Maxi Iglesias: “Si ven una foto mía ya hay cantidad de ideas hechas. Que yo entiendo, pero me joden”
Con solo 32 años Maxi Iglesias acumula ya una larguísima trayectoria interpretativa desde que saltó a la fama en Física o Química. Una fama que le ha acompañado y ha hecho crecer a lo largo ya de más de la mitad de su vida, y que ahora vuelve a llevarle a platós y medios de toda España para presentar Los artistas: Primeros trazos, su nueva serie que estrenó Amazon Prime Video en España el 8 de septiembre.
En verTele hemos tenido la suerte de ser una de esas paradas. El actor ha pasado por la redacción de elDiario.es para charlar con nosotros largo y tendido no sólo sobre su nueva ficción, la primera creada y guionizada por la escritora María Dueñas, sino sobre toda su carrera. Y hemos querido incidir en aspectos que, siendo él, nos interesaban especialmente: cómo ha evolucionado su relación con la fama, qué puertas abre (pero también cierra) la belleza, qué tipo de personajes quiere conseguir para su carrera, o cómo afronta las críticas.
Comenzando por Los artistas: Primeros trazos, Maxi Iglesias reconoce que la forma de escribir de María Dueñas le había atraído desde que él estaba haciendo Física o Química y pudo ver El tiempo entre costuras, y luego también La Templanza. El ejemplo de sus novelas y adaptaciones a series le animó principalmente por saber “que iba a tener un personaje femenino muy potente, independiente, que no necesitaba de otro hombre salvo para algo puntual. Y ahí iba a estar el reto: por qué mi personaje, Yago, forma parte de la vida de Cata, y hasta cuándo va a durar”.
La explicación le lleva, desde bien pronto, a explicar que no es que él quiera orientar su carrera a Latinoamérica, sino que allí le ofrecen papeles que no le llegan en España: “Mis ganas de trabajar fuera son porque a veces encuentro que me dan personajes que aquí ni siquiera opto al casting. Ojalá me pasara esto aquí”, reconoce, añadiendo que igualmente ve “enriquecedor” trabajar en otros países y con actores y actrices de otras nacionalidades, pese a las diferencias culturales. Iglesias celebra haber “tenido la suerte de que las historias que hemos contado aquí a nivel local, han gustado luego a nivel global”, y cuenta que le llaman desde Latinoamérica “muchas veces para personajes parecidos, porque lo que han visto aquí les gusta, y otras veces no”, citando como ejemplos otras de sus series como Ingobernable y Volver a caer.
Al preguntarle sobre Hollywood, no oculta su interés: “A mí siempre me ha llamado la atención”, aunque se muestra cauto y paciente: “Es algo que tengo ahí. No tengo prisa, y mientras tanto me sigo formando y trabajando en mi país, México o Miami”.
|LA FAMA| “Es como una tensión constante”
La primera reacción de Maxi Iglesias al preguntarle sobre la fama es positiva: “La fama tiene y aporta cosas muy buenas”, afirma, destacando sobre todo poder dar impulso a causas benéficas. Pero rápidamente reconoce: “Luego, para otras muchas cosas, más en la vida personal, pues te puede condicionar. Hay una lucha, es como una tensión constante”, valora, celebrando entre risas cómo va en su caso: “Ese pulso yo creo que va bien”. El actor cita a Paul Newman, cuando dijo que ponía cara de serio para que la gente no le molestara, pero marca distancia: “Yo no voy a hacer eso. No voy a tener que estar serio para que la gente no se acerque a mí”. Celebra, eso sí, que “la gente suele ser muy respetuosa”, y prefiere destacar que “siempre es un orgullo” que le comenten sus personajes, valorando y celebrando también que lo que hace tenga “un poso”.
Le recordamos el ejemplo de Desaparecidos, otra de sus series, por lo que él mismo nos confesó al hacerle otra entrevista: rechazó seguir en su segunda temporada porque Mediaset cambió de productora, de Plano a Plano a Unicorn Content. Sonriendo, Iglesias confiesa: “Muchas veces no tengo filtro, para bien o para mal, porque también te puede traer enemigos”, pero puntualiza: “En este caso no era nada contra la productora que llegaba nueva, sino que yo había dado un voto de confianza a la gente que había confiado en mí. Y soy mucho de darle valor a eso, de esa lealtad”.
