiento. La Iglesia no puede seguir utilizando valores en los que algunos no creen”, ha concluido Zulueta.
Piden que se condene al cantautor a una multa de 144.000 euros
Mientras, el presidente del Centro Jurídico Tomás Moro se ha mantenido en la acusación contra los procesados, ya que “el contenido directo e indirecto del vídeo afectaba a los sentimientos religiosos y a parte importante de la población”.
De hecho, la asociación ha solicitado que se condene al cantautor a una multa de 144.000 euros. Tanto en el caso de Javier Krahe como en el de Montserrat Fernández, el fiscal ha reclamado que se les absuelva al estimar que no hay delito.
A la salida, Krahe se ha declarado “tranquilo” y con ganas de irse “a tomar unas cañas con sus amigos”. En cuanto al juicio, ha acusado al Centro Jurídico de “mentir” y ha rematado: “No esperaba menos de quien defiende una causa tan indefendible”.
Wyoming, testigo, aboga por condenarle a que rece “tres Ave Marías”
“No me han entendido”, declaró también a Efe el sexagenario representante de la Movida madrileña, tras afirmar que seguirá haciendo canciones sobre la Iglesia, pero siempre escribirá muchas más sobre chicas que sobre temas religiosos; como una media de “nueve sobre chicas y una sobre la Iglesia”, aventuró.
Además, su llegada al juzgado, el cantautor fue recibido con un caluroso aplauso por parte de compañeros y amigos como Joaquín Trincado, realizador del vídeo por el que el cantautor está siendo juzgado; el compositor y cantante Pancho Varona, Pepín Tre y Wyoming, que asistió como testigo en el juicio, entre otros.
Krahe tuvo un encuentro inesperado, en la puerta del juzgado, con el cantante Miguel Ríos, quien explicó que muestra su apoyo a la propuesta de Wyoming “de condenarle a que rece tres Aves Marías en lugar de la multa” de 144.000 euros.
Miguel Ríos indicó que fue a los juzgados “a dar una abrazo a su amigo” pero, también, porque le parece “absurdo” el juicio ya que “cada vez volvemos más a la Inquisición y no por lo que digas ahora sino por lo que dijiste hace veinte años”.
El cantante recalcó que el juicio “es un sinsentido y deberíamos de tener cuidado porque no nos podemos volver todos talibanes”.