“Gari sigue enfrentándose a la vida, a su reciente paternidad, a subsistir, a su discapacidad y a sí mismo”. Así describe Enric Auquer el devenir de su personaje en la segunda temporada de Vida perfecta, que llega este viernes 19 de noviembre a Movistar+. Seis nuevos episodios en los que también va a “entrar en un bucle autodestructivo. Pero es bonito ver cómo lo va transitando y va llegando a conclusiones con ayuda, porque es como siempre se encuentran”.
El actor responde así en una entrevista con verTele, en la que le acompañan Font García (Pablo en la ficción) y Manuel Burque, que vuelve a aparecer y a escribir los guiones junto a Leticia Dolera. “Nos hemos documentado mucho”, comparte, “vimos cómo para los padres con discapacidad había situaciones en las que no tener carnet de conducir, por ejemplo, limitaba”. “La discapacidad es un límite que señala la sociedad”, sostiene, “si fuese más inclusiva, seguramente habría mil formas de solventarlo”. “Desde ese límite, Gari empieza a dudar de sí mismo y, en soledad, empieza a descubrir un camino de autoaceptación real”, describe.
Mientras que en la primera temporada mostraron “lo bien que le va a una persona con discapacidad si la trabajas, ayudas y das independencia”; ahora se han propuesto “enseñar los entresijos de lo difícil que es tener discapacidad en esta sociedad”. En esta línea, Auquer reflexiona en la tanda previa “sí pecamos un poco de paternalismo” y de “idealizar” la situación.
Tras una muy potente primera temporada, Dolera y Burque se enfrentaron al reto de “no repetirse”, sin perder la línea que ya habían trazado. Para conseguirlo, decidieron “hacer que los personajes piensen que han encontrado la solución y que la vida les vuelva a demostrar que no. Que todo es un gran desengaño”. De ahí a que hayan optado porque arranquen desde lugares distintos de los que se despidieron en el final de la primera tanda.
En el caso de María (Dolera), Burque señala que “piensa que ha sido madre y ya está. Pero no está”. “Hay un montón de cuadros depresivos posparto escondidos y tapados socialmente”, advierte, “en muchos casos porque idealizas la maternidad y la sociedad te obliga a idealizarla”. Ester (Aixa Villagrán) arranca “desde la madurez” y Cris (Celia Freijeiro) y Pablo (Font) “buscando una solución a su matrimonio más abierta”.
Y es que a Pablo, como describe su intérprete, “se le dibuja más. Se ve que está intentando cambiar”. En efecto, como explica Burque, “venía de ser un personaje antipático que no colaboraba en las tareas domésticas”. En los nuevos episodios, “se le ve más vulnerable y proactivo con intentar arreglar la situación. Se le presenta lavando los platos, porque se está esforzando en hacerlo bien”.
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