El intérprete valora la importancia de tener un círculo de amigos, y familiar, que no se dedique a lo mismo y que así le hablen “desde fuera”, y se ríe al explicar cuando le confunden con sus personajes: “Me pasaba más antes, con Cabano, porque eran chavales de 16-17 años que no diferenciaban, y se cabreaban contigo y te decían: '¡Es que a Paula no le puedes hacer eso!'. O con Los Protegidos, me decían: '¡Es que eres muy malo con tu hermano!' Y se enfadaban”. Pese a todo, saca la parte positiva de la fama, y también reconoce una responsabilidad al ver que la gente se siente identificada con sus personajes.
|LA BELLEZA| “Me ven para hacer de 'guapo al que le va bien', pero es que no quiero que me vaya bien”
Maxi Iglesias sabía que queríamos incidir en cómo “ser guapo”, entrecomillándolo para que se entienda pero siendo verdaderamente objetivo en su caso, afecta a una carrera interpretativa. Coincidió que entre que hablamos sobre la entrevista y la realizamos, él pronunció un titular que ha dado mucho que hablar: “Si no tuviera los ojos azules ya tendría un Goya”. Aprovechando, le preguntamos directamente por ello, y mientras se ríe es sincero y resume: “Es una frase como muy contundente e incluso un poco soberbia”. A continuación, explica que influye mucho “el contexto en el que estaba”, y que respondió así cuando le preguntaron si su físico le limitaba, por lo que amplía: “Para empezar tendría que llegar el personaje, interpretarlo, llegar esa película a ser seleccionada, y luego está reñida con otra gente que tiene esa nominación. Son muchas cosas, y claro dicho así, todo eso te lo has fulminado”.
El actor reflexiona al respecto: “¿Hay castings a los que no he ido por mi físico, que ni siquiera me han querido ver? Sí. ¿Hay directores que no han querido trabajar conmigo porque han dicho 'es demasiado guapo'? Sí. Entonces, quizás si hubiera optado a ese casting, si me hubieran elegido, si hubiera hecho un buen trabajo en esa película, y si la película hubiera llegado, pues sí, podría haber optado a tener un Goya. Pero claro, suena así tan rotundo... se nos olvida que hay todo un proceso por delante”.
Al preguntarle sobre las puertas que abre, pero sobre todo por las que cierra, la belleza, razona: “Vivimos en una sociedad llena de prejuicios, y cuanto más prejuicio hay, más difícil es enseñar la verdad. En este sentido, sí es cierto que si ven una foto mía ya hay una cantidad de ideas hechas. Que yo entiendo, pero que me joden. Porque no van conmigo. Me pasa por ejemplo en los castings, que yo quiero hacerlo, dicen 'es que este no', y luego cuando hago la prueba dicen: '¡Ostrás, qué sorpresa! No esperaba que trajeras esta propuesta, que bajaras al barro aquí'. Eso para mí ha sido muy satisfactorio, me quedo con esas palabras en el casting”. De hecho, afirma que esos prejuicios pueden haberle favorecido: “Quizás con todas esas barreras que me ponen, y ese prejuicio, hacen que me tenga que esforzar el doble”.
Quiero hacer personajes que me partan la cara
Precisamente Los artistas: Primeros trazos le ha valido para formarse en la comedia, y le gusta especialmente por una razón: “Con Yago me han permitido reírme del galán perfecto, intocable e inalcanzable, que arrastro mucho con Valeria. Que es algo que me tiene muy muy peleado. Con todo el cariño a Víctor, pero al final para mí la tercera temporada de Valeria ha sido un impedimento que tenía como actor, de decir: 'Es que no puedo mostrar en algunas cosas esa sensibilidad, porque Víctor es inalcanzable'. Con Yago he jugado a ser un galán fanfarrón que luego en realidad no sabe nada, es un flipao. Y eso me ha encantado”.
Después de que reconozca que trabaja en Latinoamérica porque en España no le llegan los papeles que desea, y que nos cuente de qué imagen prefiere alejarse, era obligado preguntarle sobre qué quiere hacer. Y tampoco se corta: “Quiero hacer personajes que me partan la cara, estar agotado, venir de reventado de la vida, o un inspector que viene con una cantidad de problemas al trabajo. Me encantaría hacer el personaje de Paul Newman en La gata sobre el tejado de zinc, borracho toda la película. Pero de momento me ven como 'bueno, tienes que hacer de guapo que te va bien'. Es que no quiero que me vaya bien, no quiero hacer personajes que me vaya bien. Porque lo que abunda ahí fuera son personas que lo están pasando mal, por lo que sea: trabajo, familia, enfermedad...”.
En la búsqueda de esos personajes, cree que puede aventurarse más por las películas: “Me parece que los proyectos en cine son más concretos. En las series tienes esa posibilidad de desarrollo, pero tampoco me gusta estirar mucho”, razona.
|INICIOS| “Acepto el recuerdo como algo bonito, pero para mí es injusto”
Resultando inevitable preguntarle por Física o Química, lo hacemos queriendo saber si los periodistas le parecemos pesados. Y Maxi Iglesias lo razona: “Acepto el recuerdo como algo bonito, pero para mí es injusto porque no soy la persona de hace 12 años, ni el mismo actor, ni estoy pasando por el mismo proceso vital, que ya no es que no supiera de qué iba la profesión, es que no sabía de qué iba la vida. Interpretaba cosas que no había podido experimentar u observar de otra gente”.
Desplazándonos mejor al hoy, el actor celebra que guarden relación y pueda alegrarse del éxito de El cuerpo en llamas, afirmando que “no había visto a esa Úrsula pudiendo hacer un personaje de romper, de dar miedo”, y confesando que le llevó a recordar una escena que hicieron en Física o Química cuando el personaje de la actriz estaba internado en un centro psiquiátrico. También menciona a Adam Jezierski porque está “deseando que se estrene” Los Farad, cuenta que ha llamado a Angy para ir a verla a su obra de teatro... “Me alegro mucho de ese crecimiento, independientemente de lo que estén haciendo, no hace falta que sea algo mediático”, resume.
Sobre su entorno, destaca: “Mi madre ha jugado un papel imprescindible”, y lo amplía al resto de su familia, explicando que entre ellos “ha preocupado mucho el 'no te quedes sin trabajo', porque vengo de familia obrera, gente humilde que para ellos es muy loco que esté 8 meses sin trabajar”. “Al principio me he incluido en ese ansia, en esa impaciencia de no parar, de pensar que se pueden olvidar de mí, de que si no trabajo se considere que es porque no se fijan en mí o no me cogen en ningún casting. Con el tiempo aprendes que es lícito parar, e incluso bueno para ver las cosas con perspectiva”. “Ahora lo llevo mucho mejor que ese Maxi impaciente veinteañero que no quería que su familia pensara que no le estaba yendo bien”, resume.
Vengo de familia obrera, gente humilde que para ellos es muy loco que esté 8 meses sin trabajar
|PERSONAJES| “Con la edad y la madurez aprendes a diferenciar”
Sus estudios de comercio le valieron para preparar el personaje de Yago, al que define como “un vendemotos, un vendehumos”, y del que a nivel personal extrae el llevar el peso como protagonista y poder jugar con su imagen. Y no duda al reconocer que le cayó fatal su personaje en Los Protegidos: “Lo pasé mal porque era un personaje muy oscuro y 'para dentro', en ese momento tenía 20 años y era alegría y pasármelo bien, y tenía que estar cabreado con la vida. Llegaba el viernes con una carga emocional de toda la semana estar grabando”.
Al preguntarle sobre si le cuesta entrar y salir de los personajes, Iglesias se vale de esa etapa para explicar su crecimiento: “Como venía muy marcado por lo que había hecho en Física o Química, quería hacer un personaje muy serio y estar sin contaminarme del buen rollo del equipo o que yo tenía en mi vida. Y cuando estaba grabando bloqueaba mucho, y estaba muy serio manteniendo el personaje. Con la edad y la madurez aprendes a diferenciar en el set”.
|CRÍTICAS| “Se me podría haber ido la cabeza”
Una parte intrínseca a la labor actoral son las críticas. Sobre las profesionales, Maxi Iglesias explica que le afectan más “por el impacto que tiene en mi gente, que me lo mandan indignados”, que por él mismo: “Nunca me lo tomo personal, pero sí me preocupa que si se dice algo que yo no he dicho, cómo lo puedo explicar o aclarar”.
Otra cosa son las redes. Al ficcionar cómo habría sido si al principio hubieran tenido tanta fuerza, reconoce: “Yo creo que si en la época de Física o Química hubiéramos tenido la repercusión que puedes tener ahora con las redes sociales... A mí se me podría haber ido mucho la cabeza. Yo hubo un momento que pensé que se me iba la cabeza y me fui a Australia, lo más lejos posible de España. Fue entre una temporada y otra, que ya la cosa se estaba poniendo muy heavy”, rememora.
En aquella época, lamenta que sin redes no tenía “ninguna manera de transmitir que tú no eras ese personaje. Te confundían con el personaje”, por lo cual prefiere quedarse con la parte positiva por poder mostrar cómo es él, aún reconociendo que también pueden alejarte de los que tienes cerca.